Esta semana se ha vivido un episodio que ha sido inexplicablemente relegado a segundo plano informativo: El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ha pedido un paréntésis en el sistema de libre mercado para atajar la crisis.
La propuesta es sorprendente si se tiene en cuenta que la enuncia una entidad que siempre insiste en que conviene privatizar servicios públicos, desregular la actividad financiera, liberalizar el mercado de trabajo… etcétera y etcétera.
La propuesta es sorprendente si se tiene en cuenta que la enuncia una entidad que siempre insiste en que conviene privatizar servicios públicos, desregular la actividad financiera, liberalizar el mercado de trabajo… etcétera y etcétera.
Y ahora, espantados por el descontrol en el que han incurrido la banca, los inversores y las agencias de calificación estadounidenses y europeas, los dirigentes de la CEOE reclaman intervencionismo estatal.
¿Por qué será que la elite de la patronal solo reclama que el Estado haga uso de su autoridad en asuntos económicos cuando el reajuste es singularmente riguroso?... Respuesta: para que sufrague sus pérdidas.
No menos clarificadora ha sido la respuesta del presidente de Gobierno, Rodríguez Zapatero, que quizá sin querer ha dejado claro que los socialdemócratas de hoy poco tienen que ver con los que convirtieron en modelo a seguir las experiencias escandinavas y alemana de los años 50 y 60: Rodríguez Zapatero ha respondido que él confía en la capacidad de autocorrección (¿?) del sistema y que respeta la libertad de los mercados y la libre competencia.
No menos clarificadora ha sido la respuesta del presidente de Gobierno, Rodríguez Zapatero, que quizá sin querer ha dejado claro que los socialdemócratas de hoy poco tienen que ver con los que convirtieron en modelo a seguir las experiencias escandinavas y alemana de los años 50 y 60: Rodríguez Zapatero ha respondido que él confía en la capacidad de autocorrección (¿?) del sistema y que respeta la libertad de los mercados y la libre competencia.
Muy probablemente, Rodríguez Zapatero jamás volverá a tener una oportunidad tan natural para dejar en evidencia el oportunismo de la cúpula del poder económico y, sin embargo, ha renunciado a ello y, para colmo, da lecciones de ultraliberalismo.
En resumen, el absurdo se ha hecho realidad: la patronal pide que el Estado intervenga más en la economía y la socialdemocracia confía en que los mercados corrijan sus despropósitos…
En resumen, el absurdo se ha hecho realidad: la patronal pide que el Estado intervenga más en la economía y la socialdemocracia confía en que los mercados corrijan sus despropósitos…
DE INTERÉS:
cosas que no sorprenden. Los socialdemócratas actuales están alienados culturalmente por los liberales y se tragan sus manipulaciones.
ResponderEliminarSí, Félix; el crepúsculo de las ideologías ha llevado a quienes ostentan el poder, político o económico, a aferrarse a la poltrona y renunciar a todo con tal de mantenerse en ella. Vivimos en un tiempo del todo vale, en una orilla y en la otra. Una pena.
ResponderEliminarQuando deixemos de chamar aos que antano fórom socialdemócratas polo seu nome (social-liberáis), igual estas barbaridades nos soprenderám um pouquinho menos.
ResponderEliminarEm quanto aos neoliberáis, a sua hipocrisia vem de longe, pois mentres alavam as bondades do livre mercado para o terceiro, subvencionam a produçom própria desvirtuando assi a tam cacareada livre competência.
Por outra banda, mais um excelente comentário, Félix.
A Lamelas:
ResponderEliminarTes razón, en demasiados aspectos a denominación más axeitada para os socialdemócratas é a de "social-liberais".
E para non repetir vocables, ás veces emprego a de "izquierda caviar", que xa está moi extendida en Centroeuropa e nas illas británicas para se referir á SPD, ao PSF e aos laboristas.