El protagonista de la denuncia no es un teórico del altermundismo ni miembro de una organización antisistema, sino que la relevancia de sus palabras es mayor porque se trata de Jean-Claude Juncker (PPE), presidente del Eurogrupo [órgano formado por los ministros de Economía, Finanzas y Hacienda de los países integrados en la unión monetaria], que en su discurso oficioso de despedida del cargo [su mandato vencerá el próximo 1 de febrero] ha declarado, entre otras cosas, las siguientes:
"Crisis europea", viñeta de Lequi Sebas (la inscripción que figura en la manga del superhombre es el logo del FMI) |
* En la UE, esas medidas fueron arbitradas y luego ampliadas por «instituciones cuya legitimidad democrática no está clara»: la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI);
* El ritmo de los ajustes «ha sido inadecuado»;
* Gobiernos de Estados miembros de la eurozona «están aprovechando la crisis para beneficiar a la banca» de sus respectivos países, pues sacan tajada de dos males que aquejan a los Estados miembros menos desarrollados y que acusan déficit de racionalidad en materia de administración pública: el artificioso riesgo país y la constante fuga de capitales. Por ende, los principales destinos del dinero "exportado" son [aparte de los paraísos fiscales] los países socios que ofrecen a los grandes depósitos de capital regímenes fiscales blandos y elevados grados de opacidad [a saber: Austria, Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos (en este caso a las inversiones más que a los depósitos) y por encima de todos ellos, Gran Bretaña (islas de Jersey y Guernsey), que pese a no pertenecer a la eurozona es el socio de la UE que saca más tajada de la débil armonización de que adolece la Unión Económica y Monetaria, sin olvidar los libérrimos criterios de la Bolsa londinense; a este respecto vale la pena leer el ensayo "Treasure islands: La City es el paraíso original"];
* Los países que han sido sometidos a rescate (Grecia, Irlanda, Portugal y también España, en este caso debido al rescate que ha recibido la banca) sufren «perjuicios añadidos» debido a la imposición de recortes extraordinarios, según ha declarado Juncker.
Esos recortes tienen una finalidad concreta: garantizar que el Estado disponga de líquido suficiente para devolver sin retraso los préstamos más los intereses. Esta inusitada rigidez presupuestaria lastra todavía más la economía de las empresas, máxime de las pymes, y de la población en general.
Las declaraciones del ex primer ministro de Luxemburgo y codiseñador del paraíso fiscal del Gran Ducado, quizá constituyan un arrepentimiento. Aunque el gesto político de Juncker es hipócrita y tiene nulo efecto práctico, avala la tesis conforme la cual desde hace ya varios años los gobiernos europeos adoptan decisiones que perjudican a la inmensa mayoría de la población [¡incluidos los ciudadanos alemanes!]. Y lo que es peor, lo hacen con un solo objetivo: beneficiar a las grandes corporaciones y proteger a las entidades financieras.
Se comenta solo. ¿Qué hacer en una situación así? Se aceptan sugerencias. Por favor, soluciones realistas, no teóricas. A mí no se me ocurren.
ResponderEliminar