Regalar el periódico vía internet no es un modelo de negocio

Estos días, en la Red es pasto de mil y un comentarios el hecho de que la mayoría de los internautas (exactamente, el 87 por ciento) que visitaban las ediciones digitales totalmente gratuitas de los rotativos británicos The times y The sunday times (Grupo Murdoch) hayan renunciado a hacerlo porque se niegan a pagar una suscripción.
La empresa editora de los diarios de papel del Grupo Murdoch afronta la primera experiencia de pago por lectura en ediciones digitales y, sorprendentemente, casi todos los observadores y analistas la han calificado inmediatamente de fracaso.

Hay quienes incluso justifican esa valoración negativa haciendo uso de la expresión «modelo de negocio»…

Es evidente, que ofrecer el periódico gratis vía internet no es un modelo de negocio. Por tanto, contraponer un regalo a un servicio de pago --este sí es un modelo de negocio-- resulta, cuando menos, incongruente.
Hay otros procedimientos y vehículos electrónicos para vender información (caso de Orbyt, que es el que más expectación suscita actualmente), si bien están todavía en fase de exploración y es prematuro evaluar si serán rentables y obtendrán usuarios suficientes.

Antes de emitir un juicio definitivo y cerrado sobre la experiencia del Grupo Murdoch convendría responder tres preguntas sin irse por la tangente:
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1. ¿Es un modelo de negocio para las empresas editoras ofrecer su producción gratuitamente a través de la Red?: rotundamente y sin paliativos, NO, salvo que el editor haya renunciado a ser empresa, aspire a centrar su labor en crear opinión, o se sienta realizado alardeando de que su medio tiene equis millones de lectores virtuales…

En fin, se mire como se mire, regalar la producción de una empresa es un absurdo y en ningún caso es un modelo de negocio; lo sería si la cuantía media de los actuales ingresos por publicidad electrónica se multiplicaran por 20; cosa que a corto y medio plazo es improbable, por no decir imposible.
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2. ¿Cabe calificar de fracaso empresarial que The times y The sunday times ingresen equis cientos de miles de libras esterlinas al mes por sus 2,7 millones de visitantes fijos, parte de los cuales son suscriptores?; desde un punto vista económico y empresarial, NO; todo lo contrario, es un éxito.
Lógicamente, The times y The sunday times han perdido e-lectores, pero es evidente que han dejado de tirar su producto y de perder dinero.
Además, ¿cabe calificar de fracaso empresarial ingresos mensuales de cientos de miles de libras, a pesar de haber perdido más del 80 por ciento de los veintitantos millones de lectores que no aportaban ni un chelín?: No.
Si se calcula sin trampas el resultado de las ediciones electrónicas gratuitas, resulta que todas las empresas editoras que aplican ese no-modelo de negocio pierden dinero; es más, con ese regalo contribuyen a que se pierdan ventas en papel [no obstante, esa no es la única causa, ni siquiera la más importante, de que la prensa pierda clientes].

Otra cosa es que esa generosidad reporte compensaciones no dinerarias: influencia y rentas políticas, acceso a resortes de poder, etcétera; pero este tipo de beneficios no revierten en la empresa, son imposibles de evaluar económicamente y, lo que es más grave, cuando rentan beneficios económicos es porque hay corrupción informativa, casi siempre porque se cobra por primar mensajes comerciales, religiosos, ideológicos o partidistas; lo cual, aunque se pinte de verde, además de perverso carece de lógica empresarial y a medio plazo tampoco constituye un modelo de negocio.
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3. ¿Se pueden reducir la sangría económica y la pérdida de compradores de prensa?: SÍ, ¡hay soluciones de transición! y algunas ya se han revelado útiles.

Por ejemplo, ofrecer gratis sólo parte de las informaciones (los resúmenes constituyen una fórmula válida), y desde luego urge vetar inmediatamente el libre acceso a las hemerotecas.

En este punto, es divertido a la vez que penoso comprobar que regalar contenidos ha facilitado extraordinariamente la labor de los redactores especializados en captar y reformar textos difundidos en ediciones digitales de la competencia para unos días o unas semanas después publicarlos como propios en sus ediciones de papel.
Todo ello sin olvidar que los periódicos --tanto en papel como en sus ediciones electrónicas de pago-- deben dejar de vender tonterías y mejorar sus contenidos, contextualizando los hechos, aportando documentación y datos, etcétera y, sobre todo, dejando de repetir como loritos lo que el día anterior ya ha sido difundido por las emisoras de radio y TV, o en la Red.

En definitiva, analícese la experiencia del Grupo Murdoch, pero hágase sin caer en la trampa de comparar un modelo de negocio real con regalar la producción vía internet.
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CON ANTERIORIDAD:
"El periódico pierde valor como transmisor de hechos y conocimientos".