La actualidad confirma la pervivencia de criterios y hábitos estalinistas
en los aparatos de poder de los países exsoviéticos
Los hechos protagonizados por los hermanos polacos Kaczinsky y su sosias político el húngaro Viktor Orbán han demostrado que ni siquiera la pertenencia de sus países a la Unión Europea (UE) ha logrado corregir los criterios controladores, autoritarios y mesiánicos que mamaron en las sociedades en que se educaron, regidas con mandamientos y valores de corte religiosamente estalinistas.