El 1 noviembre de 2001 el egocentrismo de Santiago Rey Fernández-Latorre (SRF-L) alcanzó el clímax al decidir que la Fundación Juan Fernández Latorre cambiara el nombre del fundador por el suyo, de nodo que pasó a denominarse Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre. El cambio de nombre fue justificado alegando que la entidad tendría nuevas funciones (¿?) y ampliaría sus cometidos (¿?).