06 octubre 2012

El PP se retrata con alto grado de fiabilidad en el Programa Nacional de Reformas presentado en Bruselas

Confieso que he leído el Programa Nacional de Reformas que el Gobierno de Rajoy ha remitido a la Comisión Europea en el marco del espectáculo y distracción al que asistimos desde hace meses en torno a la necesidad, o no, del mal llamado rescate de España. Y la verdad, no me arrepiento de haber leído un texto que, con independencia de la sustancia, es un insulto a la lengua castellana.
En mi opinión, se trata de un documento fundamental para conocer el alcance de las novedades legislativas y normativas que el PP tiene intención de ejecutar o ya ha ejecutado para cumplir sus compromisos, ¡y no me refiero a los electorales!, sino a los que el partido conservador selló hace ya muchos años con la élite social y empresarial de España, que en rigor es a quien representa y sirve.
Viñeta de LITORAL
El plan remitido a Bruselas es revelador porque, por ejemplo, constata sin apenas artificios que el objetivo de la reforma laboral es abaratar los costes de producción; o sea, el objetivo de suprimir gran parte de los derechos laborales conseguidos en España durante los últimos cincuenta años [a partir de mediada la década de 1960, tras las primeras huelgas de las comisiones obreras asturianas y catalanas] no es tapar agujeros bancarios ni enjugar el manido déficit, sino que las empresas y las entidades financieras mejoren el margen de beneficios.
Otro aspecto del texto que llama la atención es el relativo a la financiación de la Administración periférica (autonómica y local), pues el Gobierno de Rajoy se retrata al insistir --entre otras simplezas-- en la mentira de que el programa mediante el que los consistorios han abonado parte de sus deudas a prestadores de servicios y proveedores ha favorecido el equilibrio de las cuentas del Estado. Esto último es radicalmente falso: ver "La fórmula PP para pagar deudas municipales es un engañabobos".
[Con relación a la Administración periférica: "¿Por qué los nacionalistas españoles imputan a las autonomías los problemas presupuestarios del Estado?"] 
Algo similar ocurre con las reducciones de plantilla en los servicios públicos locales y autonómicos, ¡que son catalogadas de obligatorias!; o con el a mi criterio ilegal recorte que se aplicará a las nóminas de los empleados públicos que estén de baja por enfermedad. 
En esa linea, el plan abunda en la necesidad de reducir las prestaciones de la sanidad pública, incluyendo cierres de hospitales y cientos de despidos; burlar la Ley de Dependencia, o convertir la enseñanza pública en la clásica escuela de los pobres. Sin olvidar un detalle capital: la administración de justicia dejará de ser gratuita; circunstancia esta que tiene un alto significado porque confirma una de las características más sobresalientes de la España construida durante la sacralizada Transición: Los ciudadanos no somos iguales ante la Justicia.
Más decenas de detalles y consideraciones que, evaluado todo en su conjunto, confirman que el objetivo final del Gobierno de Rajoy es uno: conseguir que el Estado [¡cuya función y única razón de existir es administrar la cosa pública!] abarate a toda coste su funcionamiento para disponer de dinero suficiente a fin de engrasar la banca privada y los llamados mercados.
En fin, aconsejo leer el documento, ahí va el enlace vía NUEVA TRIBUNA: "Programa Nacional de Reformas. España. 2012".
[NOTA: Si usted lee el documento y está censado/a en Catalunya, Euskadi o Galicia, le ruego que tenga en cuenta el contenido del texto --¡este sí es el programa de gobierno del PP!, no el que presentó en las elecciones generales del año pasado-- a la hora de votar en las inminentes elecciones autonómicas. Gracias]
CON ANTERIORIDAD:
"El rescate de la banca empeorará las cuentas públicas de España y carecerá de efectos en la economía real".

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