31 agosto 2014

Presidencia del Consejo de la UE: Tusk sustiturá a Van Rompuy para que todo siga igual

El hoy primer ministro de Polonia desmontó las soflamas
de la ultraderecha con sensatez, pero no logró
construir una alternativa sólida
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Tras varias semanas de correveidiles y sugerencias, incluidas las del Gotha financiero y sin olvidar la "obligación" de contentar o al menos no inquietar al amigo americano, el Consejo Europeo ha decidido que el sustituto del actual presidente, el conservador Herman van Rompuy, será el liberal Donald Franciszek Tusk, actual primer ministro de Polonia.
Tusk asumirá la presidencia el próximo 1 de diciembre. Se trata de un político semi-desconocido y sin relevancia internacional que tomará el relevo de otro que también carecía de proyección más allá de su casa.
Los "grandes" de la UE quieren conservar el control de la maquinaria, de modo que prefieren un número uno que no moleste y que sea dócil. Al día siguiente de que Jacques Delors abandonara Bruselas los "grandes" consensuaron que evitarían que la UE tuviera altos cargos con ideas de futuro. Con Romano Prodi estuvieron a punto de perder la "tranquilidad" y aprendieron definitivamente a no correr ningún riesgo.
La prudencia paralizadora en favor de "la rentabilidad" del llamado mercado único (por no decir cautivo) y la ausencia de avances en la construcción europea que han caracterizado el trabajo de Barroso y Von Rompuy se repetirán con Jean-Claude Juncker y Tusk.
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Lech y Jaroslaw Kaczinsky, líderes
de la ultraderecha
(foto capturada en The guardian
Plantó cara a los
hermanos Kaczinsky

Nacido en 1957 en Gdansk [otrora más conocida por su topónimo alemán, Danzig], Tusk estudió Historia, ni Economía ni Derecho, lo cual resulta novedoso en un alto cargo de la Unión.
Su trayectoria política y partidaria es corta en comparación con la de Van Rompuy, pero más rica en experiencias vitales y variada, pues Polonia no es Bélgica y además ha militado en distintas formaciones, si bien siempre ha mantenido posiciones liberales.
De entrada, es obligado subrayar que, exceptuados socialdemócratas y comunistas, Tusk fue uno de los pocos miembros de la clase política de la Polonia postsoviética que se enfrentó públicamente y en las instituciones a los hermanos Lech y Jaroslaw Kaczinsky, que durante varios años convirtieron Polonia en ejemplo de cómo utilizar la mayoría parlamentaria para convertir un Estado democrático en una oligarquía, en su caso ultracatólica, algo así como lo que actualmente con ligeras variantes lleva a cabo la coalición húngara que lidera Víktor Orban, el Fidesz, formaciones ambas que están adscritas al PP europeo.
En 2007 el deterioro de la vida política y económica polaca iba a más y los liberales ganaron los comicios con un programa de mínimos caracterizado por propuestas tan simples que eran aceptables para un amplio espectro social, pues soslayó las cuestiones más espinosas y evitó criticar a la Iglesia de Roma, problema que sorteó porque podía haberle restado votos.
Los liberales vencieron y Tusk accedió a la jefatura de Gobierno (primer ministro), responsabilidad que ejerce desde entonces, pues la plataforma que pilota renovó su triunfo electoral en las legislativas de 2011.
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Entre Tusk y Walesa (derecha) siempre
ha habido muy buena relación. La
imagen fue captada este año con
motivo del acto conmemorativo
del 
25º aniversario del Nobel
de la Paz que recibió el
líder de Solidarnosc
(foto capturada en Gazeta Wiborcza)

Dos perfiles
con rasgos comunes

Los perfiles de Tusk y Van Rompuy tienen rasgos comunes: uno y otro eran políticos apenas conocidos era de su país, también en círculos financieros; son reacios a tomar decisiones sin contar con aliados seguros y siempre buscan consensuar todo, hasta la letra pequeña; además, Van Rompuy era nacionalista flamenco pero lo mal disimulaba, y Tusk es un nacionalista polaco y como la mayoría de ellos en su día asumió los objetivos socio-económicos y los criterios religiosos del movimiento que capitaneó Lech Walesa al frente de Solidarnosc.
Van Rompuy también es de firmes convicciones católicas y en el caso del flamenco, además, es un ferviente defensor de la magistratura de Benedicto XVI.
¿Qué se puede esperar de Tusk como presidente del Consejo de la UE? 
Es un europeísta convencido, sin duda, pero no al estilo clásico [=derribar barreras y crear sinergias], sino al estilo Thatcher-Merkel [=tener fronteras bien delimitadas y en cuanto a armonizaciones, las menos posibles].
Tusk seguirá la ola de Alemania y Francia, sin duda, que siguen siendo los motores políticos de la Unión, aunque ya más por interés que por convicción política; prestará especial atención a Gran Bretaña, por ser la "representante oficial" de EE UU en el seno de las instituciones comunitarias, y atenderá con "cariño" a sus ex aliados y vecinos del extinto Comecon, especialmente a los tres Estados bálticos, Chequia y Eslovaquia.
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En asuntos de geopolítica, Rusia está cada vez más lejos

En las capitales de los Veintiocho había quienes alimentaban (ingenuos) la esperanza de que Tusk y la nueva responsable de Politica Exterior y Seguridad Común, la italiana Federica Mogherini, ejercieran de puentes con el Gobierno ruso. Difícil será. Tusk apoya al nuevo régimen ucraniano y la italiana ha declarado que Rusia ya «no es un socio estratégico» de la UE y, acaso para dejar bien clara su posición apuesta por ampliar la  y acoger a los países balcánicos que todavía no han ingresado... paso previo para poner rumbo hacia Moldavia, Ucrania y Georgia, lo que completaría el gran "mercado único" al que aspiran los partidarios de la Europa de las finanzas. 
La confusión todavía es grande, abundan las elucubraciones y es pronto para evaluar qué políticas pueden cambiar con la incorporación de Juncker, Mogherini y Tusk. Habrá cambios, cierto, pero serán sólo formales, excepto en el caso de las relaciones con Rusia. La inusitada contundencia de Mogherini apunta que la guerra económica este-oeste dejará de ser táctica para convertirse en posición estratégica y quizá, en uma guerra local, sorteo para el que Ucrania acumula boletos... 
Un detalle "curioso": Tusk es bilingüe: polaco y alemán, mientras que en inglés pide un bisté con dificultades; pero dicen que como alumno, aparte de obediente, es aplicado y aprende rápido.

* INFORMACIONES puntuales sobre el nombramiento en:
* ANÁLISIS: «Sobre la deconstrucción de la Unión Europea: Un diagnóstico y una propuesta», por Yanis Varoufakis, vía Sin Permiso.

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