Cada vez son más los "progres" que asumen el antinacionalismo de los ultranacionalistas

El objetivo de los españolistas, sean ultras, constitucionalistas

o progres, es uno: hacer tabla rasa y destruir el mosaico

Causa tristeza comprobar día sí, día también la fragilidad ideológica de numerosos dirigentes del PSOE y en especial, de la presidenta de la Junta de Andalucía; esa "muchacha" aupada por la nomenclatura a la que han convencido de que está llamada a salvar a la socialdemocracia española [y ella va y se lo cree], lo cual tiene morbo pues los responsables de las debacles electorales que ha acusado el PSOE son los funcionarios de la política a los que tan bien representa ella.

[INCISO: El empleo de la palabra muchacha es asexual, no me refiero a la condición femenina de la individua sino a su inmadurez]

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Intuyo que no es intencionado, pero el titular de la portada que hoy abre ABC ofrece una prueba, otra, del simplismo de la presidenta de la Junta [ver ilustración adjunta].

Eso de que una o un socialista no puede ser nacionalista, tal como apunta Susana Díaz, es, resumiendo, una idiotez.

El nacionalismo no es una "ideología cerrada", sino que acostumbra a ser un rasgo complementario, aunque en ocasiones es el eje de la acción política (táctica) de un partido, por ejemplo ERC. Pero también hay casos en que forma parte de la estrategia política, caso de los pujolistas del PDCat, tanto es así que puede convertirse en un rasgo ideológicamente sustancial.

Aunque la Historia indica que el nacionalismo acostumbra a caracterizarse por ser conservador (de derechas), hay ejemplos --pocos pero suficientes-- que niegan esa y otras ¿verdades?; como la que afirma que el nacionalismo ¿siempre? es excluyente y destructivo; taras supuestamente congénitas que conforman otra de esas ¿verdades? tan políticamente correctas como falaces.

Esas y otras de similar tenor son las acusaciones [siempre negativas] más tremendistas y también las más difundidas por los mass media: es el antinacionalismo de los nacionalistas españoles, que tienen raíces franquistas [=españolistas] y cuyo mensaje central es tan pueril que rara vez osan enunciarlo: El único nacionalismo bueno es el nuestro.
Es un guión políticamente idiota y mentiroso pero pragmático y exitoso, dirigido básicamente a dos públicos: uno formado por votantes que no son españolistas pero que se dejan llevar por el miedo a romper España, falacia que el PP ha convertido en un latiguillo electoral que incluye una subliminal amenaza de (o una alusión expresa a la) guerra civil; y el segundo público al que se dirige el PP está constituido por los votantes que están enganchadosa (o están interesados en manteniendoer viva) la liturgia del patriotismo ciego que la indisimulable derecha franquista mima, protege, alimenta y da esplendor...

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Contaba con la simpatía y el apoyo de gentes
"poderosas" y precisamente por eso, entre
 otros detalles, la mayoría de los militantes
desconfiaron de ella

El antinacionalismo progre

es hijo de la comodidad

o de la ignorancia

Junto al antinacionalismo de los nacionalistas españoles, cuya base es socialmente amplia y temporalmente, histórica, también existe un antinacionalismo progre que ha crecido poco a poco y de un tiempo acá, impetuosamente...

Es el antinacionalismo de los socialdemócratas de baratillo, de los socialistas tuertos y de los comunistas que prefieren cerrar los ojos, amén de otros tipos de muy variados orígenes partidarios.

Es el antinacionalismo de quienes siendo militantes o votantes de la izquierda han decidido ser ¿verdaderos izquierdistas? y por tanto, internacionalistas y por consiguiente combatir todos los nacionalismos... Casi todo es legítimo y respetable, por supuesto, pero negarse a asumir que desde una óptica de izquierda, de clase, es legítimo defender el derecho a ser nacioalista y promover el referéndum a la vez que, también desde una óptica de izquierda, de clase, hay que criticar esos proyectos y referendos en los que nada se decide sobre el sistema económico imperante. 

En todo caso, los nacionalismos que representan PDCat (los hijos del pujolisme) y ERC, así como el objetivo que comparten, huir de España, son legítimos.

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Cosas de "progres"...

El independentismo

refleja dos fracasos,

el del Estado
y el de la Transición

El independentismo tiene dos atractivos para los ciudadanos que están hartos de que la Transición haya sido eternizada:

1.º Planta cara al patriotero nacional-catolicismo [= franquismo sociológico] del PP, y 

2.º Pone blanco sobre negro el estrepitoso fracaso de todos los gobiernos y de todas las élites que desde principios del siglo XVIII se empeñan en alicatar el Estado rompiendo el mosaico original.

Es comprensible que Rajoy y los suyos sean furibundos anticatalanistas y traten de ocultar su ultraespañolismo diciendo hipócritas simplezas contra el nacionalismo en general; pero, ¿a qué obedece que una socialdemócrata recurra al mismo ventilador?... ¿ha renunciado a pensar?, ¿es o le interesa ser una ignorante en Historia?, ¿cree que la Historia de España empezó en 1978?, ¿o sencillamente es simple como una berza? 

Tanto da lo que sea, lo que crea o lo que crea ser, su desidia y cobardía ideológicas contribuyen a que los patriotas de la derecha, ¡los patrioteros!, ganen espacio en el terreno de las ideas vacías ... ¡y en las urnas!

DE INTERÉS:

El análsis de Fernando López Agudín: «Despeñapedros», en Público.