Hoy, 14 de abril, se conmemora el 76º aniversario de un hecho capital: La generalidad de los españoles con derecho a voto obligaron a Alfonso XIII a renunciar a la jefatura del Estado, de modo que la monarquía parlamentaria, que se había convertido en dictadura de la mano del general Primo de Rivera, cedió el paso a una república democrática. Así de simple.
A estas alturas resulta inútil dar más vueltas a lo que ocurrió el 14 de abril de 1931, es innecesario amontonar argumentos: La monarquía era un régimen desnortado y denostado.
Imagen captada esta mañana en Punta Herminia (A Coruña), junto al recordatorio a los fusilados por el régimen franquista, con motivo del acto que cada año organza el Ateneo Republicano de Galicia |
Hoy, 14 de abril de 2007, tras una transición a la democracia trufada de renuncias éticas, jurídicas e históricas, España es una monarquía parlamentaria que acusa notables defectos, pero los hijos políticos y económicos de la dictadura franquista han renunciado al robo y a los asesinatos legales que perpetraron durante 38 largos años, contados a partir del fin de la guerra incivil y excluyendo las barbaridades habidas durante la contienda, pues en esos tres años todos, sin excepciones partidarias, incurrieron en violencias innecesarias en la retaguardia.
Pues bien, hoy, 14 de abril, es necesario preguntar en voz alta qué es una monarquía y qué significa una república. No más, sin zaherir convicciones personales.
La convivencia obliga a acatar las leyes vigentes, que son democráticas en lo fundamental aunque sean hijas de una transición injustificadamente generosa con los ladrones y los asesinos del franquismo.
Es legítimo, sano y necesario abrir interrogantes de futuro.
La convivencia obliga a acatar las leyes vigentes, que son democráticas en lo fundamental aunque sean hijas de una transición injustificadamente generosa con los ladrones y los asesinos del franquismo.
Es legítimo, sano y necesario abrir interrogantes de futuro.
Sin aspavientos ni axiomas, y a tenor del grado de desarrollo cultural, ético y económico, ¿cómo justificar un régimen que otorga a una familia la prerrogativa de ostentar la jefatura del Estado? No sería justo ni racional responsabilizar personalmente a Juan Carlos I de semejante absurdo, pero convendría acabar con las satanizaciones y los endiosamientos.
Ser libres exige ser responsables y, sobre todo, ser iguales.
Sin menoscabo del respeto institucional otorgado al actual jefe de Estado: ¡Viva la República!
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me ha encantado hoy la blogosfera, llenita de banderas tricolores, lo he dicho en todas partes... VIVA LA REPÚBLICA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminara min tamén me gustou este post, turrando contra a monarquía cunha pisquiña de retranca...jeje
ResponderEliminarbuah, as bandeiras a min nin fu nin fa, pero esta...esta "ten un si q lle está", como decía miña avoa
q viva a república, si señor
"Mujer desesperada" e Marinela, agradezo-vos a visita. Por certo, a retranca é un dos mellores "instrumentos" para decir todo sen correr o risco de amosar estéril paixón e caer na trampa dos insultos ou as descalificacións que acaban por converter ao criticado nun mártir. E coido que os mártires (ou as víctimas) son outras... Unha aperta.
ResponderEliminarHola amigo Félix,
ResponderEliminarUna pregunta: si la gente en españa quiere votar Monarquía o República (muy legítimo porque la sociedad actual ha cambiado), y como bien sabes, hay gente que pide esta elección. Pero no ENTIENDO por qué no quieren entender que para hacer eso hay que Respetar las reglas que nos hemos dado en democracia, votemos, por supuesto, pero no debemos hacerlo de acuerdo a lo que dicta la Constitución?
Un saludo.
Convocar un refrendo a ese respecto o por otro asunto es perfectamente constitucional si así lo decide el poder legislativo a iniciativa del ejecutivo, o de un grupo parlamentario.
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