12 marzo 2008

La campaña electoral religiosa de Benedicto XVI

La moral católica siempre ha ido a remolque de la sociedad, incluso en contra de ella. Nadie básicamente instruido ignora que los diez mandamientos de Moisés obedece a una simple recopilación de ancestrales normas de convivencia que siglos después la Iglesia Católica patentó e hizo suyas. Pues bien, el Papa acaba de descubrir que la acumulación de riqueza es inmoral, por lo que ha declarado que los humanos inmensamente ricos estarían incurriendo en un pecado capital.
¿Cuánto dinero hay que acumular para merecer el marchamo de pecador?
Esa pretendida modernización vaticana tiene el sello inconfundible del maniqueísmo, tan propio de las religiones y de quienes creen estar en posesión de la verdad; prueba de ello es que Benedicto XVI --con su inquisitorial sentido de la moral-- incluye en la nueva lista de pecadores a los drogodependientes, pese a que sería más razonable que empezara por satanizar a los narcotraficantes y asumiera, como la mayoría de los ciudadanos, que lo que conviene a un drogodependiente y a quienes conviven con él es que sea sometido a tratamiento, en lugar de enviarlo al infierno y lavarse las manos.
El Papa --inspirado por Dios, según la doctrina católica-- también ha incluido en la nueva lista de condenados al fuego eterno a quienes causan daño a la naturaleza... ¿Un guiño electoral?
La iniciativa papal ha abierto un sinfín de interrogantes; por ejemplo: ¿Los padres católicos deberían echar de casa a los hijos que consumen hachís, alcohol o cocaína?, ¿los católicos estarán obligados a reciclar la basura que generan?, ¿los curas negarán la comunión a los Albertos, a Ortega y a las Koplowitz, entre otros?
Pero la pregunta esencial es esta: ¿Bastará también con confesar el pecado para que las puertas del cielo se abran de par en par a los nuevos pecadores, como ocurre en el caso de los curas pederastas o de los dictadores asesinos?
Está visto que la Iglesia Católica, Apostólica y Romana no tiene remedio ni enmienda, salvo que asuma sin miedo el panta rei (todo fluye) de la historia.
La nueva lista de pecados semeja una campaña electoral religiosa para ganar votos y fieles, a la vez que pone coto a la fuga de ambos a otras creencias y partidos...
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ENLACE a la relación exacta de los nuevos pecados sociales o capitales, en IRREVERNS BLOG, que incluye didácticos enlaces a ejemplos que ilustran, entre otros aspectos, la humildad de la Iglesia Católica.

4 comentarios:

  1. jejeje, yo ayer hablé de lo mismo, aunque tú siempre lo haces mejor, la verdad sea dicha.
    Y no es para enjabonarte, eh. Que lo digo en serio.
    :)
    Petons.

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  2. Ciertas cosas me causan tanto, pero tanto asombro, que me río. Analizado lo que dice el Papa se me ocurren estas preguntas:

    1. ¿El enfermo de cáncer que consume morfina u otro narcótico para atenuar su sufrimiento, es entonces pecador?
    2. ¿Que significa obsceno en el contexto de la riqueza? ¿Más de lo que necesitas para vivir dignamente? ¿Y entonces que sería vivir dignamente? ¿La riqueza eclesiástica puede ser obscena?
    3. ¿Provocar la injusticia social y provocar la pobreza no son casi lo mismo? Para que existan pobres han de existir ricos, cuando más injusticia social, es decir, cuando más ricos sean los ricos más pobres serán los pobres... supongo, al menos que injusticia social sea otra cosa. ¿rivatizar la educación no es ser socialmente injusto? ¿Privatizar el sistema de salud? ¿El PP es pecador a ultranza de acuerdo a este pecado?
    4. Aquí me agarraron porque ni soy rico ni causo otra pobreza que la mía pero... contamino. De hecho, al vivir uno contamina, necesariamente contamina. Consumo alimentos que vienen en envases plásticos, uso vehículos de combustión interna, estornudo (desparramo virus), toso, fumo (demonios ¿soy un drogón por esto?)

    Además, algunos de estos pecados me suenan a viejos, a los antiguos pecados capitales que andaban por allí. La lujuria, la avaricia, la soberbia (de esto podrían hablar en la COPE, supongo, al menos FJLS debería dar una cátedra respecto a esto).

    Que diferente, hablando de todo un poco, los pecados capitales a los diez mandamientos. De hecho, lo que se expresa en los diez mandamientos da menos lugar a confusiones o pedidos de una definición más taxativa. No matarás, es muy claro, no elevarás falso testimonio, también.

    El único de los diez mandamientos que siempre me dio que pensar es el de "no desearás a la mujer de tu prójimo" porque, suponte, si la mujer de mi prójimo me desea a mí ¿peca o no? Un poco machista por aquí el asunto, a menos las mujeres no tengan deseos.

    ¿Ven? Si el Papa se hubiese casado, hubiese tenido hijos, nietos, bisnietos, no tendría tanto tiempo libre y entonces si que ocuparía su tiempo en hacer cosas útiles, además imagínate al Papa llegando a su casa, dejando la mitra sobre la silla, poniéndose los chanclos y diciendole a la mujer: oy decreté que los drogadictos pecan y a la mujer diciéndole ¿Es que voy a tener que dejar de tomar Valium? Mirá Benedicto, si no tomo Valium no te aguanto ni a vos, ni a los chicos, me voy a casa de mamá.

    Entonces Benedicto comprendería que, dado que el poder arrepentirse es uno de los basamentos de la fe católica, el divorcio debería estar aceptado.

    Un abrazo.

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  3. Irreverens: Vaig llegir el teu post i no estic d'acord amb tu... Son formes diferents de dir el mateix, el teu article era més clar, sense donar voltes. Una abraçada.

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  4. Sergio: tu comentario es ¡genial! Un abrazote.

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