25 abril 2024

Hay medios y periodistas cuya finalidad y principal tarea no es informar

POST EN CONSTRUCCIÓN

Casi medio siglo después de que la dictadura acabara porque el tirano falleció ya viejo y en la cama [detalle que conviene subrayar porque ayuda a entender que en la sociedad española sigan vigentes ciertos valores], numerosos medios --en rigor, la mayoría-- contribuyen queriendo o sin querer a conservar criterios y valores predemocráticos, y lo que es peor e inquietante: hay medios y periodistas que publican y trabajan en comandita [o colaboran por casualidad] con el PP, Vox, Abogados Cristianos, Manos Limpias, funcionarios derechistas y/o personas físicas o jurídicas con inteciones u objetivos ajenos a las empresas y profesionales del sector de la info-comunicación

Incluso hay medios que se dedican no solo a justificar, sino que loan hechos, decisiones y criterios del nacionalcatolicismo [que no son los de la unión de los socialcristianos (CSU) bávaros a los que Fraga citaba como ejemplo a seguir], esa mezcla de fe y españolismo junto al nacionalsindicalismo y el ideario de Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET de las JONSconstituyeron la base ideológica de los alzados el 18 de julio de 1936 contra la democracia parlamentaria de la II República.
Ahora, casi medio siglo después de que la dictadura acabara gracias a Dios y a que el Caudillo falleció --insisto: ya viejo y en la cama-- las relaciones de los medios con el poder político mantienen criterios y actitudes propias del régimen autoritario, cuando los propietarios y editores de prensa debían tomar la iniciativa para mantener cuanto menos una relación cordial con la autoridad, a la que adulaban y/o temían.

En los regímenes democráticos consolidados, esa iniciativa es por lo general tarea gubernamental, pues es el Gobierno el interesado en mantener una relación fluida y de respeto con los medios, aunque sea por la natural a la vez que obligada hipocresía que reina en las relaciones entre el poder politico --que no el Estado-- y los ciudadanos que tienen poder económico o social: desde la banca y las grandes compañías hasta las centrales sindicales, pasando por las patronales, la comunidad científica, los propietarios de medios, periodistas incluidos, y los produtores de cultura, entre los que deberían abundar los librepensadores, cosa que tampoco es así en España... Otro detalle que ayuda a entender la vida política y la sociedad españolas.

No obstante y aunque rara vez lo admiten los propitarios de los medios y los profesionales de la info-comunicación, en España y desde 1978 hasta 2015, los medios convencionales o grupos de difusión estatal que han merecido ser tratados con la consideración debida por parte del poder ejecutivo, gobernara quien gobernara, son tan escasos que la suma solo requiere un guarismo: 7.

[En mi opinión y por orden alfabético: Antena3 Radio, Cadena SER, Diario16, El País, La Vanguardia, Onda Cero y el grupo Prensa Ibérica].


El mapa político de la Constitución de 1978
es más absurdo que el de la Nueva Planta de 1715

En los ámbitos socioculturales que son inferiores al del Estado y que no siempre coinciden con las comunidaes autónomas (CC AA) [ver mapa adjunto], la situación es extraordinariamente singular por su disparidad y porque en las CC AA [sean naciones o regiones], las provincias, comarcas y en las localidades aún es más perceptible que las relaciones entre el poder político y los medios siguen en mayor o menor medida ancladas en el pasado.
Solo hay cinco ámbitos cuyas autoridades mantienen el mínimo respeto debido a los medios y a los profesionales, en este caso incluidos los nativos digitales; a saber: Aragón, Asturies/Asrturias, Balears/Baleares, Catalunya/Cataluña, Euskal Herria/Vasconia y València; lo que ocurra tras las convocatorias electorales de 2024 está por ver.
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La división territorial impuesta
por Felipe V se limitó a incorporar como provincias las 4 monarquías que derogó
En la comunidad autónoma que comprende la mitad sur de Castilla [exceptuada la isla de la capital de España y su provincia, Madrid], es absu
rdo analizar la relación entre las Administraciones publicas y los medios convencionales de ámbito regional pues solo queda un periódico tradicional (impreso), La Tribuna, que publica el Grupo Promecal y con ediciones en cuatro provincias: las de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y dos en la provincia de Toledo, una en Talavera y la otra en Toledo, capital de la comunidad que abarca el sur de Castilla, rebautizada Castilla y La Mancha... ¡
como si La Mancha no fuera Castilla!, y suerte que la ocurrencia no fue a más: Castilla y La Mancha y La Alcarria, ni se aplicó en otras CC AA: Catalunya i Les Terres de l'Ebre, Galiza e Valdeorras o Extremadura y las Hurdes [Estremaura i Las Hurdis]...
En la meseta norte lo más singular es el panorama cultural, singularidad de origen político y por motivos ignotos, pues los constructores de la España de las autonomías se inventaron la comunidad autónoma de Castilla y León, de la que excluyeron las provincias castellanas de Santander y Logroño, pero incluyeron las de León/Llïón.
El absurdo es kafkiano, pues crearon dos CC AA y sendos ámbitos carentes de base histórica y socio-cultural, a la vez que diluyeron el antiguo Reino de León/Llïón, que forma parte del bloque cultural y lingüístico que abarca, de norte a sur, el asturiano, el llïonés y el estremeñu y, para colmo de insensateces, negaron el rango de comunidad autónoma al escenario de las primeras Cortes convocadas en Europacelebradas el año 1188 en el Reino de León/Llïón, a las que la UNESCO considera el primer parlamento europeo
¿Qué canastos tienen que ver esas sorprendentes singularidades introducidas por los constructores de la geografíia política de la España de las autonomías con los medios?
 


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