30 junio 2010

Si en el Metro de Madrid hay "salvajes", ¿qué hay en la cúpula financiera?

Cuando el Gobierno central decidió recortar los salarios del funcionariado excluyó a los trabajadores de las empresas y entidades públicas como Adif o Renfe --entre otras-- porque, según los informes jurídicos solicitados por la Moncloa, la legalidad del tijeretazo en ese tipo de empresas era, cuando menos, dudosa.
En la decisión del Gobierno central pesó sobremanera el hecho de que las condiciones laborales y los salarios de los trabajadores de ese tipo de empresas (dependientes la Administración pero a la vez ajenas a ella) estén regulados mediante convenio colectivo, de modo que --tal como establece la legislación-- cualquier modificación debe ser también negociada, pues NO son funcionarios públicos.
Pero el Ejecutivo de la Comunidad de Madrid es más listo que los letrados del Estado, de modo que se inventó una ley autonómica de medidas urgentes que, entre otras cosas, recorta un 5% los salarios de todos los asalariados vinculados a la Administración.

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Salvajismo pobre,
salvajismo rico

Al mismo tiempo que los aguerridos se inventaban esa ley regional que prescinde de principios legales de rango superior, dirigentes del PP insisten en criticar frontalmente la reforma laboral del Gobierno central, denostando también sus medidas económicas. Es más, altos cargos de ese partido alardean de que el PP es ¡el partido de los trabajadores!... Tal como demuestran las políticas laboral y económica que impulsa el Gobierno de la Comunidad de Madrid.    
La huelga de los trabajadores del Metro madrileño es salvaje, dicen.
Pero, ¿qué esperaban los gobernantes (todos) tras el salvajismo practicado por gran parte de la cúpula financiera y de la banca?, ¿por qué deben pagar los asalariados los dispendios de los aguerridos?, ¿qué hacer cuando la Administración cierra los ojos desde hace casi dos decenios ante el salvaje despilfarro de miles de millones de euros?
¿Es salvaje que los asalariados protesten cuando los empresarios modifican unilateralmente las condiciones salariales pactadas legalmente?     
Los salvajes que amenazan la estabilidad social española y europea no caminan descalzos en lejanas selvas y montañas, ni trabajan en el Metro. Los salvajes de hoy pisan parqué bien encerado y tienen cuentas cifradas en paraísos fiscales.   
En el caso de la huelga del Metro madrileño y en el escenario económico actual, lo realmente sorprendente es, primero, que no haya más huelgas salvajes y, segundo, que haya asalariados de otros sectores y empresas que critican la huelga y apoyan a Esperanza Aguirre.
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ENLACES a las páginas web de los sindicatos.  

9 comentarios:

  1. Pues se me ocurren muchos adjetivos, pero como son muy soeces mejor me los callo por respecto a su casa virtual.

    un saludo

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  2. Siguiendo a lideresa, en la cúpula financiera a pobres de pedir, de pedir y no devolver.

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  3. Ayer estuve en Doností donde una huelga general paralizó la ciudad. Tiendas, bancos, bares, todo cerrado. De regreso a casa busque información en la tele y no encontré nada. Invisible, no informaron más que de un par de incidentes. Y puedo asegurar que "huelga y calma" fueron ayer protagonistas. Sin embargo, utilizaron una imagen de archivo de un "salvaje" para hablar o mejor dicho deshablar. Me quedé descolocada, una vez más.

    El título y el final del texto lo resume todo.

    Un abrazo,

    Marta

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  4. Aunque suscribo su post casi al 100%, creo que, en este caso, como en tantos otros que observamos aquí y allá, los sindicatos o la asamblea de trabajadores han cometido el error de siempre. El error de olvidarse de que la opinión pública es decisiva a la hora de lograr el éxito o hundirse en el fracaso reivindicativo.
    Incumplir los servicios mínimos y a la vez reclamar que se cumpla el convenio es una contradicción flagrante. Si pedimos que se cumpla lo pactado, hemos de cumplir con lo que la ley prescribe. Lo contrario es ponerle en bandeja a la sra Aguirre la argumentación de que los incivilizados son los trabajadores.
    Tal vez los dirigentes sindicales se hayan visto rebasados, en esta decisión, por la asamblea (esto, en los últimos tiempos, sucede con demasiada frecuencia); de no ser así, solo cabe inferir que no han estado a la altura. Un dirigente ha de ser, sobre todo, un estratega, especialmente cuando el enemigo es cínico, a la vez que hábil y poderoso.

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  5. Anónimo1/7/10, 8:54

    Algo falla en este asunto. Si a los funcionarios, la mayoria mileuristas, ZP les rebaja un 5%, No entiendo que a los empleados publicos del metro, que he oido que cobran cerca de 40.000 € anuales, no tengan ese recorte. En cuanto al incumplimiento de los servicios minimos, eso si que no se puede permitir, si no estan de acuerdo que vayan a los tribunales, pero los servicios minimos hay que cumplirlos y si no se cumplen aplicar todo el rigor de la ley.
    Sobre los sindicatos, y sus erroneas actuaciones , poco que comentar, el pueblo sabe ya la catadura de estos personajes, que viven a costa de nuestros impuestos, yo espero que mas pronto que tarde alquien los ponga en su sitio, será facil , el pueblo llano ya ni les sigue ni los quiere.

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  6. "El pueblo llano ya ni les sigue ni los quiere" dice el anónimo anterior. En mi opinión, el gravísimo error de los sindicatos ha sido aceptar dinero del estado. De ahí deriva todo el problema. Cómo se puede tener una actitud independiente, crítica y creíble si se acepta un dinero que administran precisamente los políticos. Uno se debe siempre a quien le paga y, si se tienen demasiados liberados a sueldo, la dependencia económica puede ser determinante. Los indicatos deben financiarse exclusivamente con sus cuotas y, si no pueden mantenerse tantos liberados, tantos locales céntricos, tantas revistas ilustradas -que, por cierto, no leen ni quienes escriben en ellas-, habrá que reducirlas a su mínima expresión y regresar a la simple octavilla o fotocopia. En cuanto a los cursos que imparten, también a cambio de dinero de la UE, etc, digo lo mismo. Cuotas. sólo cuotas. Nada de dinero público procedente de quienes ni son afiliados ni quieren serlo.
    Otra cosa es la necesidad absoluta que el trabajador -pueblo llano, como dice el anterior anónimo- tiene de estar organizado sindicalmente. Si no existiese el sindicalismo habría que volver a inventarlo. Lo contrario aboca a la "negociación" directa entre el trabajador individual y su patrono. O sea, al sí señor director, lo que usted mande señor director, con el debido respeto señor director...
    Vengo a rogarle un pequeño aumento de sueldo. Es que mi esposa ha tenido otro hijo y ya sabe usted como está la vida...
    -¡No se queje usted, Fernández! Si no está contento aquí, ya sabe dónde tiene la puerta. hay mil doscientos como usted esperando ahí fuera, y esos no vienen pidiendo seguros sociales ni contrato. Ande y vuelva a su trabajo, no sea que me cabree y le eche a patadas.

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  7. Lo peor del asunto es que la sociedad asalariada en vez de apoyarse entre ellos, aman jugar el juego de los opresores, intentan imitarlos y desprecian a los de su clase, que pinche psicologia tan jodida :(.
    Saludos y felicidades por tu blog!

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  8. El comentario sobre los sindicatos me parece de una gravedad extrema. Tiene un ligero tufillo a sindicato vertical.

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  9. A ESCATO,
    El "pueblo llano" -así lo describe en su comentario- no sólo hace caso omiso de los sindicatos, sino que hace caso omiso de pràcticamente todo, incluso de sí mismo.
    El nihilismo es fuerte.

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