Ángel Pérez, portavoz de Izquierda Unida (IU) en Madrid, ha puesto encima de la mesa unas cifras que reflejan lo que sabemos y tantas veces olvidamos:
El Ayuntamiento de Madrid ha decidido gastar en la renovación de las papeleras de la ciudad 74 millones de euros, en tanto que la campaña contra el frío --ayudar a excluidos y personas que viven en la miseria-- dispondrá de un presupuesto de un millón de euros.
El Ayuntamiento de Madrid ha decidido gastar en la renovación de las papeleras de la ciudad 74 millones de euros, en tanto que la campaña contra el frío --ayudar a excluidos y personas que viven en la miseria-- dispondrá de un presupuesto de un millón de euros.
Intuyo que la información no precisa análisis.
Y si pulsa aquí conocerá otro ejemplo de la sensibilidad social del Ayuntamiento madrileño.
Terrible forma de gestionar el dinero y bien por Ángel Pérez (IU) que lo ha denunciado.
ResponderEliminarM
En el artículo que enlazas: "La presencia de personas sin hogar en nuestras calles no es un problema estético, sino de derechos humanos", finalizó el edil (Pedro Zerolo).
ResponderEliminarCon esta frase, no le hacía falta al Sr.Zerolo haber añadido ni una palabra más.
La persecución al desahuciado empezó en Madriz con el Excelentísimo Señor Meapilas José María Álvarez del Manzano y López del Hierro, que puso todo su empeño en la actividad edilicia: de iglesias. Muy en concreto, acabando la Catedral de la Almudena, que se comió durante años un buen pellizco del presupuesto madrileño.
Este Excelentísimo y Amaneradísimo alcalde mandó desalojar varios sitios donde pasaban el invierno los indigentes. Al mismo tiempo, cerraba comedores y quitaba camas.
Pero quizá lo que más repugnancia me causa de la lucha de este hombre de Dios contra los más débiles fue la instalación de banco anti-mendigos: tenían unas prominencias metálicas, para obligar a utilizarlo en posición sentada, nunca tumbada.
Bancos anti-personas.
En eso se gastaba el consistorio capitalino el dinero. En eso, y en pagar al fundamentalista católico Kiko Argüello, creador del "Camino Neocatecumenal", para que decorase el interior.
Mientras tanto, se desalojaba los poblados gitanos y se les llevaba a Valdemingómez, el mayor vertedero de España, a vivir entre montañas de basura.