24 octubre 2014

Los avatares de la Marca Hispánica constatan el origen plurinacional de España

Hay quien oculta que el Reino de España fue creado en 1716
por Felipe V, que fagotizó las monarquías de la Casa de
Aragón y selló la unión jurídica política de las Españas

[En nota a pie de texto figura la reproducción del artículo de ABC que motiva este post]
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La Marca Hispánica del Imperio Carolingio fue creada en la segunda mitad de la década del 761 y se prolongó durante poco más de cien años. Los dominios implicados en el pacto de raíz religiosa y con objetivos territoriales abarcaban la franja de la Península, de este a oeste, comprendida entre los Pirineos y la frontera norte de los poderes hispano-islámicos.
Los francos no impusieron un modelo predeterminado o único, de manera que los señores locales y los nobles visigodos que fueron cooptados --voluntariamente o bajo presión-- para integrarse en la Marca mantuvieron vínculos de variada índole con el poder carolingio, con sede en Aquisgrán (Aix-en-Provence o Achen; actualmente, ciudad de Países Bajos). 
Todo empezó tras completarse la penetración del islam en la Península. 
Una vez derrumbado el Reino de Toledo --que tras derrotar al Reino Suevo de Galicia, la primera monarquía constituida en la Península (año 409) y en Europa occidental tras iniciarse el colapso del Imperio Romano de Occidente--, que abarcaba toda la Penísula y parte del medidía galo, los yihadistas y la población hispano-musulmana acometieron el reto de extender su poder y la nueva religión al norte de los Pirineos. 
Esa progresión parecía haber sido conjurada en la batalla de Poitiers, en el año 733 (¿?) Fue una gran victoria, pero sólo una batalla, por lo que los visigodos, que todavía dominaban gran parte del mediodía galo, y los francos temían una segunda intentona.
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[El año de la batalla de Poitiers es objeto de una controversia de difícil resolución, quizá "sin fin", debido a que en los documentos de la época que se conservan figuran tres dataciones en otros tantos años732, 733 y 734]
 
El recelo de los católicos estaba justificado porque en el 719 los hispano-musulmanes habían avanzado por la costa catalana, cruzaron los Alberes, conquistaron Septimania [grosso modo, el Languedoc oriental] al derrotar a los nobles visigodos y pese al revés de Poitiers, los musulmanes se habían afincado en la región con notable aceptación social, a lo que contribuyó la actitud contemporizadora de los numerosos seguidores del arrianismoversión heterodoxa, antidogmática y antimisógena del cristianismo que tenía muy elevada aceptación en el sur de la actual Francia.
Con capital en Narbona [rebautizada Arbuna por el valí bereber que comandaba el ejército yihadista], la taifa islámica de Arbuna utilizó la rada próxima a la ciudad para mantener estrecha relación con enclaves ibéricos y norteafricanos; no obstante, la función más relevante de la dársena, aparte de las comerciales y militares, fue servir de puerta de entrada para varios cientos de colonos, favoreciendo así la implantación de la cultura y fe islámicas en Narbona y su área de influencia.
Sucesivos intentos de someter la plaza por parte de los visigodos y luego de los francos --una vez instalados estos en Tolosa (Toulouse)-- fracasaron, hasta que e el año 759 el levantamiento de la población narbonense no islamizada aniquiló a parte de la guarnición, apresó al valí y abrió las puertas a los visigodos --todavía fuertes en varios enclaves cercanos-- y recuperaron el control de la ciudad, provocando la progresiva migración hacia el sur de varios miles de creyentes.
Pese a ello y precisamente por el carácter insurreccional de la derrota sufrida por los yihadistas en Narbona, los miembros más influyentes de la corte carolingia de Aquisgrán estaban convencidos de que el poderoso Emirato de Córdoba, casi recién constituido (756), acabaría relanzado la yihad para ganar fieles y tierras al norte de los Pirineos.
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Empobrecidos y sin poder militar,
pero con alto valor geopolítico

Tras la irrupción de los mahometanos en la Península (711), su rápida progresión y la aceptación generalizada del nuevo orden social y religioso desde el Estrecho hasta las costas del Cantábrico y los Pirineos, al pie de esta cordillera una veintena de familias de la nobleza visigoda y señores locales resistían el embate, conservando pequeños territorios pero condenados a guerrear sin tregua so pena de ser aniquilados.
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[INCISO: En este punto es obligado dejar constancia de que en el cuadrante noroeste de la Península y a lo largo de la cordillera cantábrica (desde el agreste oriente de la actual provincia de Lugo hasta el macizo vasco) existían enclaves y comarcas que los yihadistas no habían logrado someter, dode gobernaban nobles visigodos y señores locales cuyas huestes se beneficiaban de la intrincada orografía.
Durante el bienio 717-718 se produjo en Asturias la que está considerada como la primera rebelión de hispano-cristianos exitosa, pues logró arrebatar tierras al poder hispano-musulmán.
Una vez controlados parte de los Picos de Europa (en las actuales comunidades astur y cántabra) los alzados conquistaron una franja costera (en el área del actual Gijón), y Pelayo se autoproclamó
princeps de los astures y poco después, rey.
Fue el primer monarca de fe cristiana plenamente independiente y enfrentado a los hispano-musulmanes tras el colapso del poder visigodo. En el 722 la sede del todavía diminuto reino astur fue establecida en Cangues d'Onís]

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En la cara sur del Pirineo la situación era extremadamente precaria y una de las primeras decisiones de Carlomagno, coronado rey de los francos en el 764, fue poner en valor a los nobles visigodos y señores locales de fe cristiana que resistían en las montañas con la finalidad de crear un "colchón" entre los carolingios y el islam hispano.
Emisarios de Aquisgrán establecieron contacto con los acorralados hispano-cristianos para forzarles a recibir ayuda carolingia (mercenarios incluidos) y aceptar las "sugerencias" del poder imperial.
En la segunda mitad de la década de 761, cuando una tras otra entraron en vigor las alianzas de la Marca Hispánica, la única monarquía regida por un hispano cristiano en la vertiente sur de los Pirineos que había logrado consolidarse y que, al parecer, disponía de fortaleza suficiente para resistir presiones hispano-musulmanas era la del Pampilonensium rex. 

[En el 925, Sancho IV se proclamó Rex navarrae (todos los documentos se escribían en latín). Historiográficamente, también se emplean las expresiones Condado de Pamplona durante la época de los monarcas navarro-aragoneses (pues eran condes del Sobrarbe), y Reino de Nájera o de Pamplona-Nájera a partir del 918, cuando el monarca Sancho Garcés I, aliado con Ordoño II de León, amplió sus dominios hacia el sur y conquistó. entre otras localidades, Náxara (Nájera)y gran parte de la actual provincia de Logroño, territorio que confió a su hijo García Sánchez con la denominación de Reino de Nájera.
Tras la  destrucción de Pamplona por Abderramán III, en el 924 y morir su padre unos meses después, García Sánchez I se convirtió también en rey de Pamplona, estableciendo la Corte en la ciudad hoy logroñesa, en detrimento de Pamplona; de modo que Nájera y Pamplona compartieron rey pero siguieron siendo dos monarquías hasta la muerte de Sancho III el Mayor (1004-1035), cuando los dos reinos asociados abarcaban buena parte del tercio norte peninsular, desde Catalunya hasta la actual Cantabria. 
Sancho III fue el gran impulsor de la ciudad de Nájera, donde celebró Cortes y otorgó el Fuero de Nájera, origen de la legislación navarra. En su herecia, Sancho III repartió sus dominios entre sus hijos: García Sánchez, rey de Nájera y de Pamplona (o de Navarra); Fernando, conde de Castilla y futuro rey de León;  Ramiro, rey de Aragón; y Gonzalo Sánchez, rey del Sobrarbe y la Ribagorza. 
Así las cosas, es lógico que los najerinos afirmen que su ciudad es la cuna de los reinos de Aragón, Castilla y León]

Alminar del antiguo cementerio
de Qala'a, en Saraqusta.
El inmueble y camposanto
fueron cristianizados y
rebautizados: San Pablo.
 Más detalles de la
Zaragoza andalusí en la
página
 Tzagr alAndallús
 

Iruña y Saraqusta protagonizaron
el primer pacto entre
musulmanes y católicos

Los datos disponibles referidos a los siglos IX, X y XI indican que el poderío de Pamplona era relativo.

[La Pompaelo romana, o Iruña, como era conocida por los vascones, la etnia que poblaba la zona y que solo fue romanizada en la ribera del Ebro y en la actual comunidad de La Rioja, por lo que seguía utilizando su propia variante del íbero, el euskara, euskaro o euskera]

La ausencia de ataques islámicos no se debía a la solvencia militar de los vascones y visigodos de Pamplona/Iruña, sino a las estrechas relaciones que varias familias de la nobleza local habían establecido con la élite musulmana que ostentaba el poder en Saraqusta [Zaragoza], que era la capital del poderoso valiato o valiyato vasallo --como todos los poderes islámicos de la Península-- del Califato Omeya de Qurtuba (Córdoba), fundado por Abderramán III y que acabó dividiendose en taifas.
Fue el primer acuerdo de facto (no escrito) habido en la Península que propició la convivencia entre sendos poderes católico y mahometano, lo que favoreció --esto es sustancial-- el establecimiento de sólidos lazos entre las gentes de ambos territorios.
Tras el Reino de Asturias constituido en la cordillera cantábrica, proclamado en el 720/722 --no hay documento que dé fe--, el Condado de Pamplona fue la segunda monarquía de la Península y primera de la franja pirenaica independiente de los musulmanes --aunque en aquel escenario sería más correcto decir la única no enfrentada al islam-- y de los francos; de los primeros gracias a su alianza con Saraqusta y de los segundos porque en el año 778 tropas vasconas aprovecharon con sorprendente osadía el fracaso de la incursión de Carlomagno en su intento de conquistar Sarakusta.
Resumiendo: cuando el ejército carolingio iba de retiraba tras el inútil sitio de Saraqusta, los vascones atacaron la retaguardia del ejército carolingio con el apoyo de los guerreros islámicos que seguían a los francos [esa tropa hispana no tenía intención de atacar, su misión era comprobar si la marcha de la expedición carolingia era sólo táctica o definitiva]
La práctica aniquilación de las huestes que comandaba Roland le Preux, sobrino de Carlomagno, en el desfiladero de Roncesvalles reforzó la independencia de Pamplona respecto de Aquisgrán al tiempo que sellaba la alianza entre los vascones cristianos y los hispano-musulmanes de Saraqusta.
El Condado de Pamplona sólo se adscribió a la Marca por razones tácticas durante un breve período, apenas once años: 806-816.  
Mientras tanto, la nobleza autóctona del extremo noreste peninsular, reforzada con mercenarios carolingios, logró finalmente bajar de las montañas, consolidar sus posiciones, ampliar sus dominios y conquistar las plazas de Girona (785) y Barcelona (801), la segunda gracias a la intervención de un ejército carolingio.
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Once años  de máximo apogeo certificaron el éxito
de la iniciativa de Carlomagno

El siglo IX se inició con todas las monarquías  --exceptuada la astur--integradas en el pacto hispano-carolingio, la Marca Hispánica, que alcanzó la extensión y fortaleza suficientes para calificar de exitosa la iniciativa de Aquisgrán.
Exceptuados el reino astur y el Condado de Pamplona, el Imperio Carolingio pactó los primeros monarcas ibéricos, todos con el título de conde y todos obligados a jurar fidelidad a los acuerdos sellados con Carlomagno.
Durante once años, 806-816, período en el que Pamplona/Iruña permaneció adscritas a la Marca, el imperio carolingio logró influir (con mayor o menor efectividad) en las dieciocho  monarquías cristianas existentes en la franja de territorio peninsular que media entre las costas mediterránea y cantábrica [→ver el primero de los mapas que acompañan este post].
La plácida relación hispano-carolingia duró relativamente poco, pues mediado el siglo IX ya eran tres las monarquías del norte ibérico --amén de Asturias-- que habían consolidado su base socio-económica y militar e iniciaron su alejamiento más o menos rápido y amistoso de los francos.
En poco más de un siglo esos tres condados se convertirían, junto al reino astur, en las monarquías preeminentes en la franja norte de la Península; a saber:
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* Condado de Pamplona, que ya plenamente independiente su monarca fue bendecido con el título de rey en el 816: Íñigo Íñiguez o Íñigo Arista.
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[INCISO: Los padres de Íñigo eran el noble cristiano Íñigo Fortúnez y Oneca, una joven musulmana de la clase alta de Saraqusta (Zaragoza).
Apenas un lustro después de haber dado un hijo al vascón Fortúnez, Oneca regresó a su ciudad de origen, Saraqusta, donde matrimonió por segunda vez, en esta ocasión por el rito musulmán con el valí Musa I, al que también dio un hijo, el futuro Musa II; por lo que al paso de los años se dio la singular circunstancia de que la máxima autoridad civil y militar de la islámica Saraqusta y el rey de la cristiana Pamplona eran hermanastros]
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El rey pamplonés puso en marcha un ambicioso plan para extender sus dominios, que abarcaron todos los territorios poblados por los vascones (incluida una franja del actual departamento francés de Bayona), así como la mitad oriental de la actual Cantabria y, avanzando hacia el sur y el oeste, Pamplona acabó haciendo suyas las tierras de la actual comunidad de La Rioja y las del entonces novísimo Condado de Castilla, que años después regresó a la disciplina del Reino de León, cuyo monarca Ordoño --hijo de Sancho III de Pamplona y Nájera-- fue quien en el año 850 había cedido el título de conde y señor de Bardulia [la mitad norte de la actual provincia de Burgos, germen de Castilla] a su cuñado Rodrigo, asignándole dominios y prerrogativas.
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* Condado de Aragón, cuyo titular se erigió en rey en el año 810 al fusionarse la monarquía de Sobrarbe y Ribagorza con el pujante Condado de Jaca, que fue la primera capital política del reino aragonés.

* Condado de Barcelona, que fue absorbiendo a sus homónimos vecinos, empezando por los de Ausona (Vic) y Girona. Una vez finalizada la relación con los francos, los condados catalanes constituyeron una suerte de estructura federal a la que bautizaron Principat de Catalunya, según prueban varios documentos, siendo de especial significado por motivos territoriales el emitido con motivo de la sesión de las Cortes catalano-aragonesas celebradas en 1350, en Perpinyà, capital del Rosselló (en castellano, Rosellón).

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Petronila de Aragón y
Ramón Berenguer IV de Barcelona

1164-1715: Un solo titular
para las cuatro monarquías
del levante ibérico

El jefe de la Casa de Aragón llegó a ser  titular de las cuatro monarquías que compartieron soberano hasta 1700, cuando falleció sin descendencia Carlos II, desencadenándose al año siguiente la guerra de sucesión (1701-1715)...
Esa asociación de monarquías del levante peninsular [primero dos, el reino de Aragón y la federación de condados de Catalunya que pilotaba el titular del de Barcelona, a los que un siglo después se sumaron los reinos de València y Mallorca] quedó constituida el 13 de noviembre de 1137 cuando el monarca aragonés Ramiro II el Monje firmó la cesión administrativa o regencia de de sus dominios al conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, que previamente se había casado con la hija primogénita del aragonés, Petronila de Aragón (Peronella d'Aragó).
Ramón Berenguer, primus inter pares de los condes catalanes, asumió entonces la gobernación del territorio aragonés como «príncipe y dominador de Aragón», según consta en documentos por él suscritos; no obstante, Ramiro II conservó el título de rey de Aragón que a su muerte heredó su hija Petronila.
Tal como indica la documentación, los esponsales entre el catalán y la aragonesa se hicieron bajo la fórmula denominada matrimonio en casa, de modo que el esposo gobernaba también los dominios de la familia de su esposa, Aragón, pero no era el cabeza o jefe de esa familia real, dignidad esta que mantuvo Ramiro II hasta su muerte y que fue transferida entonces a su hija, pudiendo ser heredada sólo por el primer hijo varón de la aragonesa, no por su esposo, ni siquiera en el caso de que ella falleciera antes que él, salvo si ella moría sin dejar descendencia.
Así, en 1164 el hijo primogénito del catalán Ramón Berenguer y de la aragonesa Petronila, Alfonso, se convirtió en monarca por doble partida al confluir en él las soberanías del Principat de Catalunya y del Reino de Aragón.
Posteriormente, la Casa Real originaria de Aragón con sede en Barcelona, amplió sus dominios al incorporar los territorios del Reino de Mallorca (1231) y del Reino de València (1238), taifas musulmanas sometidas por Jaime I el Conquistador (Jaume I el Conqueridor).
Así las cosas, la llamada Corona de Aragón reunía cuatro monarquías en cuyos dominios la población utilizaba cinco idiomas (aragonés, catalán, latín, mozárabe y occitano, lengua madre del aranés), manteniéndose vivas y sin problemas relevantes distintas culturas, no sólo las lingüísticas sino también las tres religiones: cristianismo, islam y judaísmo .

[La pluralidad existente en las cuatro soberanías de la Casa de Aragón sufrió grave daño cuado Fernando el Católico se plegó a los deseos de su esposa Isabel, y aplicó en sus dominios la prohibición de las fes islámica y judaica, norma que se suavizó notablemente tras la muerte de la integrista castellana]

Los pobladores de esas cuatro monarquías se regían por una serie de leyes, normas y también regímenes fiscales propios, autóctonos, permaneciendo unidas formalmente porque el titular de las cuatro soberanías era la misma persona. Subrayo: esos cuatro territorios no constituían una sola monarquía, sino cuatro, cuyo soberano era rey de Aragón, conde de Barcelona y príncipe de Catalunya, rey de València y rey de Mallorca.
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Las dignidades, estamentos, fueros y leyes de las cuatro monarquías federadas del levante ibérico, así como la propia Casa de Aragón, fueron suprimidas por los llamados decretos de Nueva Planta que pergeñó Felipe V de Borbón a partir de 1701 y aplicó durante el período 1707-1715.
Felipe V fue el primer rey de España, pues solo tras la toma de Mallorca y la capitulación del reino balear (1715) se puso fin a la guerra de sucesión (no de secesión) y desaparecieron las monarquías preexistentes que restaban en vigor.
Unas (las del noroeste peninsular) ya habían sido fagotizadas en su día por el Reino de León y este por el de Castilla, y las cuatro del Este que seguía vigentes al iniciarse el siglo XVIII fueron derogadas desde Madrid por Felipe V, el primer rey de la Casa de Borbón.
Fue entonces, en el siglo XVIII (1715) y no en el siglo XV como proclaman los nacionalistas españoles, cuando quedó constituido el Reino de España como unidad política y jurídica.
La de España es la única monarquía que hoy sigue viva en la Península [la portuguesa desapareció en 1910] y en la mitad sur de Europa pese a que fue abolida en dos ocasiones, restaurada la segunda vez en 1975 como consecuencia de la ley de sucesión dictada por el general Francisco Franco (1969), mediante la que Juan Carlos de Borbón fue nombrado heredero de la jefatura del Estado a título de rey.
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[INCISO
La católica Isabel I de Castilla anuló antes de finalizar el siglo XV casi todas las jurisdicciones, prerrogativas, así como normas civiles, estamentales y fiscales que quedaban de los extintos reinos del noroeste peninsular: Asturies, Galiza y Llïón
En la misma línea, tras conquistar el Reino Nazarí de Granada y recibir las llaves de la ciudad de manos de Boabdil, la reina también derogó todas las leyes y normas allí vigentes e impuso las regulaciones propias de Castilla, amén de prohibir la religión islámica.
Es incierto que la unidad territorial del futuro Reino de España se cerrara en 1492 con la conquista del reino granadino, pues Navarra fue independiente hasta 1512, año en que fue invadida por un ejército enviado por Fernando el Católico, quien se autoproclamó rey de Navarra e integró el territorio vascón en el Reino de Castilla (la eliminación legal del Reino de Navarra se produjo ¡¡¡en 1841!!!).
Fernando fue "rey de iure" de Castilla hasta 1504 y a partir de 1507 regente de por vida, gracias a la inhabilitación de la reina Juana I de Castilla, que había accedido al trono en 1504 a la muerte de su madre, Isabel la Católica. Juana fue privada de la corona con la complicidad de su padre y en interés de la nobleza castellana, aprovechando la profunda depresión que sufrió la mujer tras la muerte de su marido, el flamenco Felipe el Hermoso.
Pese a no compartir sus poderes con nadie tras la muerte de Isabel, por respeto a los intereses y deseos de los nobles aragoneses, catalanes, valencianos y mallorquines, Fernando se mantuvo fiel a sus ancestros y siguieron vigentes las cuatro monarquías del levante peninsular de las que era titular como jefe de la Casa de Aragón (los reinos de Aragón, Mallorca y València más el Principat de Catalunya, además de las soberanías que ostentaba en Cerdeña, Nápoles y Sicilia).
El modelo denominado "monarquía compuesta" fue respetado por la Casa de Austria hasta  dsu derrota de los austracistas en la guerra de sucesión  (1701-1715). Actualmente también aplica ese modelo con ligeras variantes la Casa de Windsor en el Reino Unido]

NOTA
Más detalles de la guerra de sUcesión, que concluyó con la creación del Reino de España como unidad política-jurídica, en: «Madrispaña y Catalunya llevan 300 años reinterpretando la guerra entre los Bourbon y los Hausburg».  
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Roca convertida en memorial de la batalla
de Roncesvalles en el lugar de los hechos
que inspiraron el poema épico
 La chanson
 de Roland (la canción de Roldán),
escrita en francés antiguo
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Primera incursión
del ejército carolingio:
dos derrotas

Volvamos atrás: En el año 778, cuando las tropas de Carlomagno se adentraron en la Península para atacar Saraqusta, el valí de Barshiluna [Barcelona], Suleimán ben al-Arabi, formaba parte de una suerte de coalición de nobles de religión musulmana que aspiraban a romper amarras con el emir cordobés Abderramán I.
El monarca musulmán de Barcelona consideraba imprescindible negociar la paz con los francos para no luchar en dos guerras a la vez, una con Aquisgrán y la otra con Córdoba. 
Suleimán pretendía que los cristianos carolingios hiceran piña con las islámicas Barshiluna y Saraqusta para destruir o al menos limitar el poder del emirato andalusí.
La renuencia de Aquisgrán a inmiscuirse en un pleito entre "familias" islámicas impidió fructificar el proyecto de Suleimán, que estaba convencido de que si caía Saraqusta, las tropas francas avanzarían hacia el este (rumbo a Barshiluna), por lo que organizó una expedición que partió hacia la ciudad del Ebro para reforzar sus defensas.
Ya cerca de Saraqusta, las tropas de Suleimán fueron sorprendidas y derrotadas por el ejército de Carlomagno y el barcelonés cayó prisionero. A pesar de esa derrota Saraqusta resistió el asedio.
Con varios miles de hombres excesivamente alejados de las fuentes de suministro, unido a la inquietud que suscitaba tener a los vascones a sus espaldas, el emperador decidió retirarse. Carlomagno ordenó encadenar y conducir presos a un puñado de ilustres, entre los que figuraba Suleimán de Barshiluna.
Hombre fuerte y de suerte, cuando la retaguardia del ejército franco fue prácticamente aniquilada en Roncesvalles, Suleimán fue liberado por las huestes del rey de Iruña/Pamplona y consciente de que ya era demasiado mayor para nuevas aventuras, no regresó a Barshiluna, prefirió instalarse en Saraqusta y confió la regencia de la ciudad mediterránea a su hijo Matruh.
Vueltas que da la vida: Suleimán murió apenas dos años después y una de las primeras decisiones de su hijo fue aliarse con el enemigo de su padre: el cordobés Abderramán I. La cosa no se quedó ahí, Matruh encabezó una expedición militar que se integró en el ejército del emirato cordobés que en 781 asaltó Saraqusta, la ciudad que había acogido a su padre y en la que falleció.
Para redondear la paradoja, ese mismo año las tropas de Matruh también sacaron tajada de la razia que saqueó Iruña/Pamplona, capital de los guerreros vascones que habían liberado a su padre en Roncesvalles.
El ataque de los guerreros de Abderramán I y Matruh destruyó parte de Pamplona y estuvo en un tris de provocar el colapso del reino vascón, que para colmo sufrió una segunda derrota a manos de los musulmanes en el hábitat que mejor conocían los cristianos, el Pirineo.
Que el Reino de Pamplona sobreviviera se debió en gran medida a que Córdoba estaba inmersa en las pugnas religiosas y las luchas de poder que se dilucidaban entre las grandes familias árabes gobernantes en el Oriente Próximo, de modo que Abderramán no prestó atención ni presupuesto suficientes para controlar los nuevos dominios. La presencia cordobesa a orillas del Ebro fue un visto y no visto.
En apenas un año el reino de Pamplona y el vilayato de Saraqusta recuperaron sus dominios; es más, los islamistas aragoneses ampliaron su territorio con la toma de Wasqa (Huesca), en el 789.
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Tras la toma de los carolingios (801), Barcelona
fue objeto de varios intentos de reconquista por parte
de los musulmanes, motivo por el que durante
los siglos X y XI se reforzaron y ampliaron las
murallas, de las que se conservan varios tramos;
 en la foto, el más largo, ubicado en las 
inmediaciones de Les Drassanes (las atarazanas
o astilleros medievales), parte de las cuales
siguen en pie en las proximidades del puerto viejo.

Segunda incursión
del ejército carolingio:
una victoria inútil

En el 792 falleció Matruh y seis años después (798), su sucesor al frente de Barshiluna, Sadún al-Ruayni, viajó a Aquisgrán para proponer otra vez la creación de una alianza militar con el objetivo de arrebatar tierras y restar preeminencia a la gran potencia de la Península: Córdoba.
El plan expuesto a Carlomagno daba por seguro que Saraqusta aportaría tropas y, según Sadún, la coalición también contaría con efectivos del Reino de Pamplona, lo cual era perfectamente creíble porque el católico Íñigo y el musulmán Musa II eran hermanastros.
Sadún, que no dudaba de la victoria y de obtener territorios en la meseta central y en el sureste de la Península, endulzó su oferta con un generoso regalo: Barshiluna. Carlomagno creyó factible el futuro expuesto por el barcelonés Sadún, pero si algo le satisfacía sobremanera era obtener el preciado puerto catalán sin derramar ni una gota de sangre.
Tras varias jornadas de conversaciones el emperador aceptó formar parte de la alianza contra el emirato cordobés, decisión avalada por sus asesores, convencidos todos de que si los coligados actuaban con mediana efectividad, lograrían debilitar gravemente a la potencia andalusí, obtendrían beneficios e impedirían el relanzamiento de la yihad al norte de los Pirineos, que era el objetivo último de la corte de Aquisgrán.
Carlomagno ordenó levas y contrataciones para organizar un ejército, cuyo mando confió a su hijo Ludovico Pío. Con sólo 21 años de edad, el heredero del trono imperial partió rumbo sur para asumir el control de Barshiluna y luego unirse a las fuerzas de Saraqusta y Pamplona para seguir avanzando hacia el sur.
Recién iniciado el invierno del año 800, cuando las tropas carolingias arribaron a las proximidades de Barshiluna un emisario salió al encuentro de Ludovico para comunicarle que Sadún había cambiado de opinión y se negaba a entregar la ciudad. Una vez repuestos de la sorpresa, los carolingios decidieron sitiar la urbe.
La ruptura del acuerdo por parte de Sadún se debió a que Musa II de Saraqusta —muy probablemente aconsejado por su hermanastro pamplonés— se había negado a participar en la aventura de atacar al poderoso ejército cordobés.
Así las cosas, Sadún carecía de aliados y además de haber jugado un farol con las bazas de Saraqusta e Iruña/Pamplona, también erró al vaticinar que los francos acabarían levantando el sitio de Barshiluna y regresarían a su país.
Por lo que se sabe a ciencia cierta del episodio, Sadún volvió a errar en otro detalle capital: Ludovico tomó la decisión de prolongar el asedio por tiempo indefinido porque contaba con el apoyo de los cristianos que habían logrado resistir los embates de la yihad en tierras de la Cerdanya, Conflent, Vallespir, Besalú, Ausona (Vic) y Pallars, entre otras comarcas catalanas; de modo que los francos dispusieron de alimentos, cosa que los barceloneses no tenían garantizada, de modo que acabaron padeciendo hambre en apenas dos meses.
Sadún intentó abandonar Barshiluna con la intención de viajar al sur para solicitar apoyo a quien, según había dicho tantas veces, era su más odiado enemigo, el emir de Córdoba. 
Pero el valí barcelonés fue capturado y relevado del poder, que asumió Harum.
El que sería el último soberano musulmán de Barcelona también rechazó la propuesta de los clanes y familias más significadas de la ciudad, que insistían en negociar la entrega de la ciudad a Ludovico Pío con una única condición: la ausencia de represalias.
Como Sadún, Harum erró. Los partidarios de la rendición pactada para evitar una matanza eran amplia mayoría, destituyeron a Sadún y Barshiluna abrió sus puertas en los primeros días de la primavera del año 801.
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El declive del imperio..

A medida que avanzaba el siglo IX se agravaron las luchas intestinas que condicionaban la gobernación del vasto y plural Imperio Carolingio [ver mapa adjunto].
Las disputas entre monarcas y entre nobles, así como entre los unos y los otros acabaron siendo norma, registrándose incluso sangrientos enfrentamientos armados.
El declive imperial favoreció que los territorios de la Marca se desentendieran de lo que ocurría al norte de los Pirineos y los pactos con Aquisgrán se convirtieron poco a poco en papel mojado.
El imperio carolingio acabó disgregándose tras la muerte del hijo de Carlomagno, Ludovico Pío, más conocido históricamente como Luis I el Piadoso. Nada más ser enterrado este, los reinos carolingios fueron divididos en tres paquetes en el Tratado de Verdún (843) entre los hijos del fallecido: Carlos, Lotario y Luis.
Las relaciones con la Marca Hispánica correspondieron a Carlos, apodado el Calvo, que heredó el reino de los francos.
El monarca francés no sólo fue incapaz de coordinar decisiones con sus aliados ibéricos --en gran medida debido al creciente desapego de estos--, sino que además los normandos --cuyos nobles eran vasallos de Carlos el Calvo-- irrumpieron en la Península realizando varias incursiones de rapiña durante el período 856-861, lo que dejó al descubierto las limitaciones de la alianza pactada en su día entre Aquisgrán y los soberanos de la Marca Hispánica.  
En el 858 se registró el revés que más dañó la relación norte-sur: un ejército normando remontó el Ebro, atacó Zaragoza, llegó hasta el Reino de Navarra, alcanzó Pamplona y la saqueó. Los asaltantes no sólo robaron bienes y perpetraron abusos sin cuento, sino que además raptaron al rey vascón [liberado tras el pago de un rescate].
Navarra no era precisamente la mejor "amiga" de los sucesores de Carlomagno, pero la incursión normanda y el también oneroso ataque que perpetró una expedición vikinga en la costa cantábrica en el 859, amén de otras rapiñas menores en el litoral catalán, demostraron que la alianza hispano-carolingia había dejado de ser útil para los monarcas cristianos del sur de los Pirineos, de modo que quienes todavía no habían roto con los francos decidieron dar el paso tras comprobar que carecía de sentido tener obligaciones a cambio de nada.
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La hora de
romper lazos

Las razias normandas y vikingas, sumadas al hecho de que los francos no estaban en disposición de aportar efectivos contra los musulmanes, ya habían motivado que Luis I el Piadoso previera dar salida al "callejón hispano" y dejara por escrito el modo de hacerlo en la Capitular de Quierzy (877), decreto y testamento que, por un lado, regulaba la transmisión de sus derechos a sus tres hijos y, por otra banda, establecía el procedimiento a seguir para desmantelar los pactos con los cristianos del sur de los Pirineos, para lo que dejó escrita una serie de consejos y medidas para finiquitar la Marca de forma dulce y escalonada.
Pero la aplicación de lo dispuesto por Luis I fue relativa porque nadie esperó nada ni a nadie y su hijo, Carlos el Calvo, tampoco puso interés (ni tenía fuerzas) para impedir que el proceso se acelerara.
La ruptura fue más rápida de lo previsto pero venturosamente en ningún caso hubo enfrentamientos entre franceses e hispanos: la Marca desapareció de forma distinta a como había sido planeado pero el proceso fue pacífico. 
Esta circunstancia tuvo consecuencias positivas, pues la ausencia de violencia entre las gentes del norte y del sur de la cordillera ratificó las por lo general buenas relaciones entre los pueblos de ambas vertientes.
La pacífica vecindad se mantuvo hasta 1701, cuando las casas de Bourbon y Habsburg fueron incapaces de arbitrar una solución a sus enfrentados intereses y llegaron a la bárbara conclusión de que una guerra decidiera cuál de los dos candidatos sería el jefe de las casas reales de Castilla [con sede en Madrid desde 1561 y titular de una monarquía] y de Aragón [con sede en Barcelona desde 1137 y titular de cuatro monarquías].
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¿Es necesario tergiversar la Historia para defender
 la idea, tesis o conveniencia de mantener unido
el territorio del Estado español? 

Este post obedece al comentario-consulta que remitió un lector el pasado 21 de octubre con relación al texto de Im-Pulso titulado
«Mas suspende la consulta, el PP celebra "su victoria" y Catalunya se aleja un poco más».
[→ Pulse este enlace para acceder al comentario del lector y a mi respuesta]
La consulta del lector alude a varios datos radicalmente falaces divulgados por ABC y que sorprenden por incluir errores de bulto y porque el texto constituye un burdo intento de reinventar la historia con fines partidistas.
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El contenido del Tratado de Corbeil 

El autor del artículo de ABC afirma que en el Tratado de Corbeil (1258) --del que hace una interpretación hollywodiana-- el titular de la Corona de Aragón cedió a Luis IX de Anjou, rey de Francia, las posesiones del mediodía francés que ostentaban monarcas adscritos a la Casa de Aragón: eso es parcialmente falso.
Para redondear tan abstruso invento, el autor del texto de ABC afirma que la Corona aragonesa cedió esos dominios a cambio de que el rey franco no hiciera efectivos los derechos que tenía sobre los condados catalanes: otra falsedad y más gorda.
Cuando se firmó el Tratado de Corbeil había dos matrimonios entre mujeres de la nobleza catalano-aragonesa y nobles francos con posesiones en el mediodía galo y el rey de Francia utilizó esas uniones a modo de absurda amenaza para que la Casa de Aragón renunciara a controlar ambos dominios --¡los dos en territorio francés!--  so pena de reclamar para Francia hipotéticas herencias que las dos catalano-aragonesas casadas con sendos franceses tenían al sur de los Pirienos.

Esos inexistentes derechos serían, según la "novelita" de ABC, herencias recibidas por los Anjou de los monarcas de la Marca auspiciada por los carolingios, herencia originada según el cuento de ABC trescientos años antes. 

[INCISO
El objetivo y los efectos fundamentales del Tratado de Corbeil fueron los contrarios de los que arteramente insinúa la historieta difundida por ABC, pues ese pacto sirvió ante todo para revocar definitivamente los derechos que poseían y ejercían en Francia varias familias de la nobleza catalano-aragonesa emparentadas con el jefe de la Casa de Aragón, que controlaba indirectamente parte del mediodía francés: territorios que habían pertenecido a la extinta corona visigoda: el Reino de Toledo. 
Para más inri, a iniciativa de la Casa Aragón el tratado de Corbeil propició la transferencia de casi toda la Provenza a la Casa de Valois, que no era la que reinaba en Francia; dominios, no obstante, que tras la práctica ruina y "desaparición" socio-política de los Valois fueron incorporados a la corona francesa]

Pocas veces he leído o escuchado una versión tan retorcida y presumo que políticamente malintencionada como la difundida por ABC, pues es evidente el objetivo del autor y del diario al publicar ese cuento: servir a la interpretación ultranacionalista y anticatalana de la historia de España que cultivó el Movimiento del 18 de Julio, criterios absurdos y ahistóricos que han hecho suyos numerosos cuadros del PP y de la derecha ultra que añora la dictadura y cultiva un odio irracional a los pueblos hispanos de la periferia peninsular, no solo al catalán, también a gallegos, portugueses y vascos.
Además, el autor del texto de ABC se enreda con la página web de la Generalitat, ¡como si esta fuera la madre de la Historia de Catalunya; web, por cierto, que también barre políticamente al interpretar episodios y decisiones, pero no falsea datos ni se inventa el contenido de los tratados.
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La Casa de Anjou  --rama del árbol Bourbon-- NO heredó
derecho alguno en Aragón ni en Catalunya  

Es rotundamente falso que la Casa de Anjou o los reyes de Francia heredaran derechos territoriales originados en o por la Marca Hispánica. No había nada que heredar. Las alianzas pactadas para crear la Marca no contemplaban dominios de tierras por parte carolingia y fueron finiquitadas por Carlos el Calvo (nieto de Carlomagno) más de dos siglos antes del Tratado de Corbeil,  tal como dejó previsto Luis I el Piadoso en la Capitular de Quierzy (877). 
Ante la suma de inexactitudes, falacias e interpretaciones ultraespañolistas difundidas por ABC decidí escribir este post a modo de resumen (subrayo resumen), en el que narro los avatares que estimo esenciales para tener una idea siquiera superficial de las causas, significados y objetivos de la Marca Hispánica, en la que ni los carolingios como dinastía ni ninguna casa real extrapeninsular compró, recibió, accedió ni se apropió de derecho territorial alguno.
El emperador impuso tres condes de origen franco en otros tantos territorios (por cierto, ninguno de esos condes francos lo fue de Barcelona). Esos monarcas impuestos o sugeridos eran ajenos a la casa carolingia y ni siquiera pertenecían a familias de la nobleza gala.
Los tres francos "destinados" al sur de los Pirineos eran jefes militares y se convirtieron --como individuos, no como miembros de ninguna familia o clan-- en los primeros titulares de sendos dominios o señoríos con el único derecho de que sus hijos o parientes de sangre más próximos --nadie más-- heredarían el título.
Es más, se dio la circunstancia de que dos de esos tres monarcas de origen franco impuestos por Aquisgrán se integraron totalmente en sus respectivos territorios y sociedades, matrimoniaron con hispano-visigodas y el tercero (el primer conde de Aragón) murió meses después de acceder al cargo y la soberanía fue asignada a un hispano-visigodo, nacido al sur de los Pirineos, elegido por familias y clanes de la zona para refundar el condado.
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Confundir los conceptos 
rey y 
monarca es propio de niños,
ignorantes o malintencionados

El autor del artículo de ABC, por citar sólo otra simpleza, asevera (ignoro si con malicia o por escasa instrucción) que un monarca con título de rey es más soberano que un monarca con título de conde, marqués o príncipe, y para regocijo de los lectores habituales de ABC llega a la peregrina conclusión de que la "unificación" del Reino de Aragón y del Condado de Barcelona (o Principat de Catalunya) supuso la absorción de la monarquía catalana por la aragonesa porque la soberanía aragonesa se ejercía a título rey y la catalana era regida por un título de rango menor... ¡!
Según esa teoría propia de ignorantes, el Gran Duque de Luxemburgo o el Príncipe de Mónaco son monarcas de medio pelo y menos soberanos de sus territorios que los monarcas de Suecia o España porque estos ostentan el título de rey. Como entretenimiento, para engañar a incautos y personas poco instruidas el texto de ABC puede colar.
Así construyen sus "verdades" los ultranacionalistas españoles, empeñados en confundir unidad con sometimiento y cohesión con hacer tabla rasa, inventando hechos y retorciendo los datos: ¡engañando!
Una vez leído el post y esta explicación, aconsejo hincar el diente en la "novelita" de ABC, de la que adjunto reproducción facsímil. Luego, amable lector/a, extraiga usted sus propias conclusiones.
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Espuela
Conste que considero más adecuado que el mosaico de las Españas permanezca unido. Es más, ojalá la centralista corte de Madrispaña hubiera tratado con la dignidad y la atención debidas al viejo condado portulacense y a sus habitantes, pues los vecinos de poniente no habría "huido".
Un mosaico federal o confederal de ámbito peninsular sería el ideal, opino.
Mentir e inventar la Historia no sólo denigra a todos los ciudadanos (incluidos quienes defienden legítimamente la segregación), sino que incomoda, enloda, genera inquinas y acaba provocando precisamente eso: el deseo de "huir", de abandonar esa España fanática que rebosa imposturas.

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Para facilitar la lectura pulse sobre la ilustración para mejorar su resolución
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¡Larga vida al mosaico!


10 comentarios:

  1. Excelente artículo, tanto como narración, pormenorización y precisión histórica, como por su eficacia desintoxicadora de las mentiras del régimen y de sus innumerables compañeros de viaje.

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    1. Sabiendo que eres persona que expone de forma racional lo que piensa, el valor de tus palabras es mayor. Un abrazo.

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  2. Necesitábamos una plataforma como esta donde podemos ponernos al día de lo que ocurre, que nadie te calle y que cada vez seamos más los que estemos en el im-pulso. Pese a las diferencias (muy pocas), es un blog de concordia. La Generalitat, Félix, pretende hacer creer a la gente que la V de la Diada fue muy concurrida cuando se demuestra que es todo mentira (??) Créame que no acudo a ABC. Pero si el titular lo merece yo leo la entrada, y si esta no apesta, continuo leyendo. Esta noticia en concreto di con ella en Meneame.

    http://www.abc.es/espana/20141028/abci-aforo-manifestaciones-201410271503_1.html

    Un saludo.

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    1. Hola Javier,
      No es malo leer ABC, yo no acostumbro pero a veces también leo cosas; por cierto, hubo un tiempo en que publicaba el mejor suplemento de cultura, sobre todo en cuanto a libros y literatura (la pérdida de calidad que acusa, a mi parecer, se inició durante los últimos años de Anson,con esto no digo que fuera responsabilidad sólo del director, hubo una especie de quiebra. Era un diario conservador pero serio, incluso con elegancia y con rigor (político, sí, pero rigor al cabo) y en un breve lapso pasó a ser un diario un tanto chabacano que empezó a publicar vulgaridades).
      En fin, al grano: no defiendo a la Generalitat ni a ningún nacionalismo. No se trata de eso. Lo único que pretendía con este post es exponer que SÍ hay diferencias y que no son malas per se, y que esas diferencias es bueno conocerlas en lugar de esconderlas y/o satanizarlas.
      ¡Mira que hay diferencias entre Baviera y la Pomerania, por ejemplo, y no por eso los ciudadanos de Alemania (país también plurinacional, aunque ya sólo les queda un idioma vivo de uso habitual) están a la greña; se dotaron de un régimen federal (los "land" son Estados) y han sabido coordinarse (sin necesidad, por cierto, de crear diecisiete sistemas de sanidad pública).
      Deberíamos mirar el pasado y el presente sin miedos, superar de una vez por todas ese nacionalismo centralizador y uniformador que niega la verdad. Eso sólo sirve para provocar ganas de marcharse...
      La responsabilidad FUNDAMENTAL para superar esa tara añeja y absurda la tiene la Administración del Estado, el gobierno central y las Cortes (el poder legislativo); NO la Generalitat ni demás instituciones autonómicas; estas tienen responsabilidad, sí, pero MUCHA MENOS porque la ÚNICA iniciativa válida y útil para superar todo ese barro que viene de atrás sólo puede tener éxito si la asume y coordina el Estado.
      Textos o tertulias que difunden simpelzas como el artículo aquí referido (falseando datos e incluso tratados) sólo sirven para zaherir y emponzoñar.
      Mira, resumiendo y recurriendo al sentido común (que no es científico pero sirve para mezcla razón, sentimientos e ideas): A mí, hoy y mirando a mañana, me importa un pimiento que en el siglo XII, XIII, XIV, etc, hubiera monarquías soberanas federadas y que al iniciarse el XVIII un rey rompiera todo eso; eso sólo tiene una utilidad práctica: aprender que en España hay varias naciones, lo cual es maravilloso y hay que reconocerlo legalmente: GESTIONAR LA REALIDAD y seguir adelante con TODA esa riqueza, que no sólo es cultural.
      Par dar ese paso al que algunos tienen tanto miedo, en el siglo XX y menos en el XXI NO VALE la cantinela de la "patria española" como instrumento para no sé qué (aparte de atontar), no vale esconder, ni zaherir, ni negar los hechos o tergiversarlos. Al revés, tanto ocultar y negar sólo ha servido para emponzoñar.

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  3. Bon dia Fèlix, la dictadura franquista va facilitar el desenvolupament econòmic de Catalunya? Pensa per un moment què li impedia a Franco instal·lar la SEAT a Valladolid oa Madrid? o només és un mite?

    Una abraçada.

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    1. La veritat, em costa relacionar la Marca Hispànica amb la Seat i episodis similars. però coincideixo amb tu en que n'hi ha, encara que llunyanes, tangencials i radicalmente polítiques.
      En el cas de la Seat, sé per ex membres de la seva plantilla (i ex companys de CC OO de la meva vida a Catalunya) que a instàncies de Fiat i fins i tot amb el suport d'alts càrrecs del régim, Indústria va optar per Barcleona per motius ben simples: era l'única comarca que cumplía dos requisits fonamentals, l'existència de suficient mà d'obra qualificada per a la posada en marxa de la factoría i successives ampliacions de la producció (sense haver de dependre d'emigracioens "forçades" que sempre tenen costos afegits), i la disponibilitat d'un port (a més de l'aeroport) amb capacitat per el tràfic de peces i cotxes.
      Madrid no era opció viable per motius logistics i València estava en una fase inferior de desenvolupament industrial i equipaments. No es van barrejar altres opcions.
      Salut.

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  4. Crec que la teva afirmació em sembla equivocada. Madrid era l'opció més viable per motius logístics: 1,- El mercat natural de SEAT era el mercat nacional. No l'exportació (via marítima). Això va venir molt després. 2,- El sistema radial de carreteres garantia una millor xarxa de distribució a tota Espanya. Trajectes més curts. Estalvi de costos, etc. Madrid era tan bona opció industrial com Barcelona en atenció a la formació laboral. L'experiència tèxtil de Barcelona no justificava cap diferència en l'àmbit mecànic-metal·lúrgic. València podia i va poder afrontar també aquest repte com Zaragoza. Mira la història de la producció naval.

    Has llegit el llibre de Ramón Tamames, Estructura Económica de España? Em temo que si aprofundeixes en aquest tema, concretament, et vas a tornar "franquista", encara que sigui per un moment.

    Salutacions.

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    1. En el meu comentari anterior em limito a dir el que sé del que va passar, no opino. No obstant això, quan van decidir on instalaban la Seat van pensar en el futur, motiu pel que la teva consideració de que la cuestió del transport marítim "va venir molt després" no pertoca, doncs la Fiat si va considerar esa posibilitat.
      D'altra banda, no em sembla objectiu comparar les capacitats actuals de Saragossa i València amb les que tenien en els primers anys seixanta.
      En tot cas, insisteixo que analitzar el que ha passat no és tant una qüestió d'opinions com d'analitzar les dades de l'època.
      El llibre de Tamames el vaig llegir fa anys i anys, no recordo que parlés de la Seat, però sí dels avantatges i inconvenients d'una xarxa radial (centralista) de les comunicacions i feia una constatació de les condicions (unes favorables i altres pejudicials).
      Finalment, a Franco li importava un rave l'estructura productiva i aquest tipus de decisions tot just les analitzava; en el cas de la Seat, com en la immensa majoria d'aquest tipus d'assumptes, es limitava a donar el vistiplau al que deien els membres del Govern i els seus gabinets, o els inversors i empresaris.
      Es veritat que durant el període 1939-75 l'economia espanyola va donar un salt: era pràcticament impossible que no ho donés.

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  5. Interesante artículo sobre todo por lo concreto y objetivo. Estoy buscando información sobre la economía de Barcelona, ciudad o condado, en la época de la marca hispánica y cuando se independizaron porque normalmente encuentro mucha información a partir de la unión con Aragón, la expansión por el mediterráneo, etc. pero hay sobre ese período en el que leí ya se acuñaba moneda antes que en Castilla, lo que es muy indicativo, me cuesta encontrar algo. Gracias

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    1. «La intervención del imperio carolingio supuso la creación de la Marca Hispánica. Las monedas de Carlomagno son también muy raras y se anticipan 150 años a las del resto del territorio peninsular. Según el catálogo redactado por Teresa Sisó, Eduard Domingo y Lluís Lalana, los dineros de plata de Carlomagno acuñados en Barcelona y Girona, que aquí se ponen a la venta, forman parte de los tres únicos ejemplares conocidos. El de Girona tiene un precio estimado de 8.000 euros y los otros dos ejemplares conocidos están en la Biblioteca Nacional de París y en el Museo del Hermitage de San Petersburgo»
      Más en http://www.lavanguardia.com/vida/20140420/54405962619/catalunya-propia-moneda-siglos.html#ixzz3QGU9Dip2
      Si buscas en la Red encontrarás más, pero sobre todo encontrarás dónde encontrar. Si vives en Barcelona o cerca, lo tendrás más fácil (el museo de la Corona de Aragón, junto a la catedral, y otros centros guardan muchas cosas que ver).
      Saludos.

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