El post anterior versa sobre una sentencia de hace 13 años que sigue incumplida, este sobre unos hechos acaecidos hace más de siete que fueron protagonizados por José Manuel López Pérez, alias Coté, que se hacía pasar por médico. Sus victimas, entre las que varias resultaron contagiadas con el virus del sida o de hepatitis, siguen esperando que la Justicia ponga fin a un procedimiento extrañamente prolongado.
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López Pérez, el día que fue detenido |
Desde que escribí el post del que reproduzco los dos primeros párrafos han transcurrido cuatro años y todo sigue igual, como bien recuerda el blog Radiografía de una pesadilla:
«Se cumplen hoy siete años de la primera detención de José Manuel López Pérez "Coté"....¡y ya van siete años!
«Ante esto cualquier persona sensata pronunciará una sonora exclamación, reflexionará o hablará de ello durante un rato: ¡qué barbaridad!... ¡esto no es Justicia!... ¿cómo puede pasar esto?... ¡pobre gente!.... ¡así está el país!...
El último párrafo de "¡Siete años esperando por la justicia!", dice así:
«A pesar de todo, con la Administración Sanitaria dándonos la espalda, con la Administración de Justicia inoperante, entre silencios y complicidades, engaños y negligencias...con todo y con más, lo verdaderamente importante, lo único que cuenta es que si nosotros hemos sido capaces de llegar hasta aquí sin duda alguna seremos capaces de llegar hasta el final, Coté nos ha enseñado a ser unos corredores de fondo, puede que maltrechos, pero con toda nuestra dignidad intacta y expectante para más pronto que tarde volver a verle como en la foto, y esta vez por muchos años».
Coté sigue en libertad provisional, a la espera de juicio, y sus víctimas siguen aguardando, aferradas a la esperanza.
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CON ANTERIORIDAD:
Octubre 2010, «He recibido un "requerimiento judicial" de Coté que hace historia».
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CON ANTERIORIDAD:
Octubre 2010, «He recibido un "requerimiento judicial" de Coté que hace historia».
El caso de este fulano es clamoroso. Que falsificase datos médicos y a la Justicia no le inquietara demasiado se podría llegar a entender. Pero que falsificase las propias requisitorias, y los jueces tampoco parezcan tener prisa, ya tiene caracteres alucinógenos. Qué jueces tan tolerantes e indulgentes se encuentran para ciertos comportamientos. Otros mandan a la cárcel por un simple hurto en estado de necesidad.
ResponderEliminarMe temo que los que hablan a la ligera de "repúblicas bananeras" lo hacen desde un suelo que no parecen reconocer como "reino bananero".