Felipe V creó el reino aplicando el extremo centralismo con
el que Luis XIV afrancesó las Galias pero sin la generosidad
con la que París satisfizo a las élites de provincias
La Historia de España que nos enseñaron a los niños, adolescentes y jóvenes durante el franquismo acusaba alto grado de manipulación. De entrada, los autores de la Biblia Ahistórica de España imputaron la creación del Reino de España a los llamados Reyes Católicos. Mentira.
A los Reyes Católicos se les atribuyó el mérito de la falaz unidad jurídica y territorial de las Españas por motivos tan absurdos como pueriles; por ejemplo, para vender la tesis de que la España de 1492 era el reino supuestamente más antiguo de los existentes en la Europa del siglo XX. Para los mandamases del régimen nacional-católico todo estaba justificado —incluidas las mentiras— con tal de reforzar el naciónalismo español.
Decretos de Nueva Planta
Apenas eran mencionados, se hablaba de ellos con la boca pequeña y sin precisar su capital contenido pese a que fueron el conjunto de leyes promulgadas entre 1707 y 1716 por el rey Felipe V de Borbón, el vencedor de la guerra de sucesión española (1701-1715), para eliminar el régimen de monarquías hispánicas asociadas (federadas) de los Austrias.
El primero de los decretos abolió las leyes e instituciones propias de los reinos de València y Aragón, emitido el 29 de junio de 1707, dos meses después de la batalla de Almansa (abril de 1707), que abrió las puertas para que el ejército borbonista ocupara València y poco después, Zaragoza.
El decreto de Nueva Planta para el Reino de Mallorca fue firmado por el primer Borbón que reinó en la Península el 28 de noviembre de 1715, tres meses después de rendirse los austracistas de Palma.
Por último, la Nueva Planta que abolió el Principado de Cataluña, se emitió el 16 de enero de 1716, casi año y medio después de la toma de Barcelona (14.09.1714) por los borbonistas, lo que supuso derogar las Constitucións Catalanes, la desaparición de la Corona de Aragón y de sus cuatro monarquías, que junto a la de Castilla [que había fagotizado las monarquías gallega, astur, leonesa y granadina] constituían las Monarquías Hispánicas Asociadas (federadas) de la Casa de los Austrias.
La ocultación preemeditada y sistemática de que el Reino de España como unidad territorial, politica y jurídica fue creado en 1716,, con la firma del tercer y último de los Decretos de Nueva Planta, ha sido durante casi tres siglos el principal motor y sostén del nacionalismo español...
El feroz centralismo del primer Borbón sentó las bases del enfrentamiento
centro-periferia que aún hoy debilita la cohesión de España
La irrrupción de la Casa de Borbón en la Península supuso un cambio radical en la concepción de las Monarquías Hispánicas, pues en el Tratado de los Toros de Guisansdo se había establecido que los ocupantes de las coronas reunirían sus territorios in persona regis, manteniendo cada uno de los contrayentes las soberanías, las fiscalidades y las particularidades jurídicas y de gobierno del Reino de Isabel I, Castilla, y de las cuatro monarquías de Fernando.
Las singularidades de cada monarquía fueron conservadas por la Casa de Austria, pero eliminadas por Felipe V tras su victoria en la guerra de sucesión; excepto en el caso de los señoríos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, que mantuvieron sus fueros, fiscalidades y entidades gremiales propias como premio por haberse adherido a la causa borbonista liderada el Duc d'Anjou, Philippe de Bourbón [→Felipe V, el primer rey de España].
El mapa de España lo completó Navarra, en 1841
Más curioso y sorpredente es el caso del Reino de Navarra, que pese a ser vencido y conquistado por las armas en 1524, siendo Carlos V titular de las monarquías hispánicas, el viejo reino vascón de Pamplona y Nájera estuvo gobernado como una colonia porque la nobleza se negó a españolizar sus leyes consuetudinarias y mantuvo su sistema recaudatorio e independencia económica hasta 1841, cuamdo el gabinete presidido por Baldomero Espartero —regente desde octubre de 1840 hasta julio de 1843, cuando Isabel II alcanzó la mayoría de edad— se avino a negociar y ofreció un régimen fiscal —que fue amejorado en 1982— similar al de las otros tres territorios euscaldunes, lo que satisfizo a los navarros y el reino coquistado y colonizado desde hacía más de tres siglos se convirtió en provincia española.
Felipe V y sus consejeros, apoyados por la corte del francés Luis XIV, jefe de la Casa Real de Bourbon, abordaron la modificación del estatus jurídico y administrativo de todos los territorios hispánicos adecuándolos al modelo ultrarcentralista del Rey Sol, así era conocido, a la vez que descrito, el absolutismo extremo del monarca galo.
La aplicacion de un pormenorizado programa político uniformador incluía la cultura; pero mientras que en Francia durante el reinado de Luis XIV se aplicó una hábil política de generosos patronazgos para que las élites de provincias asumieran la necesidad de afrancesarse y renunciaran al idioma y a las singularidades civiles bretonas, normandas, occitanas, aquitanas, vascas, corsas y etc., Felipe V ordenó crear la academia de la lengua española (rebautizando el castellano) a la par que prohibía el uso de las demás lenguas en documentos e instancias oficiales, al tiempo que se obligaba a usar el español en los contratos y registros, pese a que el idioma, las leyes y usos aragoneses, astures, catalanes, extremeños, gallegos, leoneses y vascones eran comunes y mayoritarios en sus terrrtorios.
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