05 marzo 2016

La (re)construcción de la realidad, el lenguaje de los biempensantes y la excarcelación de Otegi

Una vez finalizado el sainete de la no investidura, convendría detenerse en un asunto que ha sido y seguirá siendo utilizado de forma torticera por políticos, columnistas y tertulianos para buscar los cinco pies del gato de la izquierda: la excarcelación de Arnaldo Otegi por cumplimiento de condena.
Que Pablo Iglesias considerara positiva la liberación del vasquista y lo calificara de preso político fue utilizado por los enredadores de siempre --en esta ocasión también por cuadros del PSOE-- para afirmar o sugerir que existen vínculos entre Podemos y ETA... una vez más ha quedado probado que la idiocia y la maledicencia políticas no tienen límites.
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Todos los partidos de la izquierda
han sido en algún momento
 relacionados con ETA

En todos los países europeos
hay presos políticos

En España, al igual que en el resto de países de Europa, en todos, hay presos políticos y los hay que han sido juzgados por hechos violentos e incluso condenados por homicidio [como es el caso de decenas de yihadistas encarcelados] y no por esto dejan de ser presos políticos, pues esa condición es ajena a la denominación penal que corresponda al delito juzgado.
La condición de "político" no la otorga la ley, sería absurdo y formalmente contrario a Derecho; el calificativo "político" lo justifica o avala la motivación o finalidad de la acción perpetrada.
Lo que hay en España pero no en el resto de Europa occidental son presos (o detenidos) por hechos no violentos con motivación política, como son los casos de los titiriteros y de los activistas procesados y también condenados por oponerse a desahucios o por manifestarse contra la Ley Mordaza [texto, por cierto, cuyo primer objetivo es disuadir, amedrantar, causar temor: aterrorizar con amenazas de cárcel a quienes tengan intención de protestar].
Los bárbaros que ametrallaron a los redactores de Charlie Hebdo o a decenas de personas en una sala de conciertos parisina actuaron por motivos políticos, al igual que también por motivos políticos un ejército invadió Irak --alegando la mentira de que poseía armas de destrucción masiva-- y causó decenas de miles de muertos civiles; ambos casos son ejemplos inequívocos de violencia política que causa muertes injustificables y terror, uno perpetrado por un grupo de individuos y el segundo por ejércitos regulares de Estados que, para más inri, son democráticos y de Derecho. 
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Los actos terroristas son tan deleznables como políticos 

El interminable rosario de guerras que asuelan Oriente Próximo --incluidos los atentados subsiguientes perpetrados en el resto del mundo-- desde que el Imperio Otomano fue expulsado de sus colonias árabes hace ya más de un siglo, han desembocado en numerosas ocasiones en acciones de terrorismo político. Otra cosa es lo que digan las leyes, los tratados internacionales y los fabricantes de conveniencias. 
Es absurdo negar que hay actos de violencia que son políticos, al margen de la tipificación penal que merezcan o aunque hayan sido cometidos legalmente.
El atentado que acabó con la vida de Carrero Blanco en 1973, siendo presidente del Gobierno español, fue una acción política.
La acción fue tipificada legalmente como un homicidio, lógico, y según los cronistas de la época aterrorizó a los españoles (¿?), fue calificado de acto terrorista pero no por eso dejó de ser una acción política y sus autores, una vez condenados, presos políticos.
Los biempensantes han pervertido los significados y los significantes del lenguaje con el objetivo de imponer una interpretación de la realidad que también es política y que de paso, como quien no quiere la cosa, también establece valores
Calificar de terroristas y repudiar los atentados indiscriminados de un grupo armado o los bombardeos que estos días perpetra el régimen saudí contra la población civil de Saná, capital del Yemen no está reñido con reconocer que son acciones políticas.
Negar lo evidente es una estupidez... o bien se trata de una perversión ya habitual: malear el lenguaje para malear la comprensión de la realidad.
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Otegi fue condenado por un delito "prefabricado" 

En el caso de Otegi el dislate es todavía más vergonzoso, pues la condena que acaba de cumplir el reo tenía raíces y justificaciones exclusivamente políticas y para más inri, la acción que se le imputaba no sólo carecía de violencia, sino que perseguía acabar definitivamente con ella.
El tribunal condenó a Otegi imputándole un "delito prefabricado", exactamente: inventado. Tal cual. No es una broma ni una exageración: la sentencia no menciona ni una sola prueba de que el reo trabajara en la fundación de un partido abertzale (una Batasuna con otro nombre) por orden de ETA.
Más claro: los magistrados condenaron al reo en base a su personal convicción, algo que es insólito en un Estado de Derecho. 
No voy a extenderme en el asunto porque ya ha sido tratado con rigor por doctos juristas y analistas "no contaminados" por las mil y una conveniencias que dinamitan el lenguaje y la cabal comprensión de las cosas y de los hechos.
Ahí va la reproducción facsímile de un texto singularmente didáctico:
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Si le interesa conocer hechos, no milongas ni convicciones políticamente interesadas, lea «La sentencia de Otegi: el caso Bateragune».
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DE INTERÉS:
«Otegi, historia de la venganza contra una paz inconveniente», por Arturo Puente, en Catalunya Plural.
* «Contra la manipulación y la corrupción de las palabras», por Xavier Caño Tamayo, en Amauta.

2 comentarios:

  1. Estimado Félix,

    Me sorprende esta entrada. En España no hay presos políticos. Me podrías decir, si no es mucha molestia, donde hay presos de conciencia en España como sí los hay en otros países ?

    Un saludo.

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    Respuestas
    1. Los presos de conciencia NO SON LOS ÚNICOS presos políticos.
      De entrada, puntualizar un detalle sustancial: hay presos políticos (personas que han sido condenadas por haber cometido un delito POR MOTIVOS POLÍTICOS) que merecían ser condenadas; por ejemplo, los yihadistas que pusieron las bombas en los trenes de cercanías. No dejan de ser personas que actuaron (delinquieron) por motivos políticos por haber hecho uso de la violencia ciega o indiscriminada. No han sido condenados por motivos políticos, eso es imposible, sino por el delito perpetrado, pero no por eso deja de existir la motivación política.
      Los bombardeos a los que fueron sometidas varias ciudades iraquíes con motivo de la guerra contra las armas de destrucción masiva que no existían fueron bombardeos políticos. Los tres de las Azores impulsaron una guerra política (=por motivos políticos).
      Hay presos políticos en España, Francia, Alemania...
      Otra cosa es que con el tiempo se haya creado la percepción de que si hay violencia, no hay política. Ningún código penal de un Estado de Derecho califica de delito político poner una bomba en la sede de un ministerio, ni tampoco califica como delito político defenderse con violencia de una carga policial, pero son acciones políticas y los condenados los son por una acción tipificada como delito, cierto, epro lo hicieron por motivos políticos.
      Curiosamente, el famoso opositor venezolano apellidado López sí es catalogado como preso político, ¡Y LO ES!, en efecto, pues los llamamientos que hizo para que se organizaran acciones callejeras "no pacíficas" (textual) para manifestarse contra el gobierno bolivariano fueron llamamientos políticos, sin duda.
      ¿Quién y por qué decide que López es preso político y en cambio no lo es un izquierdista alemán que llama a defenderse con palos de las cargas policiales?
      Las acciones políticas son siempre políticas, incluyan o no violencia.

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