En su recomendable cuaderno PREFERIRÍA NO HACERLO, Juan Carlos Escudier cuenta que preguntó a Rosa Díez (UPyD) por José María Fidalgo, «el ex secretario general de CC OO, al que todo el mundo sitúa en UPyD: Fidalgo será lo que quiera ser, me dijo, antes de confesarme que su relación viene de antiguo aunque ella, aún hoy, siga estando afiliada a la UGT».
[El texto entrecomillado es de Escudier]
[El texto entrecomillado es de Escudier]
Que Díez tenga carné y protección jurídica de UGT es... ¡espeluznante! ¿Cómo justificar que esa diputada sea miembro de UGT y que UGT lo admita?, ¿cómo entender que alguien que bajo ningún concepto está ni estaba asalariada forme parte de un sindicato de trabajadores?, ¿cabe colegir que un arquitecto o un empresario pueden estar afiliados a UGT, o será que ese tipo de afiliaciones sólo son posibles o permisibles cuando el sujeto tiene un cargo institucional?
¿O será que UGT ya no es un sindicato de clase?
Los sindicatos mayoritarios se han instalado cómodamente en el sistema.
ResponderEliminarTal y como digo en mi blog, han creído que la responsabilidad es igual a la inacción y muchos de sus líderes viven muy bien como asalariados del estado.
Así que esto no me extraña en absoluto.
Un saludo