A iniciativa de la titular de la Consellería do Mar, Rosa Quintana [¡ojo!, no confundir con Ana Rosa Quintana...], el Gobierno de Galicia parece decidido a introducir el uso de uniformes entre los miembros del gobierno que preside Alberto Núñez Feijóo (PP).
Una vez más, la Galicia "xunteira" hace historia...
..Una vez más, la Galicia "xunteira" hace historia...
Cuando la imagen es "look"
La iniciativa ha quedado plasmada en la orden aprobada por Quintana conforme la cual ella y un alto cargo de su departamento pueden vestir el uniforme del servicio de Guardacostas, ¡galones incluidos!… lamentablemente, en el texto aprobado se olvidaron de las medallas, si las hubiere.
La iniciativa ha quedado plasmada en la orden aprobada por Quintana conforme la cual ella y un alto cargo de su departamento pueden vestir el uniforme del servicio de Guardacostas, ¡galones incluidos!… lamentablemente, en el texto aprobado se olvidaron de las medallas, si las hubiere.
Con su decisión, la "conselleira" trata de poner fin a una agria polémica jurídico-laboral y, de paso, acallar las protestas de los miembros del Servicio de Guardacostas de Galicia, el cuerpo de policía administrativa que ha denunciado en reiteradas ocasiones que el cargo político responsable del servicio, Lino Sexto, se haya aficionado a utilizar placa y uniforme a pesar de no pertenecer a ninguna de las escalas del servicio de guardacostas.
Tras una profunda investigación científica, jurídica e histórica del episodio, la Xunta ha descubierto, ¡albricias!, que el señor Sexto estaba utilizando símbolos y vestimenta de forma ilegal.
Ante la nueva situación, la titular de la Consellería do Mar ha modificado la legislación autonómica y la normativa que regulan la estética y el uso del uniforme de los guardacostas y, de paso, ha aprovechado para imponer el criterio "cateto" de que el responsable político del servicio y ella misma puedan lucir el uniforme policial.
En buena lógica, los guardacostas opinan que la decisión de Quintana es «propia de regímenes totalitarios y bananeros» y han emplazado a sindicatos y partidos a que presionen en pro de la racionalidad.
Los guardacostas no lo dicen, pero lo digo yo: ¿qué tal si la Xunta costea la presencia de un psicólogo o de un psiquiatra en las reuniones que se celebran en el despacho de la titular de la Consellería do Mar?
NOTA:
Amable lector/a, ruego que no haga juicios de valor ideológicos de este post ni de sus ilustraciones y, abusando de su inteligencia, también le ruego que haga un esfuerzo por comprender que hay decisiones políticas que sólo es posible digerir con humor y con una sonrisa en los labios.
Ante estupideces políticas como la de la conselleira de marras, sólo hay una alternativa rigurosamente lógica: cesarla. Pero esto sólo puede hacerlo Núñez Feijóo, de manera que a los ciudadanos sólo nos queda el consuelo de enviarla a lamer candados o esquinas; sin embargo, como usted también comprenderá fácilmente, prefiero evitar esas y similares sugerencias porque podrían ser interpretadas como una injuria o un desacato a la autoridad, cosa que procuro evitar.
No me cabe la menor duda de que si el PP conserva la mayoría electoral en venideros comicios, la ironía y el sarcasmo serán declarados anticonstitucionales y penalizados como delitos de terrorismo.
«¡Aprovechemos que la República de Weimar sigue viva!», se consolaban los demócratas alemanes en los primeros años treinta del siglo XX...
Creo que la conselleira debiera dejar decidir al pueblo llano entre los modelos de uniforme, y para suministrarle datos precisos, hacerse fotografiar sin uniforme ni otra vestimenta para que se pudieran superponer sin traba ambos y comparar.
ResponderEliminarTienes razón, puestos a hacer el ridículo que sea consecuente y lo haga hasta el final...
EliminarParece que en la pesca gallega no hay problemas y se dedica a matar el tiempo con parvadas.
ResponderEliminarE o conselleiro de agricultura terá que vestir de labrego e o de cultura que poña a letra Y no peto, que non existe no alfabeto galego, digo eu.
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