03 agosto 2010

Además de la invasión, Afganistán es víctima de la desinformación

El regreso de los talibanes al poder, coligados o no
con otras formaciones, es otra vez posible
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A cada día que pasa es más y más difícil entender las relaciones gobierno-ciudadanos y, en paralelo, cada vez son más los medios de información que contribuyen a la confusión debido a que han perdido el norte, pues prestan atención a las conveniencias políticas y, para redondear, hay medios que para colmo se ponen al servicio de intereses económicos.
Lo ocurrido con WikiLeaks es revelador. Veamos:

La web WikiLeaks difunde una serie de documentos probatorios de que en la guerra de Afganistán las ignominias y las salvajadas son el pan de cada día, tanto por parte de los llamados insurgentes, que actúan en su país, como de las tropas extranjeras que lo invadieron.
Es decir, la versión que proporcionan los gobiernos --casi todos, no sólo el de EE UU-- y la información que difunden casi todos los grandes medios es poco menos que un guion escrito para la industria de Hollywood;   

La primera reacción de la Casa Blanca ha consistido en minimizar la importancia de lo difundido por WikiLeaks, alegando que los hechos ventilados eran ya conocidos en mayor o menor medida --lo cual, es cierto--, pero debido al amplio eco alcanzado por las novedosas revelaciones de WikiLeaks la Administración Obama --e inmeditamente después el resto de gobiernos que mantienen tropas en Afganistán-- y sus medios han puesto en marcha una campaña de desprestigio y satanización contra WikiLeaks; y   

Imagen captada en septiembre del año pasado en la provincia
de Kunduz (norte de Afganistán), durante el entierro de los
94 muertos --todos civiles-- causados por un bombardeo de la OTAN
Al paso de unos días, los medios convencionales han logrado centrar el foco en debatir si la filtración de documentos de WikiLeaks es legítima y legal. 
Y así, por la cantidad y la insistencia de sus voces, los asesinos intelectuales de la actualidad han conseguido en gran medida lo que se proponían: a fecha de hoy lo de menos es lo que ocurre en Afganistán.
Los gobiernos pro guerra y sus servidores han logrado que los ciudadanos de Occidente atiendan a lo que deben y se preocupen por lo que hace WikiLeaks, relegando a segundo plano o al olvido las barbaridades que asuelan el país de Asia central.
A la postre, la mayoría de los opinadores "orgánicos" animan a debatir sobre WikiLeaks, al tiempo que con tanto desparpajo como desvergüenza insinúan (incluso afirman) que los imbéciles, los estúpidos, los bobos, los inútiles y/o los manipuladores son quienes consideran (consideramos) que lo realmente sustancial es que los afganos --con o sin talibanes y al margen de lo que ha confirmado WikiLeaks-- malviven y mueren en un impaís donde mandan las armas y nada se respeta.
La invasión multiplicó la espiral de odios y ha convertido la guerra en algo natural, creando dificultades añadidas a Pakistán. La situación es kafkiana, hasta el extremo de que el regreso de los talibanes al poder --coligados o no con otras formaciones-- es posible, tal como han reconocido el presidente afgano y altos cargos de la Administración estadounidense, que están considerando la opción de alcanzar pactos con los fundamentalistas religiosos para evitar otro Vietnam.
En paralelo, los ciudadanos de Occidente son invitados a creer que los burros vuelan, para lo que además se ha desatado una campaña contra quienes difunden pruebas de que la invasión de Afganistán es otro fracaso y herencia envenenada de la era Bush, una chapuza que obedece a intereses económicos (el gas de Asia Central), un desastre al que Barack Obama y los aliados del imperio no han sabido o querido poner coto.
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ACTUALIZACIÓN
En total, 92.000 documentos
Traduzco, copio y pego:   
«El valeroso soldado que envió 92.000 documentos secretos estadounidenses a WikiLeaks confiaba en que el contenido provocara la reacción de la opinión pública y que aumentara la presión política sobre Obama para buscar rápidamente una salida diplomática a la guerra. Los documentos que envió a WikiLeaks incluyen abrumadoras evidencias documentales, aceptadas por todos como genuinas, de:   
* El uso sistemático de un escuadrón de la muerte compuesto por miembros de las Fuerzas Especiales de EE UU, conocido como Fuerza de Tareas 373;  
* La matanza intencionada de civiles por parte de efectivos de la Coalición, acciones que han sido silenciadas;    
* El fracaso sin paliativos de la táctica de contrainsurgencia y de la llamada construcción de la nación;  
* La venalidad y la corrupción de los aliados afganos de la Coalición, y de    
* La complicidad de los servicios de inteligencia de Pakistán con los talibanes.    
«Es poco probable que las revelaciones de WikiLeaks cambien el curso de la guerra de Afganistán, así tituló su crónica el Washington post (...) Bajo ese titular la noticia decía que las filtraciones habían sido debatidas durante apenas 90 segundos en una reunión de altos mandos del Pentágono
«El mismo texto periodístico también cita a altos funcionarios de la Casa Blanca que afirmaron sin ruborizarse que fue precisamente la lectura hace un año de los de los informes de los servicios de inteligencia [remitidos desde Afganistán al Pentágono] lo que movió a Obama a enviar más tropas y habilitar más fondos para reforzar un esfuerzo bélico que no había recibido suficiente atención ni recursos por parte del gobierno de Bush...» [en cursiva, las frases textuales del Washington post]. 
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MÁS SOBRE EL ASUNTO:
* "Do disclosures of atrocities change anything?", en COUNTERPUNCH (eng); y
* Campaña a muerte contra WikiLeaks: "La ofensiva neocon contra WikiLeaks ya plantea ejecutar a Manning por traición", en Nación Red.

3 comentarios:

  1. Que cierto todo lo que dices Félix...
    Espero que el ciudadano de a pie no entre en esos juegos de cortinas de humo y sepa profundizar en la realidad...que es la sociedad civil que sobreviven como pueden a años interminables de guerras..
    Un abrazo

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  2. Desconozco las atrocidades que ocurren en afganistan, imagino que habrá bastantes, pero por ambos contendientes, estoy en desacuerdo con los ataques indiscriminados, pero los talibanes no son hermanitas de la caridad.
    Ademas, nunca debemos olvidar la raiz del problema, las matanzas en el atentado de las torres gemelas, del 11M en Madrid y otras, esos muertos fueron los primeros inocentes.

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  3. A HELIO,
    Hola, sin ánimo de polemizar sobre actitudes, si desconoces --como así reconoces-- las atrocidades que ocurren en Afganistán, tu opinión al respecto tiene valor relativo. Es legítima, pero...
    Y segundo, afirmas o insinúas que los afganos en general y su país deben ser considerados y tratados como responsables directos o indirectos de los atentados perpetrados en Nueva York y Madrid; cosa que no sólo no ha sido probada, sino que es sencillamente imposible.
    De hecho, el FBI ha reconocido oficialmente que ni siquiera está probado que en las barbaridades del 11S estuvieran implicados ciudadanos afganos, ni tampoco el régimen talibán.
    Y en lotocante a lamasacrede Madrid, ninguno de los islamistas fanáticos imputados y condenados es afgano, ni tampoco ninguno de ellos es miembro de una banda u organización talibán o de origen afgano.
    Todo indica --de esto sí hay pruebas-- que el régimen talibán permitía que en su territorio hubiera bandas de fanáticos político-religiosos que se entrenaban en conocimientos y prácticas militares, pero eso no responsabiliza a la población de lo que hicieran el Gobierno o esas bandas.
    Los talibanes no son hermanitas de la caridad, ¡cierto!, pero los Bush y sus aliados --que actuaron y actúan con el único objetivo de controlar reservas petrolíferas-- TAMPOCO lo son ni tienen crédito ético de ningún tipo.
    En fin, que no hay argumento racional que justifique la invasión del país ni las acciones de guerra que se están desarrollando.

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