03 agosto 2021

Bielorrusia "guerrea" contra la UE organizando la entrada en Lituania de miles de migrantes

Lukashenko defiende con otra ilegalidad la que perpetró
al secuestrar un avión para detener al periodista
que organizaba campañas contra su régimen

El episodio protagonizado por la atleta bielorrusa Krystina Tsimanouskaya, que desobedeció la orden de abandonar Tokio para regresar a su país y se ha refugiado en la Embajada de Polonia en Japón, ha reactualizado la profunda deriva socio-política e institucional que acusa el régimen de Alexandre Lukashenko, que tras el triunfo en los comicios de 2010 no levanta cabeza.
La huida hacia delante de Lukashenko no tiene vuelta atrás desde el mes de mayo de este año, cuando las autoridades bielorrusas, esgrimiendo una falsa amenaza de bomba, forzaron al comandante de un avión de pasajeros que volaba de Atenas (Grecia) a Vilna (Lituania) a hacer una escala en Mink; una vez en tierra, varios agentes ingresaron en cabina sin respetar el procedimiento legal y detuvieron al periodista Román Protassévitch, que viajaba a bordo.

[Román Dmítriyevich 
Protassévich (Minsk, 05.05.1995) ya mostró su animadversión por Lukashenko siendo adolescente, pues en 2011, con solo 16 años, fue expulsado de la escuela por participar en una protesta contra el gobierno en la denominada "Revolución a través de las redes sociales". El joven Román empezó ya entonces a adquirir popularidad, se afilió a la organización Frente Juvenil y realizó una labor propagandística creando y administrando grupos opositores en la red social rusa Vkontakte.
Inició estudios de periodismo en la Universidad Estatal de Bielorrusia, que abandonó para trabajar en medios radicalmente antigubernamentales, todos digitales y de línea editorial (e ideológica) derechista o ultraderechista. 
En 2019, Román Protassévich se mudó a  Polonia, pidió asilo político y al año siguiente solicitó la ciudadanía polaca. Colaboró brevemente con el liberal Serguéi Tijanovski, youtuber y activista opositor a Lukashenko, que fue detenido --y sigue encarcelado-- junto a su esposa, Svetlana Tijanóvskaya. Libre y solo, Protassévich participó a través de Telegram y Youtube en las protestas habidas tras las elecciones presidenciales de agosto de 2020, que contaron con el apoyo expreso de EE UU y de la UE.
En noviembre de 2020, Protassévich y Stepán Putilo, fundador de los canales NEXTA (→https://t.me/nexta_tv y →https://t.me/nexta_live, vía Telegram), fueron oficialmente acusados por el Comité de Seguridad del Estado de Bielorrusia de estar involucrados en actividades terroristas, de organizar desórdenes en las calles, de atentar gravemente contra el orden público y de fomentar la discordia social]​

4.000 migrantes
en solo cinco semanas

La UE adoptó un serie de medidas económicas y diplomáticas contra empresas y personalidades bielorrusas ante lo que era, sin exagerar, un acto de piratería aérea.
El enfrentamiento político ha sido inevitable y como Lukashenko carece de la posibilidad de replicar con similares instrumentos y de forma proporcional a las medidas económicas de la UE ha organizado --a modo de venganza-- el trasvase casi diario de cientos de migrantes a través de la frontera de Bielorrusia con Lituania, país socio de la UE.
Ayer, la eurocomisaria de Asuntos Internos, Ylva Johansson, durante su visita a Lituania precisó que «en esta frontera no nos enfrentamos a una crisis migratoria, sino a una agresión del régimen de Lukashenko».
Durante el mes pasado se vivió la llegada masiva de migrantes mayoritariamente iraquíes, junto a desheredados procedentes de distintos países africanos. El Gobierno lituano ha acusado al régimen bielorruso de instrumentalizar la desesperación de los migrantes para castigar el apoyo lituano a la oposición de Bielorrusia que reclama un cambio democrático en el país: «De una u otra manera, las instituciones de Minsk intervienen en ese flujo de migrantes», ha comentado la primera ministra lituana, Ingrida Simonyte.
Frente a los 74 migrantes que en todo el año 2020 cruzaron ilegalmente la frontera entre Bielorrusia y Lituania, solo durante el pasado mes de julio cruzaron 3.882, lo que obligó a la Agencia europea de vigilancia fronteriza al envío de 60 agentes de refuerzo a Lituania, cuya frontera con Bielorrusia suma 678 kilómetros de densos bosques.
Lituania es un país "pequeño", con menos de 3 millones de habitantes, por lo que la elevada afluencia de migrantes constituye un grave problema económico y humano por el esfuerzo que requiere atender y dar acomodo a quienes llegan sin nada.
Según han relatado migrantes llegados de Bielorrusia, arribaron al aeropuerto de Minsk tras ser embarcados en uno de Oriente Próximo, la mayoría de las veces en el de Bagdad; una vez en tierra, son alojados durante varios días en un hotel de la capital bielorrusa, donde les retiran los pasaportes y finalmente, son transportados en autocar hasta la frontera con Lituania, que la cruzan vigilados por guardias que se limitan a comprobar que los migrantes se adentran en el bosque del país vecino.

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