30 diciembre 2010

Los trapicheos del IOR, más conocido como el banco del Papa

El autor de Vaticano SA es el periodista Gianluigi Nuzzi (Milán, 1969), que actualmente colabora con la revista Panorama. Con anterioridad, trabajó para Il corriere della sera e Il giornale, y desde 1994 se dedica fundamentalmente a informar de investigaciones judiciales referidas a los mundos de la política y de las finanzas italianas.
En la primavera de 2008, Nuzzi tuvo acceso al archivo que había reunido monseñor Renato Dardozzi y, en base a los datos que contenía, llevó a cabo una serie de investigaciones que le han permitido confirmar la existencia de fundaciones fantasma que eran titulares de cuentas corrientes millonarias (en euros, no en liras), seguir la pista a transferencias de dinero y comprobar la existencia de que personas vinculadas al Vaticano se relacionaban con la mafia siciliana, entre otras organizaciones escasamente ejemplares. Estas son algunas de las revelaciones de Vaticano SA.
Publicado por primera vez hace un año y medio en Italia, más de doscientos mil italianos ya han comprado el libro-reportaje de Nuzzi; cuyo contenido es, junto a los escándalos de los curas pederastas, uno de los factores que más está contribuyendo a amargarle el papado a Benedicto XVI.
Dardozzi, el recopilador del archivo que proporcionó las primeras pistas a Nuzzi, ha sido uno de los consultores económicos más requeridos por cardenales y obispos de la Iglesia Católica durante la segunda mitad de la década de 1980 y la primera de los años noventa.
El autor de Vaticano SA ha logado reconstruir la telaraña de cuentas corrientes abiertas a partir de 1987 en el Instituto de las Obras de Religión (IOR) --conocido popularmente como el banco del Papa-- por las que circulaban decenas de millones de euros, gran parte de ellos destinados teóricamente a obras de caridad...
En total, Nuzzi detectó diecisiete cuentas a nombre de fundaciones que tenían denominaciones tan pías como Cardenal Spellman, Lucha contra la Leucemia o Niños Pobres, pero que en realidad sólo servían de fachada para el lavado de dinero destinado a o procedente de sobornos multimillonarios ligados a operaciones político-económicas y a negocios nada edificantes.
No es una novela, ni tampoco un argumentario trufado de suposiciones o de simples convicciones, sino que se trata de un trabajo de investigación que aporta pruebas irrefutables, incluidos ¡los más de cuatro mil documentos! procedentes del archivo de monseñor Dardozzi.
Por ejemplo, en una carta fechada el 5 de octubre de 1993 Angelo Caloia (presidente del IOR) escribió al cardenal secretario de Estado del Vaticano, Angelo Sodano, lo siguiente: “Los títulos son resultado de pagos de sobornos a hombres políticos, por importes ciertamente regresados a ellos en forma limpia”... El IOR funcionaba como una lavandería de dinero con sede en el corazón católico de Roma...
¿Seguirá operando con similares criterios e impunidad?
El contenido del libro convierte en pura palabrería el llamamiento de Benedicto XVI (la encíclica Caritas in veritate) a los mercados financieros para que eviten incurrir en la codicia y a los que precisamente el máximo responsable del IOR afea el papel que han jugado como desencadenantes de la actual recesión económica que acusa Occidente.

3 comentarios:

  1. ¿Y no bajará de nuevo su Jesucristo para echar a los mercaderes del templo?

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  2. A JUAN,
    Si "bajara", debería empezar por la primera lección (la de amar al prójimo, etc.) y corregir, entre otras barbaridades, la rabiosa misoginia, la antinatural castidad, la hipocresía que practica la curia... La lista es larga.
    Saludos y feliz Nochevieja.

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  3. Igualmente, Félix.

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