Desde hace ya más de tres años numerosos internautas, blogueros, tuiteros y sobre todo cada vez más economistas --incluidos casi todos los comvencionales, que en este caso coinciden con los altermundistas y los anti-sistema-- hemos repetido hasta la saciedad que el origen de la mal llamada crisis económica no está en España, sin restar importancia a los agravantes autóctonos.
Casi todos hemos insistido también en que entre los responsables originales de la debacle no figuraban el entonces presidente de Gobierno español, Rodríguez Zapatero, ni el PSOE --sin menoscabo de los errores que cometieran cuando intentaban paliar lo inevitable.
Casi todos hemos insistido también en que entre los responsables originales de la debacle no figuraban el entonces presidente de Gobierno español, Rodríguez Zapatero, ni el PSOE --sin menoscabo de los errores que cometieran cuando intentaban paliar lo inevitable.
Es más, durante los últimos cuatro años años cada vez más personas juiciosas, sensatas, sistémicas o no, junto a economistas de distintas escuelas y sensibilidades hemos advertdo y denunciado que el principal partido de oposición y único aspirante real a tomar el relevo del PSOE en el Gobierno, el PP, se ha limitado a utilizar la recesión, la codicia y el caos bancario para desprestigiar al Gobierno, alimentado la desconfianza en la economía española, en su sistema financiero y de hacerlo también en el extranjero.
[Esas advertencias, por cierto, eran despreciadas e incluso negadas en la mayoría de los mass media y en las TV, que otorgaban más espacio y atención a los bulos y a las malintencionadas declaraciones que hacían los dirigentes del PP]
Y para cerrar el bucle, ahora, el Gobierno de Rajoy cosecha lo que sembró, lo que todos esperábamos y temíamos salvo quienes cerraban los ojos y estaban interesados en que la mayoría de ciudadanos los cerraran.
Los dirigentes del PP mentían, eran unos ignorantes o lo hacían ver cuando afirmaban con insistencia que la marcha de la economía corregiría el rumbo en un plis-plás y los mercados financieros renunciarían a seguir ganando dinero fácil si Mariano Rajoy accedía a la presidencia de gobierno... ¡simplezas!
[Félix, la economía es el único ámbito humano en el que Dios jamás existió ni existirá --me comentó ayer un economista "de orden" y buen amigo--, ¡eso lo saben hasta los píos católicos del PP!]
El gancho electoralista del PP era una soberana estupidez o, a lo peor, era fruto de la simple malicia de quienes aspiran a tomar el poder a cualquier precio, contando trolas y aprovechando la ignorancia o la esperanza de millones de votantes.
Los hechos son irrebatibles, por mucho que ahora se inventen explicaciones al empeoramiento de la macroeconomía española y de las economías de los españoles del común.
A estas alturas resulta cansino advertir una y otra vez de lo dicho hace uno, dos, tres, cuatro años... resumiendo: la recesión económica es consecuencia de un castillo de naipes bancario-financiero --por no decir estafa-- y los problemas que acusa la eurozona se deben a que la Unión Económica y Monetaria es un bluf sin armonización fiscal, sin un banco central que ejerza como tal en todos los aspectos, y por creer en la falacia de que los mercados financieros se autorregulan...
Se ejecute o no la intervención de la contabilidad del Estado español --el llamado rescate, ¡otro eufemismo!--, las consecuencias de la receta Merkel que imponen los países ricos de la UE son inevitables: padeceremos otros dos años, ¡como mínimo!, de apuros económicos.
CON ANTERIORIDAD,
"Vivienda: De los créditos basura a los precios simulados" (octubre 2008), y
"¿Por qué la banca evita la caída del precio de la vivienda?" (julio 2009).
"¿Por qué la banca evita la caída del precio de la vivienda?" (julio 2009).
Hay un libro nuevo, o relativamente nuevo, sobre el descomunal ataque a las condiciones de vida de los trabajadores perpetrado a comienzos de este siglo XXI:
ResponderEliminarLa Troika y los cuarenta ladrones, de Santiago Camacho, editorial La Esfera de los Libros. Libro muy didáctico de Camacho, que hace unos años ya contribuyó a esclarecer el panorama con Las cloacas del Imperio,
No pude seguir tu consejo de forma inmediata, abrí el libro el pasado domingo y concluí ayer la lectura. Me sumo a tu recomendación.
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