31 marzo 2015

El fanatismo religioso también cala en Bangladés, donde el islam mayoritario es moderado

Hace mes y medio el escritor nacido bangladesí y de ciudadanía estadounidense Avijit Roy fue asesinado a machetazos en Daca (Bangladés) por descreído y por criticar a los fundamentalistas religiosos. Washiqur Rahman, un simple bloguero, fue la voz más clara a la hora de describir la enésima ignominia perpetrada en nombre de un dios: «Están ahogando la libre expresión», escribió Rahman, asesinado ayer lunes.
Durante varios años, cada vez que Rahman criticaba a los fanáticos sus familiares y amigos insistían en que desistiera, o en todo caso le aconsejaban que fuera cuidadoso; pero Rahman (27 años) siempre alegaba que en sus páginas no figuraba su foto, de modo que sus posibles agresores no podrían reconocerle aunque se cruzaran con él por la calle.
Además, Rahman firmaba sus escritos con un seudónimo: Stupid Man, textos que desde 2011 también volcaba en Facebook.
Casi con toda seguridad, de nada habría servido que el bloguero fuera precavido. Es prácticamente imposible evitar el ataque de un grupo de fanáticos, salvo que el objetivo vaya fuertemente protegido.
Ayer lunes, recién salió de casa para ir a la agencia de viajes en la que trabajaba, Rahman fue atacado por al menos tres hombres armados con grandes cuchillos de carnicero. Los autores de la agresión se ensañaron hasta el extremo de que la víctima era irreconocible.
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Los dos detenidos (imagen capturada en BBC News)
Matar infieles «es un deber
de todo buen musulmán» 
La Policía ha informado de que dos de los atacantes fueron detenidos por los transeúntes y conducidos a comisaría, donde se declararon estudiantes de una escuela coránica. Sin embargo, los dos reos han reconocido que jamás han leído ni una sola línea de los artículos de Rahman. 
Según ha explicado la Policía de Daca, los agresores actuaron siguiendo órdenes: matar a un infiel que critica la religión «es un deber de todo buen musulmán».
Las noticias de los asesinatos de Roy y Rahman han dado la vuelta al mundo porque uno poseía la ciudadanía estadounidense y el segundo porque había denostado el homicidio del primero, pero no son los únicos que por escribir o decir "inconveniencias" han sufrido el castigo de quienes se arrogan la calidad de ser los verdaderos musulmanes. Durante los últimos dos años varios blogueros bangladesíes —como mínimo seis— han muerto a manos de los "protectores" de la fe, y las agresiones por motivos religiosos ya son pan de cada día, lo cual es novedoso en Bangladés, país de mayoría islámica donde el fanatismo apenas había calado. 
«Sentí pena cuando supe de tu muerte, pero ahora que veo lo que escribiste ya no», ha escrito uno de los numerosos mahometanos que tras el crimen visitan el blog y la página de Facebook de Rahman.
En los arrebatos de fanatismo con el que reaccionan creyentes como el que ha dejado ese comentario no sólo influyen las opiniones del autor sobre el fenómeno de la religión, también pesan dos detalles que escandalizan a todos los creyentes idiotas: primero, en el perfil del bloguero figura una de las caricaturas de Mahoma publicadas por la revista francesa la revista francesa Charlie Hebdo y segundo, la felicitación que Rahman escribió con motivo del cumpleaños de la escritora Talisma Nasrin, forzada a abandonar el país para evitar que los fundamentalistas cumplieran la amenaza de matarla.
Dos de los tres autores del homicidio de Rahman ya están encarcelados, pero de los varios participantes en el ataque contra el norteamericano Roy sólo ha sido posible arrestar a uno, un tal Farabi Shafiur cuyas intenciones homicidas eran perfectamente conocidas porque a través de Facebook había hecho llamamientos a favor de eliminar a significados infieles.
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MÁS DETALLES del episodio y de la oleada de ataques islamistas, en France 24 (fr).

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