28 octubre 2012

El triunfo electoral del PP en Galicia ha sido lógico y casi inevitable

Alternativa Galega de Esquerdas ha vencido la inercia del tripartito PP-PSdeG-BNG
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Ocho apuntes, sólo ocho, para entender siquiera superficialmente el enésimo triunfo del nacionalismo español de derechas en Galicia:
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1. Cuatro de cada 10 gallegos se han limpiado con las urnas
La abstención ha sido la opción más votada, pues superó el 36 % del censo; tasa que alcanza el 40 % si se suman el 2,7 % de papeletas nulas y el 2,5 % de votos en blanco. El número de ciudadanos que se han inhibido aumentó en más de 150.000 con respecto a los últimos comicios autonómicos. El éxito del partido de la inhibición se debe en gran medida a quienes proclaman simplezas como “todos los políticos son iguales”, “la política es la ruina del país” o, más absurdo todavía, “no voto porque soy apolítico” (todos estos votan por los más votados).
2. El bipartidismo ha perdido más de 370.000 votos
Redondeando, el PP ha obtenido 125.000 votos menos que en el 2009 y el Partido dos Socialistas de Galicia (PSdeG-PSOE), 227.000. El desplome de los socialdemócratas [en cuyas listas abundaban los cuadros enquistados en la nomenclatura y los políticos profesionalizados que se limitan a defender su sillón] más la elevada abstención explican que el número de escaños del PP haya aumentado.
3. El BNG ha dilapidado más de 120.000 votos.
El presidenciable galleguista
ha pagado los platos rotos que
ha dejado Anxo Quintana
¿Por qué? Básicamente, porque su dirección fue incapaz de cerrar a tiempo y de forma constructiva el prolongado debate interno, que derivó en rifirrafe. Ese error desencadenó la pérdida de valiosos activos. En este punto es obligado subrayar que --una vez consumada la derrota-- la mayoría de los cuadros del BNG siguen empeñados en cerrar los ojos e insisten en culpar del retroceso electoral a las escisiones y a la constitución de dos nuevas opciones electorales [Alternativa Galega de Esquerdas (EU + Anova + Equo + Ecogaleguistas) y Compromiso por Galicia (CxG)], obviando que el origen del problema no es ese, sino la propia incapacidad para consensuar posiciones, lo que resulta doblemente incompresible si se tiene en cuenta que el BNG es un frente --¡no un partido!
4. Fracaso, al menos de momento, del galleguismo de centro.
A pesar de que CxG abarca posiciones que van desde la socialdemocracia hasta las propias del centro-derecha, sólo ha obtenido poco más del 1 % de los votos. Este dato confirma que, al contrario que en Catalunya y Euskadi, en las clases medias gallegas no existe un sector políticamente galleguista. Más fácil: en las clases medias y alta de Galicia el único sentimiento u opción política de corte nacionalista que tiene peso es el españolismo. En todo caso, el futuro de CxG es difícil de predecir porque la formación fue creada poco antes de los comicios
5. Alto grado de ignorancia política, singularmente en el rural.
No obstante, parte de esos ignorantes no lo son, sino que se han instalado en la comodidad por interés, que no siempre es de orden estrictamente económico.
6. Reparto de escaños desproporcioando.
Una vez más, es obligado dejar constancia de que obtener escaño por Ourense o Lugo requiere, como mucho, la mitad de los votos necesarios en las circunscripciones de A Coruña y Pontevedra. Esta aberración beneficia al PP, pues la derecha de siempre goza de fuerte penetración en el interior de Galicia.
7. Pérdida de población joven.
Cada año desde hace un decenio emigran entre 6.500 y 12.000 trabajadores/as de menos de 35 años y, aparte de los efectos económicos de este fenómeno, que serán muy graves a medio plazo, el progresivo envejecimiento de la población condiciona las actitudes sociales y políticas de los electores porque, entre otras cosas, reduce el interés por el futuro, al tiempo que resta valor e influencia a la opinión y a las inquietudes de los jóvenes y, por tanto, trivializa ciertas decisiones --máxime las de orden electoral.
8. Notable apoyo mediático al PP.
Los conservadores se han beneficiado, otra vez, del respaldo que casi tradicionalmente le otorgan varios de los principales medios de información convencionales [aparte de la radio y TV públicas, que en esta ocasión todas estaban en manos del PP]; en especial por parte de quienes tienen mayor audiencia en Galicia, el Grupo Voz, aparte de ABC y La razón.
Tan firmes e inteligentes son esos apoyos que una vez finalizado el proceso electoral, ahora, la mayoría de los comentaristas y columnistas centran su atención en destripar a los perdedores y soslayan lo esencial: ¿por qué en Galicia sigue triunfando una opción que se caracteriza por su conservadurismo en materia social, su empeño en defender prebendas de la élite económico-empresarial, su afición a invertir dinero público en alardes, su propensión a otorgar subvenciones que carecen de retorno, su apego al catolicismo preconciliar, su apuesta por el caciquismo en el rural, su desprecio por la cultura autóctona, y su españolismo madrileñista?...
DE INTERÉS:
"Un gallego y un islandés fueron a votar...", por Víctor Sampedro, en PÚBLICO, y
"¿Que partidos se benefician do sistema electoral actual?", en ENXEBRE MARKETS.
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Cuadro y datos que echan por tierra una de las falacias difundidas por el Gobierno gallego del PP, que no sólo
ha maquillado las cuentas de la Xunta, sino que además ha "ocultado" su creciente y desmesurado endeudamiento
MÁS sobre la deuda de la Xunta de Galicia, en VÉSPERA DE NADA; bitácora en la que ha sido capturado el cuadro aquí reproducido, que ha sido elaborado con datos del Banco de España.

4 comentarios:

  1. Análisis perfecto. ¿Y ahora qué?. Ya sabes por qué soy, a corto plazo, pesimista. Galicia no va a levantar la cabeza porque su "realidad" política, social, económica.....no lo permite. Seguimos como en tiempos de Castelao, de los Reyas católicos, de......Seguimos como siempre. Es una pena. Esta tierra es y seguirá siendo por mucho tiempo un cero a la izquierda. El que no lo quiera ver es que está ciego. Por eso las opciones políticas aquí son las que son y tienen el resultado que tienen. Lo has analizado perfectamente. ¿Solución? Racional ninguna. Seguir tirando. Y animarnos con los anuncios "patrióticos" de GADIS: ¡Vivamos como galegos!.

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  2. Todas estas consideraciones son muy pertinentes, pero no pueden oscurecer el hecho grave y ominoso: el éxito del PP se produce cuando son públicas y conocidas por la población las políticas antisociales del gobierno de dicho partido, los recortes que practica, su apoyo incondicional a la banca, su actitud lesiva ante las libertades ciudadanas.

    Antes del éxito de Rajoy en las generales todo estas medidas se podían sospechar y temer. Ahora no; ahora ya son públicas y notorias, y aun así el éxito se ha producido. Aquella inscripción que, según la leyenda, se mostraba en la puerta del Hades: "Abandonad toda esperanza" se me impone inevitablemente. Es de esperar que la emigración se incremente de manera notable. De gallegos y de no gallegos.

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    1. Hay un detalle que conviene no orillar: la abstención.
      No hay, ¡ni mucho menos!, una mayoría de gallegos adultos que apoyen electoralmente al PP.
      En Galicia, la mayoría del PP está basada en dos pilares: el poder de los votos recibidos en Lugo y Ourense, más la abstención.
      El PP gallego NUNCA ha recibido más votos que el conjunto del centro, centro-izquierda e izquierda. Pero si a los perversos efectos de la ley D'Hont sumamos la exagerada sobrevaloración de los votos "recaudados" en Lugo y Ourense, pasarán años antes de que la derecha pierda unos comicios en Galicia. Sólo teniendo en cuenta esta distorsión entre circunscripciones, es legítimo y objetivamente correcto concluir que en las elecciones gallegas SE INCUMPLEN ASPECTOS FUNDAMENTALES DE UNA DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, pues no se respeta el principio de que todos los ciudadanos están representados en similar proporción.

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  3. Bueno, ya se sabe que a río revuelto... siempre gana el PP.

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