Esta semana, un avión no tripulado de EE UU ha bombardeado una caravana en territorio de Yemen y matado, entre otras personas, al islamista El Aulaki, supuesto miembro de Al Qaeda que residía desde hace años en Yemen, país del que son originarios sus padres, si bien él había nacido en Nuevo México y era ciudadano estadounidense.
El Aulaki jamás había reconocido estar a las órdenes o ser miembro de Al Qaeda y lo que es más importante, nunca había apoyado públicamente actos de violencia y nunca había sido acusado de ningún delito ni procesado en Estados Unidos ni en Yemen.
El Aulaki jamás había reconocido estar a las órdenes o ser miembro de Al Qaeda y lo que es más importante, nunca había apoyado públicamente actos de violencia y nunca había sido acusado de ningún delito ni procesado en Estados Unidos ni en Yemen.
Sin embargo, el Gobierno de EE UU estima que su acción es legal --al igual que en el caso de Osama bin Laden, este sí que promovió y aplaudió actos de violencia--, alegando para ello que siempre está justificado matar a terroristas [incluidos los presuntos] por decisión gubernativa, sin juicio previo, sin que la muerte sea consecuencia de un enfrentamiento y, por ende, considera legal ese tipo de acciones homicidas en territorio extranjero.
Resumiendo, Washington quiebra --una vez más-- principios básicos del Estado de Derecho y prescinde de criterios fundamentales en Derecho internacional. Es más, cientos de juristas, analistas, politólogos, políticos profesionales, columnistas y periodistas de Occidente han aplaudido los argumentos de la Casa Blanca.
Luego, ¿por qué esa misma élite intelectual satanizó en su día a los miembros reales y supuestos de los GAL?, ¿el Derecho es una goma de mascar?, ¿todo cuanto hace y deshace Estados Unidos está justificado, o conviene justificarlo?...
Aquí hay que volver a repetir el viejo y conocido dicho: "El que siembra vientos recoje tempestades? Estamos caminando por una delgada linea roja....
ResponderEliminarA NAVEGANTE,
ResponderEliminarNada como tener o crear enemigos para justificar todo lo que les venga en gana...
Nadie cultiva mejor el odio que los poderosos --sean Estados o potentados--, pues la esencia de su táctica es el maniqueísmo.