11 octubre 2014

El ébola ha ridiculizado el poder... al cuarto, naturalmente.

La prensa acusa un greve deterioro pero los ciudadanos 
siguen comprando papel aunque esté mojado  
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El problema de los medios convencionales o tradicionales y del periodismo como profesión va mucho más allá del papel, del orden en que se insertan los vídeos o de cómo enlazar los cortes. La situación de la prensa es la más delicada. La incapacidad de las empresas editoras para reinventar el diario y emparejarlo con una edición digital (¡digital!, no la copia de la impresa) ha dejado de ser el problema más acuciante.
La introducción del ébola en España confirma lo ya sabido con excepcional crudeza: el Poder juega a las canicas con las cabezas de los periodistas y lo que es peor, juega con ellas con el visto bueno o gracias a la inhibición de las firmas editoras.
Hay excepciones, conste, pero la mayoría de los diarios impresos sólo ofrecen noticias que el lector ya sabe desde el día anterior, que ya han sido aprobadas o digeridas por el poder y para colmo, cada vez abundan más los viajes con piloto automático, sin cambio de marchas, circulando sin intermitentes ni luces de situación; los textos contienen uno o a lo sumo dos datos y ni siquiera ofrecen los hechos contextualizados; abundan las nimiedades, los complementos fusilan total o parcialmente el paquete principal y, entre otras deficiencias, cada vez son más los escribidores que nunca se detienen a pensar (o no les dejan) para, por ejemplo, precisar que el Gobierno presenta o hace lo que ya había anunciado hace una semana o un mes.
Los periódicos, salvo excepciones, reproducen tal cual la palabrería de quienes nada dicen y por si fuera poco, transcriben el torrente de saliva imitando la grandilocuencia del representante comercial del poder político de turno.
Hace un par de días El país publicó un breve pero interesante repaso de media docena de fallos de comunicación gubernamentales durante lo que va de la crisis del ébola; hubo más, pero los señalados constituyen más que suficiente para constatar que además de esconder información, el Ejecutivo no ha sabido ordenar, racionalizar ni rentabilizar al máximo la poca que ha ofrecido.
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Viñeta J·R·Mora
El Gobierno 
comunica mal,
pero marca el ritmo

Sin embargo, y esto es lo más llamativo, a pesar de su evidente tosquedad o necedad a la hora de transmitir hechos o ideas, el Gobierno torea a la mayoría de medios, marca los tiempos y conserva la iniciativa o se cierra sin dejar resquicio abierto y sin que a nadie le moleste...
Dicho de otro modo, casi todos los medios convencionales, con la prensa a la cabeza, se dejan llevar y se contentan con ser el eco de un poder político que, por ende, ya ha demostrado de forma suficiente que inventa, tergiversa, manipula e incluso es capaz de mentir.
Eso sí, el Ejecutivo emite mucha palabrería, la suficiente para rellenar páginas y páginas o para grabar cortes y más cortes que nada aportan, no en vano en  episodios como el de la crisis del ébola rara vez se producen los torrentes de información y curiosidades que tantas veces inundan las redacciones.
Ocurre lo contrario, durante días y días la autoridad ha ocultado casi todo debajo de la alfombra y los medios, mal acostumbrados, no han levantado ni una sola esquina, ni tampoco han fabricado productos propios. De modo que se han repetido hasta la saciedad ocurrencias, elucubraciones e insensateces.
Estos días, tras leer dos diarios, en el tercero ya se repite lo leído en los dos anteriores (salvo en las páginas de Local y Opinión).
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Digitales: más independientes y más ágiles

Por el contrario, numerosos medios digitales, con menos manos pero invirtiendo tiempo en analizar y contextualizar, ofrecen visiones más cercanas a la realidad y, todavía más importante, han sido los primeros en contar sin ambages que el Ministerio de Sanidad no hacía nada sustancial porque nada tiene planificado
Fueron los digitales los que pusieron de relieve que el Gobierno no informaba porque lo único que podía contar eran los errores cometidos: desde buzos aislantes que incumplían los requisitos para proteger(se de) a pacientes infectados con un virus de grado IV, hasta las calzas que portaban los sanitarios del Carlos III eran permeables...

[Entre los medios puramente digitales, cabe destacar Cuarto poder, DiagonalEl confidencial, eldiario.es, info-Libre, La marea, Público y otros de ámbito local o autonómico (en el territorio donde resido: Galicia Confidencial y Praza Pública, enre otros)
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Oír no equivale a escuchar y una cosa es ver y otra, mirar 

Es inquietante el elevado número de periodistas de medios convencionales que ya no miran, sólo ven; no escuchan, sólo oyen; no analizan, sólo transcriben… Y peor: los periodistas que ttrabajan sim escuchar ni mirar lo hacen porque las empresas así lo desean u ordenan: sean responsables, ¡no queemos líos!

[De la televisión poco puedo decir, es un medio que apenas conozco, pero como televidente he constatado que las imágenes no siempre valen mil palabras y que la mayoría de bustos parlantes ofrecen menos información que media columna... Sin olvidar que hay noticiarios que incluyen magacines que llegan a consumir más del 50 % del tiempo que formalmente es informativo]
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La radio tiene
el horizonte
más despejado

Por su parte, la radio mantiene el pulso con decoro y, por ejemplo, pese a recortes y cuestiones que no es este el marco para referirlas, para los lectores de prensa decepcionados es una satisfacción escuchar informativos de Cadena SER o tomar el primero o el segundo de la mañana en la cafetería de Radiocable.

[La radio vía internet merece capítulo aparte, pues tiene un futuro extraordinario, no en vano un internauta (cada vez hay más) que observa un diagrama o lee una crónica puede escuchar sin problemas, prestar atención a una tertulia o un informativo, o disfrutar de la música]

En fin, el asunto da para mucho, pero estos días los hechos han demostrado cosas tan simples como que el Gobierno (este u otro) se puede permitir muchos lujos en materia de comunicación: el cuarto poder es un tigre de papel.
La situación es todavía más grave para la profesión: cada vez son más los medios —sobre todo periódicos— que se alinean con el Gobierno (o un partido), en tanto otros ejercen por norma de portavoces de la autoridad (sea esta de uno u otro color), y los de un tercer grupo dan credibilidad absoluta a todas las versiones oficiales (sin prestar tampoco atención al color ni comprobar la información que les regalan).
Y todos andan a la caza de publicidad, la mayoría a costa de lo que sea...
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Curiosamente, casi ningún medio
ha destacado este "detalle"

El ébola llegó 
en un avión oficial y
con los gastos pagados

El ébola llegó a España por decisión del Gobierno, pero el debate central no es ese a pesar de la extrema irresponsabilidad en la que incurrió Mariano Rajoy al dar luz verde a las repatriaciones sabiendo que en España no había (ni hay) instalaciones ni equipos adecuados.
Este crucial hecho y el debate frustrado que le corresponde constituyen la sustancia política que hábilmente el Gobienro ha apartado de la actualidad... ¡y sorprendentemente casi todos los medios han acatado la "orden"!
Así las cosas, son muchos los periodistas que se pierden buscando entre la hojarasca sin tocar el árbol: "es lo que me piden", "quien paga, manda", "quieren evitar la polémica"...
Algunas empresas editoras incluso gastan dinero en comprar fotos de la paciente, que nada aportan salvo escupir a los que sí comprarían cada día el periódico si ofreciera lo que no cuenta un busto parlante con cuatro vídeos de acompañamiento, o si ofreciera relatos y explicaciones que es difícil seguir o entender en una voz radiofónica cuyas pausas y aceleraciones son ajenas a los ritmos de comprensión de quien escucha.
De momento, en materia informativa la crisis del ébola se desarrolla en alto grado cómo desea el Gobierno: la información difundida es casi siempre la que prefiere, llega al público al ritmo que le interesa, no se abren debates de fondo ni sobre el origen del problema y los datos oficiales, aunque escasos, acostumbran a ser más numerosos o más "resistentes" que los recabados en otras fuentes. 
¿Cómo es posible esa preponderancia si la política de comunicación del Gobierno es deficiente?... Muy sencillo: porque la mayoría de los medios convencionales o tradicionales son pro gubernamentales u "oficialistas" y los ciudadanos sigue comprando papel mojado...
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Resumen del episodio:
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CON ANTERIORIDAD:

3 comentarios:

  1. Muy interesante todo lo que escribes, Félix. Siempre claro y preciso. No te puedes imaginar lo que uno puede aprender en esta bitácora, una fuente inagotable de artículos que tocan casi todos los temas.

    Yo creo amigo que el PP (o lo que queda de él) tiene las de perder. Pero lo que me preocupa es que el partido de los ultraortodoxos nacionalistas (vox) podría representar la verdadera opción para los más conservadores del PP. Como sabes, Vidal no es Santi Abascal. Si perdió en las elecciones europeas SÓLO fué porque muchos no votaron a VOX porque no querían que alguien como Vidal Quadras fuera primero en la lista con el único objetivo que buscaba que era perpetuarse en el P. Europeo, de ahí que se marchó del partido al no conseguir el objetivo.
    No sé si podría ascender o caer en el abismo, pero estos populistas pueden aprovechar y coger el descontento social de los antiabortistas, los valores y por la regeneración que los de VOX venden. Para mi es una partido nefasto y no deja de ser un cortijo de los ultraortodoxos.

    Cordiales saludos.

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    1. Hola, gracias por enviar tus opiniones y por las "flores".
      Coincido contigo en que Vox es una alternativa de derecha "pura y dura". A mi parecer, si Vox se uniera con otras formaciones ultraconservadoras (las varias organizaciones falangistas existentes, por ejemplo) y lograra recoger los votos del ala más derechista del PP (caso de los antiabortistas que han visto frustrada la reforma de la ley) podrían obtener, si van todos juntos, representantes en el Congreso.
      En España hay más "postfranquistas" de lo que parece.
      Hasta ahora el PP ha recogido esos cientos de miles de votos (no me atrevo a cuantificarlos), pero creo que ese fenómeno tiene los días contados, quizá por eso el PP sigue manteniendo actitudes extremistas en comparación con otros partidos conservadores adscritos al PP Europeo.
      En la calle Génova saben que electoralmente necesitan los votos que rapiñan entre los votantes ultranacionalistas, ultracatólicos y otras familias de la derecha extrema.
      También coincido contigo en que Vidal-Quadras es (o ha sido) una rémora para Vox.
      Saludos.

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  2. Magnífico como siempre.
    Ojo a La Sexta y sus diversos programas informativos, en especial Salvados. No todos están "castrados", por ahora

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