30 julio 2008

Presidenciales de EE UU, ejemplo de "democracia orgánica"

El sistema garantiza que gane el candidato de uno de los dos grandes partidos
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Las elecciones presidenciales de Estados Unidos concitan la atención de todo el mundo y, sin embargo, las informaciones de la mayoría de los medios convencionales acusan importantes lagunas. 
Por ejemplo, durante las primarias de los dos grandes partidos, el Demócrata y el Republicano, casi ningún medio se ha referido al resto de los candidatos.
En los comicios del 2004 hubo 17 candidatos y este año --según los datos recabados, ¡qué no ha sido fácil!--, aparte de McCain y Obama, también compiten:
* Un libertario,
* La ecologista Cinthya McKinney,
* Otros dos presidenciables trostkistas (corriente marxista antiestalinista que goza de arraigo histórico en los EUA),
* Un pastor protestante que defiende preceptos ultraconservadores comparables a los de los puritanos holandeses y alemanes que emigraron a Norteamérica en los siglos XVIII y XIX;
* El candidato del llamado Partido de la Constitución, cuyo programa, en contra de lo que da a entender el nombre de la organización, está centrado casi exclusivamente en asuntos fiscales,
* Más el multimillonario Ralph Nader, tipo curioso donde los haya, pues tanto hace un alegato pro palestino como cuestiona la versión oficial de los atentados del 11-S.

Sin embargo, lo más llamativo es que casi nadie habla o escribe sobre la singular legislación electoral que rige las presidenciales de EE UU, que no sólo es selectiva sino que además está fraccionada, pues cada Estado posee sus propias normas --incluso para las primarias--, por lo que además de garantizar los derechos de pernada electoral de los dos grandes partidos, impide que los candidatos minoritarios y los nuevos partidos puedan presentarse en todos los Estados. En resumen, los minoritarios son legalmente discriminados.
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Democracia "indirecta" o formal
Siendo lógico que los medios europeos centren su atención en los únicos presidenciables ciertos, McCain y Obama, también sería radicalmente lógico que informaran de las perversiones que caracterizan los comicios de un país que alardea de ser el faro de la libertad.
Para entender la escasa profundidad de la democracia norteamericana basta conocer, siquiera superficialmente, el complejo funcionamiento de las primarias, que, en contra de lo que la mayoría de los ciudadanos de Occidente creen, no son organizadas por los partidos Demócrata y Repúblicano sino por las administraciones públicas de cada Estado.
El sistema electoral ideado por uno de los padres de la Constitución de EE UU --el muy británico abogado y banquero Alexander Hamilton-- es enrevesado y elitista hasta el extremo de que no garantiza que el presidente sea el más votado por los ciudadanos: la decisión de las urnas puede ser legalmente alterada, tal como ha ocurrido en varias ocasiones.
En este punto conviene recordar que la independencia de los EUA fue fruto de un movimiento que hoy sería catalogado de revolucionario, pues la generalidad de los habitantes de la entonces colonia británica fueron los protagonistas de la acción.
La Declaración de Independencia es un texto radicalmente republicano --como reacción frente al absolutismo de la monarquía inglesa-- y está emparentado con los ideales filosóficos y humanistas de la Ilustración y de la Revolución Francesa, además de apelar al derecho inalienable que tiene toda sociedad (o país) a ser propietaria de su destino.
Motivos por los que la élite que redactó la Constitución definitiva hizo cuanto pudo para dar la vuelta al calcetín y abortar tan importantes avances democráticos.
El resultado de esos constitucionalistas fue perfecto para los intereses de la minoría dominante.
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[INCISO: en España se ha generalizado la creencia de que "constitucionalista" es sinónimo de "demócrata"; lo cual es falaz: una persona, entidad o partido político puede ser constitucionalista y a la vez enemigo de la democracia. Hay constituciones que legalizan la ausencia de libertades o su restricción, incluso las hay que conculcan la Declaración de Derechos del Hombre. La mayoría de regímenes dictatoriales también tienen constitución]
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Los manejos de la élite
En las elecciones primarias cada Estado aplica sus propias leyes y normas, en todos se dificulta la creación de partidos políticos [en Nueva Jersey, por ejemplo, para registrar un partido los promotores deben reunir las firmas del 10 % del censo electoral] y en la mayoría de Estados se puede vetar la presentación de un candidato alegando excusas con muy variada argumentación.
Por ende, en las primarias no es elegido el candidato a presidente, sino los electores (o compromisarios) que tomarán la decisión.
Para colmo, a los electores nominados en cada Estado se suman los llamados grandes electores, una suerte de notables --todos ellos pertenecientes a la élite socio-económica-- que en varios estados disfrutan además de ese medieval derecho de pernada electoral con carácter vitalicio.
Si se tiene en cuenta que los grandes electores suman el 20 % de los votos de los compromisarios del Partido Demócrata y el 25 % en el Republicano, el resultado de las primarias está en gran medida en manos de una suerte de casta que puede inclinar la balanza a favor del candidato que más interese a la élite socio-económica.  
Por si fuera poco, los reglamentos no están harmonizados. En unos Estados sólo tienen derecho a voto en las primarias los militantes de los partidos y en otros puede hacerlo cualquier ciudadano previamente registrado, etcétera y etcétera... Hay decenas de variables para conseguir lo que en definitiva persiguen las normas, que decidan los directivos del "sistema".
Todo ello sin olvidar que hay circunscripciones donde las primarias han sido sustituidas por los caucuses, que constituyen otra forma de elitismo.
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Nada que ver con la vieja Europa
Semejante sistema electoral nada tiene que ver con las democracias parlamentarias clásicas o europeas y sin embargo la mayoría de los ciudadanos del Viejo Continente consideran que los EUA constituyen el ejemplo a seguir; creencia esta a la que contribuye --voluntaria o involuntariamente-- la superficialidad de la mayoría de las informaciones que difunden los "grandes" medios convencionales.
Aplicando un sistema parejo al de las primarias de los dos grandes partidos, los electores norteamericanos sólo pueden votar si previamente se han registrado, y además tampoco eligen al presidente, sino a los compromisarios que tomarán la decisión final.
El sistema es complejo, está trufado de excepciones y las singularidades de cada uno de los Estados son numerosas, dándose incluso el caso de que hay territorios donde los votos de los grandes electores valen más que los de varios cientos de miles de ciudadanos comunes.
En noviembre próximo, una vez elegido el sucesor de Bush, sea McCain u Obama, convendría acordarse de los redactores de la Constitución de Estados Unidos y de la habilidad con la que se emplearon para convertir en papel mojado la ilusionante Declaración de Independencia.

4 comentarios:

  1. genial entrada, le felicit¡o. Estoy harto de oir que EEUU tiene una democracia como "dios manda" o cosas por el estilo.

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  2. Siendo seguramente ciertos los detalles que citas, también hay que reconocer que ese sistema de primarias ha nominado a Obama frente a Clinton, una candidata a priori mucho más relacionada con las élites demócratas, y que tendría seguramente el apoyo de los grandes electores, de no ser por la marea de ilusión que ha logrado movilizar Obama.

    Por otra parte, en los republicanos hay muchos grupos de interés muy diversos, con lo que la elección de McCain tampoco parecía prefijada de antemano.

    Por último, por defectuoso que sea el sistema americano, ¿de verdad creemos que el sistema español de listas cerradas nominadas a dedo por el aparato del partido es mejor?

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  3. Es verdad, muy buena entrada. Me ha interesado todo, desde el principio hasta el final, pero lo de los últimos párrafos no tiene desperdicio: se habla de los americanos (también lo son los indios mapuches chilenos y otras etnias) siempre nos cuentan que son los mejores, siendo en realidad, los que han iniciado guerras desde la de Cuba en 1898 hasta la de Irak en nuestros días; todavía tienen vigene la pena de muerte en algunos estados; la Seguridad Social es sólo para los pudientes; entre otras cosas, aparte de ser los más cutres en el vestir, con presidentes horteras, ignorantes e incultos como George Bush; aunque eso sí allí predomina el dinero y la Policía se desahoga matando delincuentes y negros por las calles. Es que es la primera potencia mundial, dicen algunos.

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  4. La verdad es que me quedo con el sistema europeo de eleccion pese a sus deficiencias y errores, me parece mas fiable la financiacion estatal.. No soy capaz de creer que un pez gordo paga una millonada a un candidato porque le cae bien.. no me lo creo


    Un saludo

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