16 abril 2012

La Cumbre de las Américas desnuda los "miedos" e intereses de Washington

La Cumbre de las Américas, celebrada este fin de semana en Cartagena de Indias, ha concluido como casi todos esperaban: sin acuerdos. El propio anfitrión, el presidente colombiano Juan Manuel Santos, así lo ha reconocido: «Que no se llegue a acuerdos es más que normal, ¿quién pensaba que aquí podía haber algún acuerdo sobre Malvinas o sobre Cuba? Todos sabíamos de antemano que no habría acuerdos».
¿Avances? Tres, pero solo uno es práctico; los otros dos avances son virtuales porque EE UU ha impuesto sus miedos, sus intereses económicos y geopolíticos y, por tanto, su veto:

* Drogas. El debate se centró en las medidas represivas, pues la posibilidad de legalizar algunas sustancias fue radicalmente descartada y las políticas de prevención y educación quedaron relegadas a segundo plano; en todo caso, esta cuestión sí alumbró un acuerdo efectivo --el único--, pues la cumbre ha emplazado a la Organización de Estados Americanos (OEA) a que elabore un informe sobre el crimen organizado, con especial atención al narcotráfico, a fin de coordinar políticas policiales y judiciales.

* Cuba. A pesar de la posición de EE UU, que incluso es reacia a hablar de la bicha, se convirtió en un asunto capital; no en vano, sólo la representación estadounidense --con el apoyo de la canadiense-- defendió mantener el boicot económico contra la isla. El resto de participantes en la reunión se manifestaron con mayor o menor entusiasmo a favor de la plena incorporación de Cuba a las instituciones panamericanas, incluida la próxima cumbre, programada para 2015 en Ciudad de Panamá.

* Malvinas. En esta cuestión también desentonó EE UU --y también con el apoyo de Canadá--; las demás representaciones dejaron claro que se trata de un caso de descolonización paralizada arbitraria e injustificadamente.

Así las cosas, la cumbre constató la existencia de dos américas: una capaz de alcanzar consensos --con independencia de que haya matices, algunos de calado--, y la otra está aferrada al estatus quo que interesa al imperio.
La frontera geográfica entre ambas américas la marcan el río Grande y el estrecho de La Florida, al norte están EE UU y la políticamente insípida Canadá y al sur, Latinoamérica --incluidos los países caribeños.
Todo apunta que Barack Obama y Hillary Clinton siguen negándose a leer Las venas abiertas de América Latina.

NOTA:
En la cumbre de Cartagena de Indias el sainete YPF-Argentina-España sólo mereció comentarios de pasillo; es más, la representación estadounidense --el Gobierno de Rajoy ha afirmado que Washington es un ¿firme aliado?-- evitó en todo momento tocar el asunto]

DE INTERÉS, selección de crónicas e informaciones difundidas en América:
"Canada splits with Latin America on Cuba, war on drugs", en The globe and mail (Canadá),
"Cumbre sin resultados", La prensa (Nicaragua),
Dosier VI Cumbre de la Américas, en El universal, rotativo de Cartagena de Indias (Colombia), 

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