27 marzo 2008

El miedo al sexo perpetúa el machismo

La insistencia de los feministos en predicar la asexualidad en las relaciones entre personas de distinto sexo constituye un insulto a la naturaleza y, por extensión, a la inteligencia.
Ignoro qué empuja a los feministos a convertir en asunto de interés social todo aquello que alude al cuerpo de la mujer.
Evidentemente, una fémina sin tetas y con chepa corre el riego real y bio-psicológicamente casi inevitable de comer pocas roscas sexuales… Y otro tanto le ocurre a un varón malencarado y con joroba, el de la catedral de París que tan acertadamente retrata Víctor Hugo, por ejemplo.

El sexo forma parte de la vida
Los feministos causan cierto rubor entre los varones que no nos avergonzamos de tener el sexo que tenemos. ¿Alguien cree realmente que es lógico y útil que un varón vista faldas mentales y dé pláticas sobre comportamientos femeninos?
En el mundo real, los machos y las "mujeras" son legión; pero nada más inútil para combatir sus excesos que estigmatizar banalidades como la serie televisiva Sin tetas no hay paraíso. Además, ¡no seamos hipócritas!, reconozcamos que en esa serie queda patente la preeminencia de las mujeras frente a los machos --salvo cuando hay violencia.
Ese poderío femenino asusta a los feministos, aunque en el fondo debería alegrarnos a todos los varones... Aunque en ocasiones lo que asusta realmente a los feministos no es el poder de las "mujeras", sino la manifiesta debilidad de los testículos.
Los feministos critican con rigor católico que un tipo pierda la cabeza por una mujer atractiva, o que ella utilice su cuerpo. ¿A qué obedece ese sentimiento de pecado?, ¿a qué responde condenar la atracción sexual?
El problema no es que en el ámbito familiar, laboral, profesional o social se sobrevaloren las tetas, los culos, los músculos o los testículos, el problema en todo caso es que el sexo sea utilizado para sacar ventajas o que el macho recurra a la violencia.
Pero al margen de las limitaciones que imponen el respeto y la ley, el miedo al sexo que destilan los feministos alimenta la misoginia.
Dicho de otro modo y con mayor claridad: el miedo al sexo y a su natural poder perpetúa el machismo.

TEXTO relacionado con este post: "Ya sabéis, mujeres...", en MIGRAMUNDO.

3 comentarios:

  1. Coincido con tu post y como buena persiana me enrollo.

    ¿Aaso hombres y mujeres no son utilizados como objetos en los desfiles de modelo? Son meras perchas que valen por su apostura y su belleza.

    ¿Acaso hombres y mujeres no son usados como objetos en la industria? Son unidades de producción despersonalizadas, un número cuyo valor esta dado por su productividad y su índice de absentismo.

    ¿Acaso hombres y mujeres no son utilizados como objetos por el comercio? Nos venden cosas que no necesitamos gracias a que lograron convencernos de lo contrario.

    El marketing habla de target, cliente, público objetivo, sectores de población, usuario... ¿No es eso despersonalizar y reducir al ser humano tratándolo como un objeto?.

    Vivimos de apariencias, dietas, salud, vida sana... Vivimos una era donde aparentar es más importante y te da más proyección popular que ser. Una era donde la exposición de los dramas humanos da índice de audiencia, donde si el drama es expuesto de manera inteligente, mesurada, se llama documental o informativo pero si se expone de manera chabacana, ordinaria, se llama telebasura.

    ¿Acaso, como bien dice Manuel Ortiz en su blog Apuntes de bolsillo, no somos capaces de ver horas de muertes y desastres en la tv para luego saltar horrorizados al ver una cucaracha?

    Esto es igual. No vemos la masificación y despersonalización del ser humano en todos los aspectos donde esta sucede, seguimos siendo ciegos que no deseamos ver, seguimos siendo oportunistas que elevamos ciertas banderas porque nos conviene, porque las rentabilizamos, porque nos da popularidad, nos viste de héroes del nuevo tiempo...

    Un abrazo.

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  2. Como bien dices, lo malo es la sobrevaloración de los atributos físicos. Ese vivir constantemente pendiente del aspecto externo (tanto femenino como masculino), lo otro sólo son ganas de buscar los tres pies al gato.

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  3. Buen artículo. Considero que a las mujeres les gustan tanto los hombres guapos y fuertes, y el sexo, como a los hombres.

    No obstante, también pienso que son ellas las que sobrevaloran el acto sexual y se llenan de orgullo a costa de autorepresión, orgullo que quizás sus progenitores les han enseñado a tener por el deseo de extirpar el machismo de las generaciones anteriores, llevando el asunto al otro extremo.

    Se suele decir que las mujeres no saben lo que quieren... quizás sea porque les enseñan que lo que quieren está mal, e inocentemente se lo creen.

    Incluso antes de enseñar otras materias en los colegios, los alumnos deberían aprender a conocer lo que son y deberían ser alejarlos de la confusión de la adolescencia. Así deberían instruir a los alumnos en el arte de los preservativos y del sexo, los niños y las niñas se motivarían más para estudiar y tendrían menos tonterías en la cabeza... tonterías como un utópico amor desinteresado.

    Quizás porque es duro aceptar que el más favorecido genéticamente lo será también en vida. ¿Cómo le explicas a tu hija gorda, fea, sin tetas ni culo, que va a ser una desgraciada? No puedes...

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