06 enero 2009

La incomodidad de «La razón estrangulada»

La Ciencia es el patito feo en la mayoría de los medios

La razón estrangulada, de Carlos Elías, libro editado hace ya varios meses, apenas se vende. Es más, pese a que el asunto que trata es de alto interés, prácticamente ningún medio de comunicación le ha dedicado unas líneas. El autor es un periodista con trayectoria reconocible y reconocida y, además, es profesor en la Universidad Carlos III.
Entonces, ¿por qué motivo el libro de un científico, que además ejerce de periodista, que versa sobre un asunto de alto interés, apenas merece que los medios le presten atención?
El problema radica en que Elías, sin pretenderlo, ridiculiza a la generalidad de los medios y, de rebote, a numerosos periodistas --numerosos no son todos...
Así, por ejemplo, cuando de ciencia se trata, la mayoría de los medios prefieren abrir con extraterrestres que con una información rigurosa.
Vende más un desgarrador suceso trufado de morbo que un hecho de alto interés para los ciudadanos contado con rigor.
Los medios, máxime las TV, marginan e incluso se burlan de la ciencia y de los científicos. El problema, sin embargo, no está en los periodistas que se dedican a tratar asuntos científicos, ¡bastante hacen con aguantar la antorcha!
El problema está en gran medida en los mandos intermedios de las redacciones y en los directores que relegan a segundo plano la ciencia: ¡Incluida la ciencia económica!
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Economía, un espejo esclarecedor

De la mano de la economía --tan de moda a causa de la recesión-- es más fácil entender lo que ocurre con la ciencia en general.
Veamos: La ciencia económica ha sido aplastada y anulada por la economía acientífica de los medios (léase, del sistema), que reducen casi todo a la Bolsa, a los avatares de las grandes empresas y a sus tejemanejes (incluidos los delitos que se presentan como deslices o errrores), la econometría por doquier y, para colmo, todo eso se adereza con opiniones de gurús sistémicos que tratan la economía cual asunto de un gran hermano
Pues bien, con el resto de las ciencias ocurre otro tanto. O peor.
La información científica carece de gancho comercial... Y así nos va.
Demasiados mandos intermedios y directores de medios yerran cuando hay que distinguir entre teoría y resultado experimental; peor aún, muchos de ellos desconocen conceptos como incertidumbre de medida, revisión por pares, comprobación y falsabilidad, entre otras cosas. De modo que aplican la ley de vender a toda costa; es decir, publicar las informaciones científicas o supuestamente científicas más llamativas y polémicas, que en la mayoría de ocasiones carecen de base y de interés científico... Pero venden.
Es lógico, pues, que La razón estrangulada no merezca reseñas ni comentarios en los medios. Lógico que Elías sea poco querido en un sector en el que la razón --o la búsqueda de ella-- es cada vez más tangencial.
Así son las cosas y así se las hemos contado... ¡Valiente sandez!

ENLACE a una entrevista con el autor del libro, en Público.

4 comentarios:

  1. ¿En qué editorial está publicado el libro? Intentaré buscarlo, aunque en este culo del mundo en el que vivo dudo encontrarlo.

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  2. Gracias, Félix.

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  3. Ya sabíamos hace tiempo que la Prensa es el Cuarto Poder, quizás por delante del Judicial, al que a veces sustituye. Y es que una mentira, repetida cien veces, puede llegar a convertirse en verdad. Me da miedo el poder de la prensa, porque el honor de una persona se mancilla en unos cuantos titulares, y ya no se repone jamás. Y respecto a cómo trata a la ciencia, es cierto que es sensacionalista, porque para el gran público la ciencia es árida, y hay que revestir la noticia con adornos para poder "venderla", o incluso para poder hacerla inteligible, pero el que realmente esté interesado acudirá a las bibliotecas, revistas especializadas,..etc.

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