Han despedido a Nicolás Navaza Aller, periodista de El correo gallego. En rigor, nada extraordinario, pues desde hace seis/siete años despedir trabajadores es lo más socorrido en las empresas editoras de diarios.
Las hay que es lo único que han hecho para afrontar la doble crisis: una económica, derivada de la recesión (los ingresos por publicidad se han hundido), y la otra periodística, con la mayoría de los directores y jefecillos —más no pocos redactores— besando la mano al editor aunque diga, haga y ordene barbaridades, y bailando el agua al poder político y a los anunciantes. Sin olvidar a los que tienen ingresos paralelos, colocan familiares, envían clientes a gabinetes de comunicación, asesoran a políticos, insertan en el periódico loas y panegíricos, etcétera.
Las hay que es lo único que han hecho para afrontar la doble crisis: una económica, derivada de la recesión (los ingresos por publicidad se han hundido), y la otra periodística, con la mayoría de los directores y jefecillos —más no pocos redactores— besando la mano al editor aunque diga, haga y ordene barbaridades, y bailando el agua al poder político y a los anunciantes. Sin olvidar a los que tienen ingresos paralelos, colocan familiares, envían clientes a gabinetes de comunicación, asesoran a políticos, insertan en el periódico loas y panegíricos, etcétera.
El despido de Navaza tiene un componente singular: el día que le invitaron a abandonar el centro de trabajo le revelaron la causa del despido echándole en cara que tenga buena opinión del nuevo alcalde de Santiago.
Es aberrante, pero en los medios tampoco es extraordinario que te despachen por motivos políticos. Los ha habido siempre, pero de un tiempo acá en materia de libre información y expresión España ¡y numerosos medios! ya compiten con Bielorrusia...
Lógicamente, la hipocresía manda y en la carta de despido no figura la causa real de la medida. La empresa alega lo de siempre: motivos económicos; lo cual, por cierto, cuela perfectamente porque la empresa editora de El correo gallego está en quiebra técnica, tanto es así que acumula retrasos de hasta tres meses en el pago de las nóminas y ya suma tres regulaciones de empleo... suerte que el Gobierno autonómico (PP) le da respiración asistida vía publicidad institucional y ayudas con excusas muy "ocurrentes".
Reproduzco el relato de los hechos redactado por el propio Navaza.
Lea, por favor, no tiene desperdicio:
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Texto publicado por el alcalde de Santiago en su cuenta de Facebook que Navaza premió con un "me gusta" |
«El pasado 5 de agosto, la dirección de El Correo Gallego (ECG) me despidió de forma fulminante por opinar y ejercer mi derecho a la libertad de expresión, recogido en el artículo 20 de la Constitución Española.
«Como periodista que soy, me voy a limitar a explicar los hechos acaecidos los últimos meses (que cada uno saque sus propias conclusiones), y que han llevado a la rescisión de mi contrato. Creo que estos hechos deben ser de conocimiento público, más todavía cuando esta vulneración de un derecho fundamental la lleva a cabo un medio de comunicación que entre algunas de sus funciones tiene la de ser herramienta y garante de la misma libertad de expresión.
«Antes de nada, me gustaría puntualizar que en estos casi 13 años en los que he trabajado en el Grupo Correo Gallego (Galicia Hoxe, ECG, Radio Obradoiro y Correo TV) he cumplido con todas y cada una de las tareas que se me han encomendado a pesar de sufrir cierres (Galicia Hoxe), despidos, congelación salarial, varias reducciones de sueldo, prorrateo de pagas que luego desaparecieron al aplicarle los descuentos; los ERES de suspensión (este marzo empezó el tercero) o los retrasos en los pagos de las nóminas (casi dos años abonándolas fuera de plazo) y que este pasado mes de julio alcanzaron las tres mensualidades y media...
«Unas medidas que los trabajadores aceptamos sin protestar, y sin quejarnos, pero siempre, insisto, cumpliendo con cada una de las tareas que se me encomendaron hasta el último minuto en el que he prestado mis servicios en esta empresa.
«Ante esta situación de indefensión (no tenemos comité de empresa desde 2011), tomé la decisión personal a principios de año de hacer pública, a través de mis cuentas en Twitter y Facebook, la situación que estaba atravesando.
«El pasado 27 de julio, encontrándome de vacaciones, me llegó un enlace a mi Facebook, y al que le di a “me gusta”, de una publicación del nuevo alcalde de Santiago, Martiño Noriega y en la que, entre otras cosas, se solidarizaba con los trabajadores de ECG por llevar “dos meses y medio” de retraso en el pago de las nóminas, además de dar datos objetivos sobre el abono a ECG, por parte del anterior alcalde, Agustín Hernández, de unos 200.000 euros en publicidad, en los primeros cinco meses del año.
«Unos días antes, la dirección (cuando ya se iban a cumplir los tres meses de retraso) publicó una nota interna en la que informaba de un plan de pagos y que, una vez más, incumplió, y después de anunciar en la última junta de accionistas que la empresa iba por buen camino, llegando a prometer, si la situación continuaba así, una paga extra en el mes de enero para compensar los retrasos.
«Ante esta tesitura, y tras ver el comentario de Martiño Noriega y darle a “me gusta”, el pasado 31 de julio, un día antes de reincorporarme tras las vacaciones, publiqué un tuit, al comprobar que seguían sin pagarnos, en el que decía: “Lo más lógico sería ir a un concurso de acreedores para reflotar el grupo, pero no interesa que salga a la luz la gestión de estos años”.
«El día 1 me reincorporé a mi puesto de trabajo, realizando mis tareas con normalidad hasta el lunes día 3. El martes siguiente, el director de ECG me requirió en su despacho, y siendo muy breve me dijo: “Me he enterado que apoyaste a Noriega, y pediste un concurso de acreedores, eres un irresponsable, te invito a irte de la empresa, eres un irresponsable”.
«Bajé a la redacción, y mi jefe directo me dice que me dan “el día libre pagado”. Le dije que lo quería por escrito, y el propio gerente me hizo el documento antes de decirme de muy malos modos y con arrogancia, que me pasara al día siguiente para darme toda la documentación.
«Al igual que durante estos casi 13 años obedecí, y me presenté al día siguiente. El director no tuvo ni la dignidad de estar presente cuando el gerente me mostró la carta de despido, la cual evidentemente no firmé, ya que en ella alegaban despido objetivo por causas económicas. Una justificación que no evitó que en ese mismo instante me abonaran todos los retrasos en un cheque al portador.
«Si hoy hago público lo ocurrido es para denunciar esta vulneración del derecho a la libertad de expresión, que considero más grave aún al tratarse de un medio de comunicación, y cuando no es la primera vez que sucede: En 2011, dos redactores fueron despedidos también de forma inmediata por dar su opinión en una reunión con los representantes sindicales celebrada precisamente para negociar el primer ERE, y que llegaron a oídos del director de ECG.
«Por todo ello, os pido la máxima difusión de esta información con el único objetivo de poner fin a estas malas prácticas, y que atenazan y amordazan a los trabajadores de esta empresa a la hora de reclamar lo que les corresponde, que indefensos, y por miedo a perder sus empleos, evitan pronunciarse y siguen cumpliendo con sus obligaciones, mientras a la dirección, además de no cumplir con las suyas, no le importa vulnerar un derecho fundamental recogido en nuestra Constitución, y que representa una de las garantías de un estado democrático.
«Y me despido citando al propio Martiño Noriega, cuando señalaba en el comentario que apoyé dándole a me gusta: “O xogo democrático ou é para todos ou non é” [el juego democrático es para todos o no es]».
Nicolás Navaza Aller, en Twitter y Facebook.
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«Prensa gallega: Del triunfo empresarial a la derrota ante el poder político», y
«Tal como temía, "La voz de Galicia" ha decidido premiar mis 25 años de trabajo».
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Estas venganzas, insidias y ajustes de cuentas se van a ver con frecuencia. "Un ataque de pánico recorre las redacciones". Los aires de cambio aterrorizan a los anquilosados dinosaurios del Poder, pero se diría que amedrentan aún más a sus siervos, bien pagados y obligados como fieles dobermans.
ResponderEliminarSólo un matiz, los "siervos bien pagados" son cuatro monas. Lo que más "favorece" al poder y a los propietarios y directivos de los medios que bailan el agua a los gobiernos es que los asalariados del periodismo (además de que por lo general están mal pagados, sobre todo desde hace 5/6 años) comen todos los días y tienen familia.
EliminarTodo ello sin menoscabo de una singularidad: es uno de los grupos laborales con menos sentido de colectividad y por ende, la mayoría rehúsa ejercer presiones colectivas; por si fuera poco, abundan los asalariados que creen ser profesionales liberales y/o que alimentan el sueño de ser "estrellas" de la profesión.
Si, siempre se jugó con las necesidades básicas, para atropellar las elementales.
EliminarCada día, un paso más...
ResponderEliminarDespués de comentar artículos durante seis años con el inc de Cadalso en el foro del Correo Gallego he tenido que irme porque el administrador me impedía defenderme de los ataques injustos...
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