09 enero 2020

«Irán a por ti»

NOTA: Este post ha sido confeccionado con párrafos de varios capítulos de "Irán a por ti", novela negra y fresco social de los últimos años del franquismo.

«Al mismo tiempo que a ochocientos kilómetros de distancia los maquis invadían el valle de Arán, una mañana de otoño de 1944 un grupo de guardias civiles entró en la casa de los Moreira y la registró a fondo, destrozando numerosos enseres y muebles. El sargento que iba al mando de la patrulla llamó a los vecinos para que se hicieran cargo del niño, en tanto que a la madre la abofetearon y condujeron a empujones por las calles de la villa monfortina.
«En el cuartel, con las muñecas enrojecidas y sangrando, sentada junto a su hermana y su cuñado, también arrestados, se enteró de que era viuda desde hacía ocho días. No hubo entierro. No había cadáver...

«De vuelta a casa, Maruja daba un pequeño rodeo y se detenía en el ultramarinos de la calle Comte Borrell en el que trabajaba Armando. Sentada sobre un saco de garbanzos o lentejas ella observaba a su idolatrado novio, que atendía a los clientes con profesional amabilidad postiza. A ratos se quedaban solos y hacían arrumacos detrás de los paquetes de arroz, azúcar, harina y demás alimentos que, colocados sobre el mostrador, hacían las veces de biombo... 

@iranaporti
«Don José Souto dejó viuda a su mujer a temprana edad y su muerte se produjo en circunstancias escabrosas que dieron lugar a reservadas pero hirientes reprobaciones. Según informó la prensa y se comentó inicialmente en los círculos del buen Lugo, el notario pereció al sufrir una parada cardiorrespiratoria instantes después de arrastrar hasta tierra firme a una jovencita que estaba a punto de ahogarse frente a los acantilados de Augas Santas, en el municipio de Ribadeo.
«La causa oficial del óbito fue un infarto de miocardio provocado por el sobresfuerzo que realizó al nadar medio centenar de metros para recoger a una joven...

«Maruja, que los domingos almuerza con doña Josefa, ha colocado sobre la mesa camilla dos servicios, la vajilla de Sargadelos y los cubiertos del juego de plata de un orfebre de Compostela que la señora recibió de regalo de bodas de su hermano el subcomisario.
«La mantelería es de hilo blanco con una B y una S góticas bordadas en azul en una esquina de cada servilleta y en las cuatro del mantel, otro regalo de bodas perfectamente conservado, este de un primo carnal de don Rosendo fabricante de textiles que desde hace dos años sufre una depresión tan grave que no sale de casa, incapaz de superar la vergüenza y el descrédito sufridos porque al ser amigo de Vila Reyes fue llamado a declarar por el juez que investiga los chanchullos de Matesa
«— Él nada tiene que ver, pero ya lo dice doña Josefa, en España la Justicia es ejemplar, no hace distingos y…

«— Eres… 
«— ¿Qué soy? 
«— Demasiado lanzada, además una noche suma muchas horas, así que prefiero hablar de otras cosas, tener algo en el estómago y no dejarme llevar por las prisas, ¿vale? 
«— De acuerdo, yo también prefiero que no corras ahora ...ni luego tampoco —apostilló Ana luciendo una silenciosa sonrisa de escándalo, el sintió que sus pómulos ardían y muy probablemente habían enrojecido dejado al descubierto su ingenua vergüenza. Durante el resto de la cena la conversación fue dando tumbos de aquí para allá.
«Hablaron de sus familias, aunque sin entrar en detalles, charlaron de sus estudios, también de política y de partidos, cosa inevitable pero que en esta ocasión solo fueron cuatro parrafadas...

«Maruja nació en una villa de pulso cansino que dormitaba bajo el ya agujereado paraguas de su pasado medieval y donde hasta adentrado el siglo XIX las penurias siempre fueron combatidas con éxito. 
«En La Aínsa y demás pueblos altoaragoneses, salvo para los culos de mal asiento y para quienes se empeñaban en salvar una patria que en la comarca a nadie preocupaba especialmente, la mayoría de los campesinos estimaron que el golpe y la llamada cruzada de liberación nacional constituían una impostura de mal gusto, que por desgracia era violenta pero pasajera. Erraron. A lo largo de 1937 y 1938 el lejano levantamiento militar se convirtió en un desastre cada vez más cercano...

«Ricardo, castellano viejo nacido a los pies del castillo de Gormaz, siempre discreto, guardó silencio durante todo el viaje. Apenas pronunció media docena de palabras desde que Maruja entró en el semisótano que él habitaba para ayudarle a preparar el equipaje. Nada dijo a bordo del coche hasta que llegó a la residencia.
«— Vamos, dime algo, no seas así, deberías estar contento, vas a vivir como un rey. 
«Ricardo había cumplido los sesenta y tres hacía dos meses, gozaba de buena salud y a lo largo de los casi cuarenta años durante los que sirvió a los Batlle, desde dos años antes de que Alfonso XIII huyera de España...

«Antes de abandonar el piso, el juez y el forense han esperado a que dos enfermeros prepararan el cadáver para transportarlo envuelto en una camilla rígida, una vez completada esa tarea la autoridad judicial se ha despedido con un lacónico buenas noches y una mirada de conmiseración.
«Los policías inician el registro de todas las habitaciones, el inspector confirma plenamente sus sospechas de que uno, dos o acaso todos los inquilinos son miembros de...

«El Mediterráneo que baña el Empordà está como Juan lo imaginaba cuando partieron de Barcelona, brillante y levemente rizado. Una embarcación se desliza a medio camino del horizonte y el sol está a punto de esconderse (…) La noche se irá abriendo paso en la costa, luego avanzará por los valles del Pirineo a la vez que por la cuenca del Ebro, envolverá la meseta castellana, la cornisa cantábrica y se adueñara de toda la Península cuando el astro rey se hudaen el Atlántico dejando a oscuras las rías gallegas. Juan observa los primeros triunfos de la noche con alegría porque sabe que el sol también gana todas las batallas y mañana alumbrará otra vez el Mediterráneo, desde las playas de Beirut hasta la que se abre frente al balcón...

«El abogado informó de casi todo lo hablado con el inspector Suárez y puso el acento cuando repitió el consejo del policía: 
«— A los cuatro os conviene mudaros, a poder ser cambiar de ciudad y si abandonais España, mejor y en tu caso, Juan, no solo es aconsejable que te marches sino que ya deberías haberlo hecho. El subcomisario Souto y sus amigos, que en Barcelona también los tiene, no te olvidan y tarde o temprano irán a por ti».

El autor:
Enlace a imágenes de los escenarios de la novela.

1 comentario:

  1. http://lavozperiodistica.blogspot.com/2020/02/iran-por-ti-un-libro-de-nuestro-amigo-y.html

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