11 febrero 2009

Caso Eluana: ¡Es la Filosofía, imbécil!

Una vez consumada su muerte con años y años de retraso, me atrevo --antes no-- a comentar que de la polémica desatada en Italia por el caso de Eluana Englaro en torno a la eutanasia se ha dicho lo que se debía y, por lo general, lo que no se debía.
Sin embargo, la mayoría de los que han entrado en la polémica --algunos arrogándose o esgrimiendo derechos inexistentes-- han dado por hecho que el Estado e incluso la ¡intervencionista, dogmática y anticristiana! Iglesia Católica detentan un extraño e irracional derecho natural a inmiscuirse en aspectos de la vida del individuo que son radical e indiscutiblemente privados.
Es comprensible e incluso recomendable que, en bien de la convivencia social, el Estado --¡las religiones NO!-- regule aspectos de la vida del individuo que afectan a segundas y terceras personas o a la sociedad en su conjunto; pero el hilo argumental, que no racional, utilizado en asuntos como el bien morir conduce a que más pronto que tarde el Estado --máxime de la mano de políticos amorales como Silvio Berlusconi-- legisle sobre cómo hacer uso del matrimonio --que diría un intervencionista católico--, en qué consiste y cómo amar a los hijos, qué salsas deben acompañar a la carne y acabarán por imponer un decálogo para el gobierno de los hogares y de la vida personal.
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Privacidad y dignidad
Convendría que polémicas como la abierta en torno al derecho a bien morir --derecho que SÍ es natural-- los debates fueran más filosóficos, escrupulosamente científicos y menos económicos, menos electorales y menos administrativos.
Es inquietante que los asuntos referidos a la dignidad humana y a la ciencia sean suscitados y alimentados por el Vaticano, o por personas de la catadura de Berlusconi, que días atrás llegó a argumentar que la re-muerte física de Eluana había que evitarla porque, según él, la salud de la muerta artificialmente viva era buena «porque físicamente está en condiciones de tener hijos».
Deberíamos negarnos a polemizar sobre derechos naturales de la persona con sinvergüenzas que supeditan la dignidad humana al interés electoral, al mantenimiento de estructuras ideológicas o de réditos económico-religiosos.
El debate sobre los asuntos humanos de ámbito privado es otro: ¡Es la Filosofía, imbécil! Y en este debate la mayoría de los políticos y de los predicadores se niegan al dialogo y se burlan del conocimiento, incluida la ciencia.
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ACTUALIZACIÓN
Hoy, en el informativo de Tele5 de mediodía, han tenido el descaro de contraponer el caso Eluana al de los familiares de muertos vivos que rechazan suspender la vida artificial de sus seres queridos.
Lo que ha evitado decir Tele5, ¡y no es casualidad!, es que los partidarios de mantener vivos a los muertos no son perseguidos ni satanizados, en tanto que los otros --los padres de Eluana, por ejemplo-- son denostados, acosados y criminalizados.

3 comentarios:

  1. Se ha gritado demasiado y dialogado muy poco, es cierto. De filosofía, nin hablar. Aunque bueno sería, con los tiempos que corren, aprender más de ellos, aquellos "locos" filósofos. Tu post me ha ayudado a hacer el mío. Unha aperta.

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  2. Digo lo mismo que comenté en Migramundo. Es una cuestión privada, y los políticos que tanto se han apresurado a juzgar a la familia de Eluana deberían dedicarse a los menesteres que les competen, y no a hacer demagogia del dolor ajeno.
    Ya no se respeta nada.
    Bicos

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  3. He leído el post de migramundo y ahora le toca el turno al tuyo, los dos son muy clarificadores.
    Y digo lo mismo que dije en el suyo: algunas de las cosas que he escuchado en los medios de comunicación me ha puesto los pelos de punta y de una mala leche impresionante.

    Me gusta como expresas lo de bien-morir, con dignidad y rodeado de aquellos que de verdad te querían, porque digan lo que digan muchos, esos padres, no tengo ninguna duda, han querido a Eluana y por eso han querido darle descanso, YA, porque YA ERA HORA. 17 AÑOS SON DEMASIADOS AÑOS.

    bicos.

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