01 septiembre 2024

Una vez muerto el dueño de La Voz, las opiniones que merece solo sirven para conocer mejor a quienes opinan...

Presumiblemente, el 100 % de las acciones de la S.A.U. La Voz de Galicia (y/o de la Corporación Voz) han pasado a ser propiedad de la Fundación SRF-L, ¿seguro?

La madre de SRF-L cambió muchas veces sus últimas voluntades, pero menos veces que su hijo, según dicen... Suerte que entonces las acciones de La Voz ya estaban repartidas. El amo de La Voz dice desde 2001 --cuando ya había esnaquizado a la familia Rey-Berguer-- que dejaría todo a su Fundación.
Sin embargo, cuando se casó con su tercera esposa, la Sra. Fernández-San Julián, hizo un testamento que rompió el día que expulsó de casa a ella y a la hija por causa/s que ignoro... Pero ambas regresaron gracias a que altos cargos de La Voz hilaron fino...
Tras esa reconciliación y el regreso de la tercera esposa y la hija de esta, hay preguntas obligadas; por ejemplo:
¿Por qué altos cargos de La Voz corrieron a salvar el matrimonio?, ¿acaso no es suficiente con testar a favor de la Fundación para que ellos (los altos cargos) conserven el control de la/s empresa/s?, ¿testó de nuevo SRF-L tras admitir el regreso de la denostada esposa?, ¿por qué nombró consejera a la Sra. Fernández-San Julián coincidiendo con el empeoramiento de su salud y, casualmente, apenas 72 horas después de nacer su tercer nieto --el primer varón--, hijo de ERB y de su segunda esposa?
Lo que hizo o deshizo SRF-L solo se sabrá cuando se lean sus últimas voluntades... De momento lo único que cabría dar por cierto es que sus dos hijos, las dos nietas hijas de SRB y el nieto hijo de ERB quedaron fuera de juego en 2001, hace más de 24 años.
La madre de SRF-L cambió varias veces sus últimas voluntades, pero menos veces que su hijo, dicen... Suerte que entonces las acciones de La Voz ya estaban repartidas. Es más, la hermana gemela de SRF-L perdió un pleito por una finca porque se había apropiado del terreno falsificando la firma de su propio hijo, al que arruinó... en fin, los genes, genes son.

Los odios y/o los miedos intrafamiliares...

Lo más llamativo de los avatares, odios y/o miedos que ha protagonizado SRF-L, el maravilloso portento del periodismo español y de la prensa gallega --según cantan algunos-- es que logró reunir el 100 % de las acciones de La Voz gracias a que sus dos hijos eran apreciados por los familiares que poseían el 75 % del accionariado. Fue Emilio Rey Berguer (ERB) quien pidió que les vendieran el control de la empresa... ¡pues con SRF-L nada querían negociar sus familiares!
Ni tan siquiera la madre de SRF-L hablaba con su hijo... De hecho, ella falleció y en la esquela con la que los familiares informaron socialmente de la mala nueva evitaron incluir a SRF-L, el hijo de la viuda de Emilio Rey Romero que había accedido a gerenciar La Voz porque falleció su hermano --el hijo al que Rey Romero confió el rotativo-- y porque el resto de herederos ya tenían otras ocupaciones...
Para colmo, durante varios meses --desde que SRF-L pidió el divorcio a Celia Berguer hasta que ella firmó una renuncia parcial de sus gananciales--, los hermanos Rey Berguer podían haberse hecho con el control de la sociedad pues cada uno de ellos poseía un 1 %, que unidos al 49 % de la madre, pero ERB frustró esa posibilidad antes incluso de que Celia Berguer firmara el divorcio... ERB, que todavía convivía con su padre, convenció a la madre de que lo más justo era que ella cediera al menos el 10 % de sus acciones gananciales al marido, a modo de reconocimiento de que el rotativo era una propiedad de los Fernández-Latorre.
Ignoro si la madre y el hermano mayor, Santiago (SRB), eran de la misma opinión que el menor de los Rey Berguer; la madre sí, pues cedió parte de sus acciones gananciales.
Además, recuerde amable lector/a, que previamente SRF-L puso La Voz al servicio de una campaña que logró que el Parlamento Galego aprobara una reforma de la legislación testamentaria gallega que redujo del 75 al 25 % el máximo de la legítima que puede/n reclamar el/los heredero/s natural/es (por temer o) por ser obviado/s su/s de derecho/s.
A la vista de lo ocurrido después, reconozco mi ignorancia absoluta sobre "personas" que actúan como Santiago Rey Fernández-Latorre, que en mi humilde y proletario parecer no merece las flores que recibe su cadáver.
Conste también que a su hijo menor no lo entiendo, punto.
Solo SRF-L sabe los porqués de sus decisiones y una vez muerto, las opiniones que merece solo sirven para conocer mejor a quienes opinan...

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