Ejecutivos estadounidenses cobran premios millonarios por arruinar bancos

Mientras la Casa Blanca y la Reserva Federal (banco central de EE UU) proyectan gastar 495.000 millones (dinero público) en nacionalizar empresas (y pérdidas), así como en tapar los agujeros provocados por los especuladores --el Partido Demócrata, con Obama a la cabeza, se opone-- los ejecutivos de la élite financiera estadounidense se jubilan nadando en dinero o reciben indemnizaciones millonarias. He aquí tres casos representativos de este fenómeno:

Richard S. Fuld, número uno de Lehman Brothers durante 15 años. Ha arruinado el banco debido a sus arriesgadas apuestas. Apodado el Gorila por su físico y por su incontrolable genio, hace unos meses, cuando la entidad ya estaba amenazada de ruina --los analistas de la propia entidad así lo habían advertido-- cobró 215 millones de euros. La otra mejilla la han puesto los 25.000 empleados de Lehman que han perdido su puesto de trabajo.

John A. Thain, ex número uno de Goldman Sachs y amigo personal de John MacCain (a cuya campaña electoral ya ha aportado medio millón de dólares). Ha sido durante diez meses el máximo responsable ejecutivo de Merrill Lynch. Ya al borde de la quiebra, la entidad ha sido adquirida por Bank of America. Thain, cuyas dotes como actor y vendedor de motos están probadas, se embolsará por su hábil gestión 200 millones de dolares, salvo que la entidad compradora lo evite, cosa improbable.

Robert Willumstad ya es ex consejero delegado de la aseguradora más poderosa del mundo, AIG, que ha quebrado a causa de la especuladora y alegre política de inversiones del mencionado --cesado hace unos días debido a la nacionalización de la sociedad vía departamento del Tesoro, que ha abonado 85.000 millones de dólares por el 80 % de las acciones-- y del anterior gestor. Willumstad se hizo cargo de AIG ¡hace solo tres meses! y una vez despedido ha sido premiado con siete millones de euros.