La pandemia amenaza con hacernos olvidar que los sanitarios
ya estaban y estarán ahí, dándonos otra oportunidad...
Ayer, martes 11 de mayo, desperté de madrugada sufriendo una grave insuficiencia respiratoria que he superado gracias a uno de los equipos de urgencias del 061 del Sergas adscritos al Hospital público de A Coruña; más concretamente, gracias a la doctora Amparo, a la enfermera Belén y a los dos auxiliares que se encargaron de empaquetarme para transportar con seguridad mis 90 kilos de peso muerto hasta la calle, subirme a la ambulancia y desembarcar a otro fumador empedernido en urgencias del CHUAC.