07 febrero 2013

En "¡Viva Paña!" está probado que la mayoría de los diputados carecen de vergüenza política

Cobrar indebidamente 1 euro del subsidio de desempleo es delito, pero
defraudar al fisco sólo es punible penalmente a partir de 120.000 euros
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Las divagaciones sobre el caso Bárcenas cansan. ¿Hay chorizos?... ¡Vaya pregunta!
Hay columnistas y analistas que parecen haber descubierto la sopa de ajo, pues dicen estar sorprendidos y, más chusco, pretenden que les creamos cuando afirman que jamás sospecharon que fulano o mengana adoleciera de mala calidad moral o ética y política.
Sin embargo, existían evidencias de que no hace falta referirse a la presunta financiación irregular de tal o cual partido, ni tampoco es preciso sacar a relucir cuadernos de contabilidad B, ni comprobar que tenemos una ministra mentirosa...
Para tener una idea cabal de la calidad moral y ética de parte de los hombres públicos de ¡Viva Paña! basta con analizar algunos de los textos legales aprobados recientemente en el Congreso de los Diputados, la institución que establece lo que debemos cumplir los ciudadanos y lo que la Justicia debe cumplir y hacer cumplir, castigando a quien incurra en falta o delito.
Un ejemplo: El pasado 17 de enero entró en vigor una reforma legislativa que, entre otras cosas, tipifica como delito el cobro indebido de prestaciones de la Seguridad Social y, ¡barbaridad de barbaridades!, el nuevo texto legal no establece cuantías. 
Más fácil: un solo euro defraudado es delito (por ejemplo, cobrar el subsidio de desempleo sin tener derecho a ello o porque el perceptor tiene un empleo no declarado) y puede ser castigado con prisión, además de con multa, cuya cuantía equivale a devolver con creces el botín.
A los diputados que han aprobado esa barbaridad (la mayoría en el Congreso la ostenta el PP) esa reforma les ha parecido justa pese a que defraudar a la Hacienda pública sólo es delito penal y puede acarrear prisión si el robo supera los 120.000 euros.
Es decir, un parado que cobra un mes de subsidio de forma irregular puede ir a la cárcel por 600, 800 o 1.000 euros, en tanto que los listos que roban a la Hacienda pública sólo pueden ser penados con cárcel si se apropian de una cuantía superior a los 120.000 euros [confío en que los jueces tengan más sentido de la proporcionalidad y a los parados que cobran irregularmente les apliquen la menor de las penas que han impuesto los legisladores]
Para calificar políticamente a esos diputados no hace falta que pertenezcan a un partido sospechoso de tener contabilidad B, ni que perciban emolumentos que multiplican por 2, por 3 o por 10 los ingresos medios de un asalariado, un trabajador autónomo o un pequeño empresario. Esa reforma del Código Penal es más que suficiente para afirmar que en ese punto la mayoría de los diputados de la actual legislatura son políticamente unos sinvergüenzas, aparte de unos redomados clasistas.
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Imagen, Pablo Arias
CON ANTERIORIDAD:

6 comentarios:

  1. Es desalentador ver qué cosas aprueban y cómo perjudican y complican la existencia de la mayoría de los ciudadanos. Sobre todo si se compara con la alta consideración en que se tienen a sí mismos, y el cuidado exquisito que exigen en el uso de la palabra. Se vió en otro día en la comparecencia de Ada Colau, de la Plataforma de afectados por Hipotecas, a quien afearon unas acusaciones duras y muy justificadas. Faltaría más, que la alta dignidad de sus señorías tuviese que pasar por eso, semejantes términos en su presencia. En definitiva, otorgan un gran peso a las palabras y muy poco a los gravísimos hechos.

    Luego

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  2. Antonio, hoy me han enviado este mensaje, y aunque es un tanto "populista", tiene su miga:
    «Grosería es comparar la jubilación de un diputado con la de una viuda.
    Grosería es que un ciudadano tenga que cotizar 35 años para percibir una jubilación y a los diputados les baste sólo con tres o con seis según el caso y que los miembros del gobierno para cobrar la pensión máxima sólo necesiten jurar el cargo.
    Grosería es que los diputados sean los únicos trabajadores (¿?) de este país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo del ISR.
    Grosería es colocar en la administración a miles de asesores (léase amigotes con sueldo) que ya desearían los técnicos más cualificados.
    Grosería es el ingente dinero destinado a sostener a los partidos aprobados por los mismos políticos que viven de ellos.
    Grosería es que a un político no se le exija superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su cargo (y no digamos intelectual o cultural).
    Grosería es el costo que representa para los ciudadanos, sus comidas, coches oficiales, chóferes, viajes (siempre en gran clase) y tarjetas de crédito por doquier.
    Grosería es que sus señorías tengan casi cinco meses de vacaciones al año (48 días en Navidad-enero, unos 17 en Semana Santa —a pesar de que muchos de ellos se declaran laicos— y unos 82 días en verano).
    Grosería es que sus señorías cuando cesan en el cargo tengan un colchón del 80% del sueldo durante 18 meses.
    Grosería es que ex ministros, ex secretarios de estado y altos cargos de la política cuando cesan son los únicos ciudadanos de este país que pueden legalmente percibir dos salarios del erario público.
    Grosería es que se utilice a los medios de comunicación para transmitir a la sociedad que los funcionarios sólo representan un costo para el bolsillo de los ciudadanos...
    Grosería es que nos oculten sus privilegios mientras vuelven a la sociedad contra quienes de verdad les sirven. Mientras, ¿hablan de política social y derechos sociales?».
    Saludos.

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    1. Pues a mí no me parece populista, Félix, ni tampoco demagógico. Encuentro que, general, las conductas que denuncia el comunicante son conductas groseras y zafias, dentro de la carga de subjetividad que estos términos encierran.

      Quizás estamos un tanto a la defensiva porque los tertulianos y comentaristas neocon enseguida tienen dispuestas estas etiquetas para eludir discusiones y zanjar temas que no les convienen. LA REALIDAD económica y política es extrema, no quienes la califican con certera crudeza. Cristina Fallarás, la incisiva columnista de eldiario.es, cuenta que en una tertulia, tras exponer su expectativa de que se reduzcan las diferencias económicas entre ricos y pobres, un contertulio, sin duda "ultra", le reprochó: "Pero es que tú eres comunista!". Este holgazán intelectual, evidentemente, buscaba escapar al debate de fondo que la periodista proponía. Utilizan consignas, slogans, para diluir cuestiones candentes y clamorosas. El holgazán -o quizás avispado táctico- demonizaba a Cristina y menospreciaba su derecho a ser comunista si le viene en gana.

      Saludos

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    2. Antonio, el autor de es especie de "yo acuso" acierta en casi todo, pues refleja taras reales, pero generalizar es peligroso y un tanto "populista".
      Con relación a lo que comentas que le ha ocurrido a Fallarás, un concejal del Gobierno de Rincón de la Victoria ha propuesto la ilegalización del PSOE por "rojo", también de IU, naturalmente, ha añadido que los ciudadanos de izquierda son potenciales asesinos y que los nacionalistas... En fin, los fascistas que anidan en el PP están lanzados:
      http://www.infoaxarquia.es/2013/02/08/un-concejal-del-pp-dice-que-hay-que-ilegalizar-al-psoe-por-terrorismo-de-estado/
      Saludos.

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  3. Ya he visto el enlace. Terrible. En qué rincón de la Historia se han metido con su voto.

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    1. No sé a ti, Antonio, pero a mi me produce inquietud. No miedo, pero sí inquietud.

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