21 abril 2014

Las dunas de Corrubedo, en el punto de mira de los creadores de burbujas

Hoy, eldiario.es publica un texto informativo que me ha obligado a recordar hechos ocurridos hace ya más de 25 años, me refiero al proyecto de construir una urbanización de lujo en el parque natural de las dunas atlánticas de Corrubedo, en el municipio de Ribeira [en la orilla norte de la boca de la ría de Arousa, comarca de Barbanza], un paraje de alto valor natural, extraordinario por singular y que incluye las lagunas de Carregal y Vixán.
A propósito pues de esa información, he recordado que durante el bienio 1987-88, los miembros de la Redacción de La voz de Galicia en Barbanza, delegación y edición recién puestas en marcha, vivimos uno de los muchos absurdos que los periodistas estamos obligados a tratar (y soportar): cuatro listos estaban destruyendo un bien público desde hacía al menos dos años a la luz del día y lo hacían con el consentimiento (por inhibición o por complicidad) de cargos públicos y de no pocos ciudadanos.
Cosa por otro lado que es bastante habitual en el Reino de España, no solo en Galicia.

Hace ya más

de un cuarto de siglo
Finalizaba el verano de 1987, cuando a través de varios vecinos de las parroquias de Artes y Corrubedo el compañero Moncho y quien esto suscribe tuvimos conocimiento de que constructores y particulares de varios municipios de la comarca de Barbanza extraían arena del complejo dunar [más adelante pudimos comprobar que incluso venían camiones desde otros puntos de las provincias de A Coruña y Pontevedra].
¿Por qué y para qué? Muy sencillo: obtenían áridos ¡gratuitos! y de alta calidad, perfectamente útiles para utilizar sin tratamiento previo en la construcción de chalés, edificios, galpones, almacenes, etcétera.
Lógicamente, comprobamos [con participación de cuatro personas] las sacas antes de elaborar y difundir la información.
Conste que se hicieron una docena de comprobaciones a distintas horas y a lo largo de quince jornadas, además de recoger testimonios y hacer fotografías.
Los camiones y las palas operaban casi a diario; Luis (otro compañero de trabajo) y yo incluso presenciamos cargas nocturnas y no solo en camiones, también acudían furgones y tractores con remolque.
También antes de publicar la información, establecimos contacto con las autoridades, así como con un abogado y un arquitecto para confirmar que las sacas eran ilegales, y conversamos con un naturalista para que nos instruyera en los efectos que podían tener las extracciones para el ecosistema dunar.

Todos lo sabían,
casi todos callaban
Una vez verificado todo, La voz de Galicia publicó una extensa información. Solo fue la primera, pues las sacas se convirtieron en un guadiana informtivo, y no solo en La voz, sino que a partir de entonces también se difundieron sueltos y reportajes en el rotativo compostelano El correo gallego y en Faro de Vigo, que junto a La voz eran [y siguen siendo] los tres periódicos con mayor difusión en la zona.
También informaron del asunto durante meses las emisoras de Cope, Radiovoz y SER, e incluso se hizo eco la televisión autonómica en al menos tres ocasiones, que yo recuerde.
En definitiva, salvo que uno pusiera máximo empeño, residir en Barbanza e ignorar que el ecosistema dunar estaba siendo dañado gravemente era imposible.
No solo publicamos textos, sino también imágenes de las extracciones, así como de camiones y tractores, insertamos mapas, incluimos testimonios y declaraciones de cargos públicos, aunque pocos se atrevieron a opinar y casi ninguno condenó los hechos.
Unos días después de publicar la información puntual y un par de reportajes complementarios que la contextualizaban, las sacas se interrumpieron.
Pero no se engañe usted, amable lector/a, no se interrumpieron porque la noticia provocara una conmoción social. En honor a la verdad, la conmoción solo fue perceptible en comentarios de café y, sobre todo, en algunos despachos, desde los que se realizaron varias llamadas telefónicas y se convocaron discretos encuentros para aconsejar a la directiva de los mancomuneros de Olveira que dejaran de despachar "autorizaciones" y que suspendieran las extracciones... aunque solo sea temporalmente, ¿vale?, hasta que la prensa se olvide del asunto...
Tal cual. Al paso de un par de semanas, un vecino de Corrubedo nos avisó de que «onte noite voltaron a pala e os camións…»
Con mayor disimulo y en menor cuantía, las sacas prosiguieron durante meses.
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«¡A usted qué coño le importa!»
¿Qué hicieron las autoridades? Nada efectivo. Eso sí, aconsejaron mucha prudencia, ¡sobre todo a los periodistas!
Recuerdo que un alto cargo [¡muy alto!, ya jubilado hace tiempo] llegó a espetarme «¡a usted qué coño le importa si cogen un poco de arena!, no están robando a nadie»...
De las organizaciones políticas en presencia, solo escuché condenas en boca de militantes nacionalistas, comunistas y socialdemócratas [por apartidista orden alfabético: BNG, Esquerda Galega, PCG y PSdeG-PSOE]
Debo subrayar que entre los ciudadanos que más hicieron por denunciar y combatir la destrucción del complejo dunar figuraban, además de cuadros de la izquierda barbanzana, profesores de básica y de instituto, sindicalistas y los entonces escasos pero muy activos ecologistas de la comarca.
Sin dejarme llevar por el optimismo ni tampoco por el pesimismo, también debo reconocer que apenas éramos un par de cientos los residentes en Barbanza que estábamos en mayor o menor medida activamente empeñados en la tarea de que los extractores fueran sancionados, o cuando menos emplazados oficialmente a dejar de socavar las dunas, y en paralelo que la Xunta arbitrara medidas de vigilancia efectivas.
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Tenían bula y hacían alarde
Personalmente, fui víctima de dos agresiones (leves), insultos (nunca me interesó contarlos, pero con seguridad superaron el medio centenar), llamadas telefónicas intimidatorias (tampoco sé cuántas), y en una ocasión incluso me vi obligado a sortear la embestida de un camión y meter el coche [el sufrido Seat Ritmo con el que me había mudado de Barcelona a Pobra do Caramiñal] en una hondonada arenosa de la que no lo pudimos rescatar hasta varias horas después.
Las sacas empezaron a remitir cuando el Gobierno gallego inició, ¡por fin!, la ordenación del área, lo que conllevó la destrucción de la red de pistas que utilizaban los vehículos de «los que no están robando a nadie»…
Pero esas actuaciones de la Administración no las vi finalizadas. Cuando marché de Barbanza, en abril de 1991, las sacas proseguían, si bien las "autorizaciones" y los "clientes" habían descendido notablemente y los areneros actuaban con extrema cautela.
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[Conozco con cierto detalle la evolución posterior a mi marcha de Barbanza porque con el paso del tiempo alguno de los entonces "enemigos" me han saludado como si todos, unos y otros, hubiéramos protagonizado una película y nos hubiéramos convertido en viejos compañeros de rodaje y de viaje…
El caso es que dos de aquellos "buenos ladrones" me confirmaron lo que sabíamos y me abrieron más los ojos con detalles que ignoraba; no obstante, he sido apartado y además a estas alturas no vale la pena remover el agua pasada porque los peligros que acechan al paraje son otros.
Por otra parte, los "buenos ladrones" ya se han jubilado o muerto, incluidos varios de los que cerraban los ojos desde la Administración y nos exigían que respetáramos a los propietarios (¿?) de las dunas y comprendiéramos a los humildes (¿?) areneros…]
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Es fácil comprender, pues, que hoy, tras leer la información de eldiario.es, me asalten los recuerdos, y sienta asco y miedo.
Asco al comprobar una vez más que los inventores de grandezas y quienes inflan burbujas son cada vez más atrevidos. Y miedo por el futuro del complejo dunar.
Salvo que haya cambiado la actitud que en general mantenía la élite de la sociedad barbanzana en los años ochenta [me refiero, básicamente, a los dirigentes de entidades civiles, al empresariado, armadores incluidos, y a los cargos públicos], la urbanización y los campos de golf serán realidad. No ahora, por descontado, pues casi nada es posible con el crédito congelado y el consumo por los suelos. Pero si saben vender el producto, la urbanización saldrá adelante.
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Y si se tercia, ¡viva el Algarrobico gallego!
Muy probablemente, si se arremangan y tienen contactos, ¡los contactos!, los promotores conseguirán que un grupo de ejecutivos avezados, algún que otro medio y políticos deseosos de apuntarse "éxitos" convenzan a numerosos ciudadanos de que cientos, acaso miles, de acomodados santiagueses, coruñeses, pontevedreses, vigueses, orensanos, lucenses, ovetenses ¡y madrileños! [porque en Galicia hay quienes aluden a Madrid como si ese nombre despejara toda duda y horizonte] competirán por comprar un chalé en Corrubedo y viajarán cada semana al segundo finisterre gallego a pasear, tomar el sol, bañarse en las playas de O Vilar y A Ladeira y, ¡cómo no!, a jugar al golf en un paraje bien venteado, con elevada pluviometría, veranos cortos y una playa, la maravilla de O Vilar, que figura entre las más peligrosas de la costa gallega por sus "traicioneras" y poderosas subidas y bajadas de marea.
Y conste que me gusta que el clima de Barbanza y de Galicia sea el que es, entre otras cosas porque si no fuera así, Barbanza y Galicia tampoco serían tan hermosas y feraces.
Si además anuncian la creación de 300 o 400 empleos, hasta podrían conseguir que la autoridad cambiara de emplazamiento el faro para levantar en el mismo cabo de Corrubedo un Algarrobico gallego.
Casi todo es justificable para ese tipo de "visionarios" porque cuando la burbuja explote, como en los casos de la Cidade da Cultura y Espacio Coruña [hay decenas de ejemplos], cuando las dunas hayan perdido otros 6/8 metros de altura y Corrubedo ya no sea Corrubedo, ellos ya habrán hecho caja.
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NOTA
El e-diario PRAZA PÚBLICA, "socio" informativo de eldiario.es, ha publicado la información del proyecto en lengua gallega: "A macrourbanización de luxo con campos de golf que ameaza Corrubedo".

3 comentarios:

  1. Como me soa a historia en semellanza con outras accións!

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  2. Me gusta como escribes y dices verdades como puños..por desgracia tienes razon y si no lo impedimos habra otro Algarrobico y seguiran los grandes "politicos,ladrilleros,y en general gente que solo piensa en su bolsillo"dandonos por el c.. hasta que toda España sea una continuacion del Levante.. pizeria,tienda de souvenirs,cerveceria etc,etc.¡¡¡YO NO LO QUIERO ASI¡¡¡

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    Respuestas
    1. Espero que los que vivís en Barbanza retoméis el asunto si los ladrilleros acaban poniendo en marcha el proyecto. La verdad es que ese paraje es tan especial que todos los que vivimos en Galicia deberíamos movernos. Los hay que con toda seguridad iremos a echaros un cabo. Viví ahí cuatro años y todavía voy de vez en cuando a disfrutar de las dunas o de otros enclaves, la Curota y todo el alto de la sierra, las furnas de O Son, la playa de Cabío, el río Pedras... Pero la dunas y las lagunas son el no va más.
      Un abrazo grande.

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