02 mayo 2012

Los «técnicos en derechos civiles» de Rajoy apuestan por recortar derechos

En el Gobierno de Rajoy hay «técnicos en derechos civiles» que apuestan por imputar delito penal a los organizadores y participantes en actos celebrados en espacios públicos en los que alguien, aunque sea un solo individuo, cause daños a las cosas o a las personas.
El objetivo de esa iniciativa jurídica no es poner coto a los altercados que en ocasiones se registran en las concentraciones de gente festiva frente a las discotecas o los pub de moda, a la salida de un espectáculo o en un gran comercio el primer día de rebajas; tampoco les preocupa en exceso que haya peleas absurdas --con muertos incluidos-- en el interior o en los aledaños de los estadios o en concentraciones similares.
Estas son circunstancias y daños naturales... Estas y otras muchas situaciones preocupan, no lo dudo, pero no tanto como para convertirlas en el eje de una iniciativa político-legislativa.
 Lo que realmente preocupa a los «técnicos en derechos civiles» del actual Gobierno es que los ciudadanos se organicen y protesten de forma colectiva --lógicamente, prefieren que protestemos de uno en uno y con el carné en la boca.
Tanto les preocupa la creciente movilización social que se han visto obligados a «forzar el ordenamiento jurídico», así lo ha reconocido el propio ministro de orden público. 
Ciertamente, ha habido individuos que con motivo de una protesta ciudadana han sido incapaces de controlar su ira [¡casi siempre alimentada por quienes previamente les han conducido a la ruina o a la desesperación personal!], eso nadie lo niega. Pero los reventadores de manifestaciones y los provocadores de disturbios que en primera instancia deberían preocupar a quienes ostentan cargos en un Estado democrático de Derecho son estos: pulse, por favor, y vea cómo actúa la Autoridad para defender los derechos civiles.
¿Por qué será que el Estado no sabe, no quiere o no puede combatir la creciente violencia económica y estructural, que inevitablemente siempre genera violencia social?
CON ANTERIORIDAD:
"¡Violencia en Barcelona", gritan los hipócritas tras robar el futuro a toda una generación", 
"¡Hasta un instructor de policías reconoce que el capitalismo del desastre ya es realidad!", y
"Si en el Metro de Madrid hay salvajes, ¿qué hay en la cúpula financiera?".
..  
DE INTERÉS.
Texto íntegro del editorial de DIRECTA, semanario de Barcelona; traducido del catalán:
Un comisario de los Mossos habla de "ratas" que "lo pagarán caro"; el responsable de los antidisturbios afirma en la TV que si fuera necesario, golpearía a Ghandi; el consejero de Interior, desbocado, opta como única solución por reimplantar [el régimen de] "el miedo", y esta misma semana la policía visita a los rectores de universidad para exigir que [elaboren y] les entreguen listas identificando a los estudiantes movilizados. 
Como guinda, una web operativa desde ayer [24 de abril] viola abiertamente la presunción de inocencia, la privacidad, la intimidad y recurre a la perversión de invitar a los ciudadanos a que ejerzan de delatores, fomentando la persecución. McCarthy, 1950. Catalunya, abril de 2012. Ha sido decretada la caza de brujas, Interior intenta implicar a parte de la sociedad en la represión contra la disidencia. Todas las dictaduras lo hacen. 
Pero, bien mirado y a pesar de que el poder está generando una dinámica perversa y obsesiva, la activación de esa web es más demostrativa de la impotencia del poder, incapaz de descodificar las raíces y la extensión del malestar, que de su fortaleza. Débil, el somatén [por los mossos d'esquadra] convergente recurre a la coacción a fin de imponer las tijeras a golpe de porra. Ya lo dijeron los miembros del movimiento tupamaro en tiempos peores: si han regresado [los represores], es porque aún existimos. Si apuestan por reimplantar el miedo es porque son conscientes de que hace apenas un año fueron derrotados [por los indignados] en las plazas. 
Cuando quienes mandan pierden la vergüenza, es necesario que quienes están obligados a obedecer pierdan el miedo. Urge perder el miedo completamente. Hannah Arendt lo subrayó hace años: el peor enemigo de una autoridad enloquecida es el desprecio y la mejor manera de socavarla es la risa. A los nuevos ciudadanos proscritos, nuestra mejor sonrisa. Más la solidaridad y el apoyo mutuo. Estamos con vosotros.
ENLACE a "Desafiar el règim, desobeir la por" (desafiar al régimen, desobedecer al miedo).

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