16 octubre 2009

El derecho y el deber de proteger la salud peligran tanto como la credibilidad de la OMS

Este post relata hechos y expone consideraciones relacionadas con la salud y los derechos de las personas que han pasado casi desapercibidos para la gran mayoría de la deficientemente informada población del desarrollado Occidente: El pasado 12 de septiembre se celebró en Montreal (Canadá) el que cabe considerar como el primer congreso mundial a favor del rigor científico y de la libertad de elección en cuestiones de salud.
En contra de lo que dan a entender las autoridades y los opinadores e intelectuales orgánicos, la libertad personal en asuntos de salud es uno de los aspectos menos desarrollados en democracia y en el que todavía pesan irracionalidades, falacias, mitos religiosos y también un concepto de autoridad que dinamita la libertad personal y, por extensión, la colectiva y de paso, el rigor, pues la autoridad no es quien de silenciar otras opciones, ¡las científicas! por supuesto... ¡fuera las paparruchas y las pseudociencias!, las creencias y las simplezas antivacunas quedaron fuera del debate habido en Montreal.
Veamos un ejemplo del absurdo dominante:
Las morales con sesgo y/o de origen religioso --algunas de contenido medieval--, unidas a criterios ¿éticos? aparentemente avanzados han desembocado en situaciones como la de facultar a un juez para que obligue a que un niño sea transfundido para salvar su vida pese a la oposición de sus padres cuando estos se nieguen alegando convicciones religiosas pero, ¡paradojas del siglo XXI!, en el mismo país y por ley está prohibido utilizar el riñón o el corazón de un cadáver si la familia del fallecido se opone a ello.
La moral imperante obvia que los órganos de un fallecido pueden salvar una o dos vidas y que con las córneas puede recobrar la vista un ciego. ¡A lo legisladores les da igual! ¡Dios así lo quiere!, alegan los más fanáticos, de modo que dos humanos que podrían vivir con ese corazón y ese riñón morirán y el ciego seguirá a oscuras.
¿Por qué?...
Sin rodeos ni engaños retóricos que apelan a sentimientos de origen prehistórico, la ley protege los derechos del propietario del cadáver y se desentiende de la vida de quienes podrían ser sanados.

Las vacunas, como todos los medicamentos, solo 
son necesarias cuando son necesarias y, lógicamente,
deben haber superado todos los controles de seguridad.
La muerte genera más
derechos que la vida

El derecho de cadáver --que defiende la propiedad de restos biológicos que se pudrirán o serán incinerados-- pesa más que salvar vidas. 
Este tipo de contradicciones profundamente inhumanas siguen vigentes gracias a quienes, entre otras cosas, satanizan el derecho al aborto en casos justificados al mismo tiempo que bendicen la muerte de pacientes que podrían ser salvados mediante un trasplante.
Las contradicciones se amontonan por doquier.
El congreso antes mencionado, celebrado en Canadá,  trataba entre otros asuntos uno crucial y que --al igual que las contradicciones expuestas-- es inconveniente ventilar para los poderes públicos, para quienes hacen negocio con la salud y porque en este momento lo políticamente correcto es dejarse arrastrar por la mediática pandemia de gripe A y, por añadidura, callar las complicidades --las hay involuntarias, conste-- y los beneficios acumulados por la comercialización de decenas de millones de vacunas y antivirales, especialmente de Tamiflu.

Pandemia falaz y preguntas con respuestas inquietantes

El correo de un científico participante en el congreso de Montreal que circula entre unos cientos de ciudadanos españoles --entre los que figuran los socios de Círculo Escéptico, entre otros colectivos-- alude a varios de los asuntos abordados en Montreal abriendo una batería de interrogantes cuyas respuestas son inquietantes, amén de que confirman que el dinero tiene más poder que los gobiernos, incluidos los elegidos democráticamente.
He aquí algunas de esas preguntas:
* ¿Por qué a primeros de febrero de 2009 la ministra francesa de Sanidad pidió a un grupo de expertos en legislación constitucional que determinaran si la imposición de un plan de vacunación obligatoria de toda la población sería ilegal o anticonstitucional? Los letrados tranquilizaron al gobierno indicando que una situación excepcional o un estado de urgencia sanitaria nacional justificaría la supresión de derechos civiles... ¿?
O sea, ¿en febrero ya barruntaban que sería necesario obligar a todo el mundo a vacunarse?...
* ¿Por qué la Organización Mundial de la Salud (OMS) modificó el pasado 27 de abril su definición oficial de pandemia? Hasta entonces, declarar una pandemia requería condiciones mucho más estrictas y ahora, efectuada esa revisión, para declarar una pandemia basta con que la enfermedad sea identificada y se expanda en dos países de una misma zona OMS.  
* ¿Cómo interpretar que el registro de la patente de la vacuna contra la gripe A consta en el organismo competente con fecha de 2007?; mucho antes de la sorprendente reaparición de un tipo de influenza que había desaparecido hacía decenios. 
* ¿Cómo explicar que el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, tuviera el premonitorio acierto de aprobar un contrato el pasado 9 de marzo --¡hace siete meses!-- por el que se invertían 100 millones de euros en la construcción de una fábrica productora de vacunas contra la gripe A en México --¡casualmente, por supuesto!--, que fue donde se detectaron los primeros casos de la terrible pandemia que podía matar a más humanos que la peste negra.
* ¿Por qué prácticamente ninguna institución y apenas una docena de medios de información han reseñado con la relevancia que merece el hecho de que la gripe común causa cada año, directa o indirectamente, la muerte de entre 250.000 y 500.000 personas? (más de mil muertos diarios), tal como consta en el banco de datos de la OMS.
* ¿Por qué prácticamente todos los medios del planeta informan casi a diario del número de víctimas (reales o presuntas) causadas por el virus de la gripe A creando la percepción de que la humanidad vive al borde de una hecatombe sanitaria?; sin embargo, los hechos demuestran que se trata de una influenza que, según reconocen numerosos médicos en sus consultas y en privado, tiene efectos menos graves que los de la gripe común estacional.

[La gripe A tiene una singularidad: ataca con virulencia a personas jóvenes, incluso con mayor fuerza que a niños y ancianos. En todo caso, en cinco meses la gripe A ha causado en teoría, pues casi siempre coincide con otras patologías previas, menos de 2.000 muertes]

* ¿Por qué pese a que los datos demuestran que la gripe A no es una nueva peste negra, la mayoría de los gobiernos --con los de Occidente al frente-- han comprado millones de vacunas y de antivirales? La eficacia de estos últimos, para colmo, es dudosa y no mejoran otros tratamientos preexistentes.
* ¿Por qué en los últimos dos años en varios países de Occidente se han alegado --entre otras cosas y en ocasiones con el aval de la OMS-- emergencias sanitarias para que los poderes legislativos votaran leyes excepcionales, incluso marciales, que recortan derechos?
* ¿Por qué ¡seiscientos! neurólogos británicos recibieron en los días finales del pasado mes de julio una carta calificada de confidencial de la Health Protection Agency advirtiendo de que debían estar atentos a "un posible recrudecimiento del síndrome de Guillain Barré"?

[Esta enfermedad neurológica degenerativa puede ser desencadenada por la vacuna diseñada. Sin embargo, la Administración oculta ese riesgo a la ciudadanía que probablemente se ¿beneficiará? de la premeditada campaña de vacunación]

* ¿Por qué las autoridades se niegan a reconcer que la vacuna contra la gripe común, ¡que se empezó a administrar hace 40 años!, nunca ha tenido efectos duraderos sobre la incidencia de las anuales epidemias de ese virus? Es más, aunque con altibajos, el número de afectados por la gripe estacional aumenta en mayor grado que el natural incremento de habitantes.
Hay estudios --y no pocos ni de científicos chalados-- indicativos de que los vacunados contra la gripe común acaban tarde o temprano siendo más propensos a contraerla que los no vacunados; sin embargo, las administraciones públicas siguen comprando millones y más millones de vacunas.
* ¿Por qué Estados Unidos ha autorizado la inclusión de escualeno en la nueva vacuna contra la gripe pese a que la Cámara de Representantes reconoció oficial y explícitamente que estaba en el origen del síndrome de la primera guerra del Golfo?, mal que padecieron en torno a 180.000 soldados a consecuencia en gran medida de haber recibido una vacuna contra el ántrax que contenía ese compuesto orgánico.
* ¿Por qué los primeros colectivos seleccionados en Norteamérica para las vacunaciones han sido mujeres embarazadas y niños, cuando normalmente se selecciona a personas mayores?

[Con relación a esta circunstancia, varios científicos ya apuntaron hace medio siglo que con esa elección se evita a personas cuyos organismos conservan memoria inmunitaria de la gripe española de 1918 o de posteriores influenzas]

* ¿Por qué hay países --casos de Gran Bretaña y Francia-- donde el 50 % de los médicos e incluso en mayores porcentajes se niegan a recibir o aconsejar la nueva vacuna contra la gripe A alegando que desconfían del procedimiento de preparación?
* ¿Por qué se presenta el Tamiflu como un antiviral adecuado a pesar de que las campañas en las que ha sido utilizado han revelado que es escasamente o nada eficaz? Además, ese medicamento provoca en ocasiones --más de las que científica y legalmente son permisibles en la inmensa mayoría de países de Occidente-- desórdenes neurológicos.
* ¿Por qué las autoridades sanitarias, cuya obligación es velar por la salud y el bienestar de la ciudadanía, están dispuestos a autorizar o ya han autorizado --con aval de la OMS-- que la vacuna contra la peligrosísima gripe A sea suministrada a millones de conejillos de indias sin que se hayan respetado los protocolos formales y de tiempo habituales.
Quedan más preguntas en el tintero, pero prácticamente todas las respuestas conducen al mismo callejón: el episodio de la gripe A está trufado de mentiras, medias verdades y lo que acaso es peor, silencios.

CON ANTERIORDAD:

PRONUNCIAMIENTO de la ORGANIZACIÓN MÉDICA COLEGIAL española, que alerta contra la alarma generada.

7 comentarios:

  1. Excelente ost Félix, cada pregunta descubre el poder del lobby farmaceútico y el desprecio de los gobiernos por los derechos personales y la lógica más simple.

    Un abrazo.

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  2. Poderoso caballero es Don Dinero farmaceútico, que dirían los clásicos españoles.

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  3. Es seguro el fabuloso poder del lobby farmaceútico, pero creo que no es suficiente para contestar a las preguntas formuladas.

    Creo que se necesita algo más. Creo que debe tenerse en cuenta un factor psicológico fundamental: el miedo de los políticos a una falacia lógica, la falacia del historiador.

    La falacia se produce cuando suponemos que quien tomó una decisión podía interpretar las cosas con la información con la que disponemos tiempo después de haber tomado la decisión. No es posible tal cosa, sin embargo, este error cognitivo es habitual a la hora de valorar el trabajo de los políticos. Así y con el objeto de prevenir el “¿cómo no se dieron cuenta de tal o cuál cosa?”, pueden explicarse algunas medidas preventivas –vacunaciones masivas, limpieza exhaustiva, etc.- que, en un futuro, con una información científica y estadística más rigurosa –con la que ahora no se cuenta-, pueden resultar –ojo¡¡, pueden resultar- lógicas desde un punto de vista de salud pública.

    Como dice la sabiduría popular, se trata de poner la venda antes que la herida y, desde un punto de vista político, electoral si se quiere, la solución del dilema parece claro.

    Álvaro

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  4. A ÁLVARO,
    ¿Qué tiene ver "la falacia del historiador" -fenómeno que es ajeno al asunto tratado, que es científico, no de interpretación de hechos- con que se suministre una vacuna insuficientemente testada?, ¿y qué tiene que ver la Psicología con el antiviral Tamiflu?
    Cuando se trata de cumplior o no cumplir protocolos científicos, introducir debates "pseudofilosóficos" ajenos al problema concreto -que no es otro que la falacia y el uso de meandros- es un movimiento ingenuo, fuera de lugar o...

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  5. Estoy de acuerdo en que la clase política en muchas ocasiones, se guia por el miedo a equivocarse. En función de esa posible equivocación toman decisiones. Sin embargo considero que, como no les falta lógica(aunque a veces no lo aparenten)toman decisiones en base a expectativas probables y no solo posibles. Conociendo los datos anteriores(y no unos hipoteticos datos posteriores) parece lógico apostar por el interes economico. Agcasmor

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  6. A Félix y, solo en parte, a Agcasmor.

    Quizás se trate de una interpretación diferente de un mismo hecho, pero del torrente informativo que sobre la gripe A hemos padecido los últimos meses, desde luego, no me atrevería a afirmar con rotundidad que la comunidad científica, así, en general, tenga claro y menos aún protocolizado el tipo de intervención más adecuado frente a la gripe A. Y es justamente en esta ambigüedad dónde, me parece a mí, los políticos adoptan una serie de decisiones digamos, electoralmente defensivas y sobre las que quería llamar la atención a través de un error cognitivo conocido como falacia del historiador.

    Estoy convencido de que las empresas farmacéuticas deben estar actuando, con la connivencia de algunos medios de comunicación, como pescador en río revuelto. Pero esta explicación me resulta insuficiente. Es difícil imaginar cómo en cuestión de semanas se pueden concertar la mayor parte de los gobiernos del mundo y, dónde democráticamente es posible, los partidos de oposición, organismos internacionales de todo tipo y medios de comunicación planetarios para postrarse ante el llamado "lobby farmacéutico"; concertación que solo puedo explicar a través de un grado de corrupción cuyo valor económico debe de ser poco menos que sideral.
    Son necesarias pruebas algo más concluyentes.
    Álvaro.

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  7. El grado de corrupción en el sistema de acumulación de capital no se puede medir... ¿Por qué? Porque la corrupción es un elemento más del sistema. Así de simple.

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