Tal como temía, La voz de Galicia ha decidido "premiar" mis 25 años de trabajo

Hoy, viernes día 4 de mayo, he vivido el último acto de mi vida laboral en La Voz de Galicia SA tras firmar el despido en el SMAC. La relación ha durado 25 años: desde el 2 de mayo de 1987 al 4 de mayo de 2012.

¿Por qué me han despedido? Formalmente, según la notificación que recibí el pasado día 25 de abril, la decisión de la empresa obedece a «la grave situación económica» que acusa la sociedad editora.

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Pero los motivos reales deben ser otros, pues la decisión de la empresa carece de lógica laboral y económica.

Me explico:

1. En base al despido pactado, la empresa me ha pagado el equivalente al coste total de mantenerme en plantilla durante 27 meses;

2. Ya he cumplido los 58, de modo que a fecha 31 de julio de 2014, al finalizar esos 27 meses, sólo me faltarían 5 meses para cumplir los 61 años, que es la edad en la que podré solicitar la jubilación anticipada --según la legislación vigente;

3. Es decir, en lugar de despedirme ahora, la empresa podía perfectamente haber pactado conmigo, por ejemplo, que el 1 de diciembre del año que viene, al cumplir los 60 años, aceptaría un despido con una indemnización menor y pasaría al paro hasta cumplir los 61, para luego acceder a la jubilación anticipada; de modo que la sociedad editora del periódico se hubiera ahorrado dinero y yo, aunque sufriría un descuento de la pensión por anticipar el fin de mi vida laboral, sería menos grave...

NOTA (noviembre de 2014):
El Estado me ha informado de que el próximo 1 de diciembre me convertiré forzosamente (salvo que encontrara empleo... ¡ja ja!) en pensionista con cuatro años de adelanto sobre la fecha regular, no hay otra opción. Gracias a La Voz accedo a la jubilación anticipada perdiendo en torno a 350 euros mensuales sobre la pensión que me hubiera correspondido.

4. Con ese pacto La Voz de Galicia SA no sólo hubiera ahorrado la indemnización que ahora ha abonado para que aceptara el despido pactado, sino que además conservaría la fuerza productiva y la experiencia profesional de un periodista que durante 25 años ha trabajado con lealtad y a satisfacción de la empresa; no lo digo yo, lo han dicho ellos.

Es evidente, pues, que el despido es ajeno a la “grave situación económica” que figura como justificación en la carta que me entregó la directora de Recursos Humanos.

Aun siendo cierto que la empresa acusa apuros económicos debido a la caída de las ventas y de la publicidad --no es cierto que la situación sea grave--, en mi caso los motivos económicos son una excusa, pues es evidente que resultaba más barato y más rentable para la sociedad mantenerme en plantilla que despedirme.

Entonces, ¿por qué me despiden?...

El pasado miércoles día 25, cuando la directora me entregó la propuesta de despido pactado, reconocí --al igual que ya había hecho con anterioridad, incluso en asambleas de trabajadores-- que es legítimo que la empresa tome las decisiones que estime convenientes a fin de evitar la ruina; pero consciente de las circunstancias antes expuestas, emplacé a la directora de recursos humanos que concretará los criterios y/o los motivos reales que habían tenido en cuenta para despedirme. 

Se limitó a --sin mirarme a la cara-- repetir el latiguillo de la "grave situación económica" y eludió responder a mi pregunta; de modo que, a la postre y tal como indicaba la notificación, disponía de 10 días para aceptar el despido pactado o ir a juicio, en el que la empresa alegaría --así me lo advirtieron-- el ya famoso "despido objetivo por causas económicas", tal como establece la reforma legal artillada por el PP, que establece una indemnización de 20 días por año de antigüedad con un máximo de un año de salario bruto.

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Ya con la notificación en la mano, la directora de recursos humanos me emplazó a recoger mis cosas personales y abandonar inmediatamente el edificio de la empresa... 

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[Actualmente, ir a un juicio para evitar el "despido objetivo" es un riesgo, pues en el juzgado de lo social o en segundo instancia, en el Superior de Xustiza de Galicia, la empresa puede obtener perfectamente el visto bueno para proceder a un despido barato. Existía la posibilidad de obtener una indemnización algo más elevada (en torno a 30.000 euros a mayores), pero lo más probable es que la Justicia avalara la tesis de que la empresa renquea --pese a que ha invertido en otras empresas, lo que provoca que teóricamente acuse pérdidas--, de modo que la indemnización se quedaría en menos de la mitad de los 110.000 euros]
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¿Por qué me han despedido?

¿Será porque tengo barba?, ¿acaso porque no uso corbata?...

¿O será porque me desacredita el hecho de que durante esos 25 años haya aceptado cinco cambios de domicilio y ciudad, amén de residir seis años en el extranjero?, ¿o por aceptar con naturalidad una decena de cambios de sección y de tareas?

¿O quizá me han despedido porque el suplemento dominical de economía, Mercados, en el que he trabajado durante los últimos años, es un producto tan deleznable que merecía un castigo pese a las felicitaciones recibidas por parte de empresarios, sindicatos y otros agentes de la actividad económica, gabinetes de comunicación, economistas, dirigentes políticos y responsables de distintas entidades ajenas a La voz?

¿O será, lisa y llanamente, que me despiden porque alguien se ha propuesto joderme la vida poniendo en grave peligro mi acceso a una pensión de jubilación digna?, ¿o porque soy zurdo?, ¿o porque los contenidos de mis textos son inconvenientes?... Y si lo son, ¿para quién son inconvenientes?

No he sido el primero y sé a ciencia cierta que no seré el último trabajador con el que alguien alardea de su poder, tanto en la empresa como fuera de ella y, de paso, lanza un aviso a navegantes.

En fin, desde hace ya unos años algunas lumbreras se han propuesto tirar por la alcantarilla el acervo y la credibilidad de La voz. La lista de despropósitos sigue creciendo.

Ellos saben por qué y para qué. Yo también.
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CON POSTERIORIDAD:
* mayo 2013, "Desde los aledaños de La voz de Galicia: ¡Mira que somos idiotas los periodistas!".
RELACIONADO:
* marzo 2008, "El periódico pierde valor como transmisor de hechos y conocimientos".
DE INTERÉS:
* "Los despidos de la prensa vistos con los ojos de un periodista".