La prescripción de cuatro delitos contra la Hacienda pública presuntamente cometidos por Carlos Fabra (PP), presidente de la Diputación de Castelló, ha motivado decenas de textos en la Blogosfera, amén de una cascada de informaciones y opiniones en los medios.
Aparte de los detalles que se ventilan más adelante, es curioso que casi nadie haya destacado como merece el hecho de que el motivo alegado por la Audiencia castellonense para estimar prescritos los delitos ha sido propiciado por el propio aparato de Justicia --sea por incapacidad insuperable, por ineficacia sobrevenida o acaso por... lo que sea.
Aparte de los detalles que se ventilan más adelante, es curioso que casi nadie haya destacado como merece el hecho de que el motivo alegado por la Audiencia castellonense para estimar prescritos los delitos ha sido propiciado por el propio aparato de Justicia --sea por incapacidad insuperable, por ineficacia sobrevenida o acaso por... lo que sea.
En todo caso, uno de los textos que a mi criterio mejor resumen la buena suerte de Fabra es el difundido por el digital valenciano L'Informatiu. Algunos párrafos son altamente clarificadores.
Veamos:
«Amigo personal del delegado de Hacienda en Castelló durante los años en que se cometieron los presuntos delitos, compañero de fútbol y toros del presidente de la Audiencia que ha sobreseído algunas de las causas, editor de libros de la esposa de este y asesorado por un penalista especializado en anular sumarios por defectos de forma, emplear la palabra suerte para describir cómo ha logrado librarse del peso de la ley es tan gratuito como hablar de inocencia.
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| Carlos Fabra |
«Hace dos años, en círculos judiciales y políticos castellonenses se vivió con interés el posible relevo en la presidencia de la Audiencia Provincial de Castelló.
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El cambio de cromos impidió el relevo
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El cambio de cromos impidió el relevo
Carlos Domínguez se presentaba a la reelección y su manifiesta relación con el presidente de la Diputación provocó que el sector progresista del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) no viera con buenos ojos que siguiera en el cargo debido a que era el responsable de una audiencia en la que se estaban instruyendo expedientes contra su compañero de tribuna en partidos de fútbol y corridas de toros.
Los progresistas eran mayoría en el CGPJ, pero el de Castelló no era el único cargo que se decidía en aquella votación: los nuevos presidentes de los tribunales superiores de Justicia de Madrid y Galicia y los de las audiencias provinciales de Madrid y Cáceres también estaban en juego y era preciso llegar a pactos [es decir, cambiar cromos].
Los progresistas eran mayoría en el CGPJ, pero el de Castelló no era el único cargo que se decidía en aquella votación: los nuevos presidentes de los tribunales superiores de Justicia de Madrid y Galicia y los de las audiencias provinciales de Madrid y Cáceres también estaban en juego y era preciso llegar a pactos [es decir, cambiar cromos].
«El desenlace, teniendo en cuenta el grado de interés que merece el futuro valenciano en la Meseta, era previsible (…) la Audiencia sigue presidida por el amigo de Fabra, Carlos Domínguez, que ha sobreseído cuatro de las cinco causas…»
La crónica de L'INFORMATIU también menciona a Juan Costa Galindo (padre de los ex dirigentes del PP Juan y Ricardo Costa), que fue delegado de Hacienda en Castelló, y a Javier Boix, catedrático de Derecho Penal de la Universidad de València, que también asesora a Francisco Camps en la búsqueda de defectos formales o de procedimiento que permitan impedir que la Justicia relacione al presidente de la Generalitat Valenciana con la trama Gürtel.
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¡Viva la ejemplar "democracia" española!. ¿Hasta donde llegará esta tremenda degradación de lo que es una auténtica democracia?. Y llegadas las elecciones autonómicas y municipales .... absolución por el pueblo. ¿Nos sorprende que cierre Canal+ y sea sustituido por Gran Hermano 24 H?. ¡¡País de ......!!
ResponderEliminarA NAVEGANTE,
ResponderEliminar¿Qué voy a decirte? Hay densas y profundas redes de relaciones que explican muchas de las decisiones institucionales que son manifiestamente perversas, en Castelló y en el más insignificante de los municipios. Esas redes rara vez son tocadas y mucho menos desmanteladas.