El descaro de esta gente es cada día un poco más ofensivo, un poco más injurioso.
¿Cómo se puede afirmar "lo haré aunque haya dicho que no lo haría"?. Un gobernante que tuviese decencia tendría que dirigirse a los ciudadanos y decirles: "ya que no estoy en condiciones de cumplir aquello que prometí, sino que me voy a ver obligado a hacer lo contrario, someteré a referendum mi gestión para asegurarme de que la ciudadanía la acepta en las nuevas condiciones".
Pero ya lo he dicho: uno que tuviese decencia.
Lo peor es que, después de lo que llevamos visto, ¡aún llevan ventaja de casi 10 puntos sobre los siguientes, según las encuestas!
Cómo no repetir el tópico, pero con signos de interrogación en lugar de admiración: ¿en qué país vivimos?
Antonio, vivimos en un país en el que durante decenios se inculcaron principios y creencias (NO conocimientos) que siguen condicionando el presente y el futuro. Por ejemplo, todavía son numerosos los ciudadanos que consideran que quienes acceden a un cargo público hace un favor a la sociedad: "¡Fulano, que tiene millones, se conforma con ser director general, consejero o ministro!... Se ha sacrificado... Tiene mérito Fulano porque seguro que ganaría más en la empresa privada..." El asunto tiene mucha enjundia. ¡Hasta la corrupción goza de varios millones de justificadores! Y las verdades a medias, más. Y para redondear se ha instalado la falacia de que un servicio público debe ser gestionado como una empresa privada --¡con beneficios incluidos!
NOTA: ImP no publica injurias ni imputaciones de faltas o delitos sin aportar pruebas ni referencias judiciales o sentencia. Sólo serán publicados los anónimos que a criterio del administrador sean de interés.
El descaro de esta gente es cada día un poco más ofensivo, un poco más injurioso.
ResponderEliminar¿Cómo se puede afirmar "lo haré aunque haya dicho que no lo haría"?. Un gobernante que tuviese decencia tendría que dirigirse a los ciudadanos y decirles: "ya que no estoy en condiciones de cumplir aquello que prometí, sino que me voy a ver obligado a hacer lo contrario, someteré a referendum mi gestión para asegurarme de que la ciudadanía la acepta en las nuevas condiciones".
Pero ya lo he dicho: uno que tuviese decencia.
Lo peor es que, después de lo que llevamos visto, ¡aún llevan ventaja de casi 10 puntos sobre los siguientes, según las encuestas!
Cómo no repetir el tópico, pero con signos de interrogación en lugar de admiración: ¿en qué país vivimos?
Antonio, vivimos en un país en el que durante decenios se inculcaron principios y creencias (NO conocimientos) que siguen condicionando el presente y el futuro.
EliminarPor ejemplo, todavía son numerosos los ciudadanos que consideran que quienes acceden a un cargo público hace un favor a la sociedad: "¡Fulano, que tiene millones, se conforma con ser director general, consejero o ministro!... Se ha sacrificado... Tiene mérito Fulano porque seguro que ganaría más en la empresa privada..."
El asunto tiene mucha enjundia.
¡Hasta la corrupción goza de varios millones de justificadores! Y las verdades a medias, más.
Y para redondear se ha instalado la falacia de que un servicio público debe ser gestionado como una empresa privada --¡con beneficios incluidos!