Debido al exquisito tratamiento de los mass media, con la prensa
de EE UU y UK marcando el paso con las clásicas filtraciones
(instrucciones) de los servicios de inteligencía, cada vez son
más los cidadanos del mundo libre convencidos de que
Zelensky es un héroe pese a propiciar una guerra
civil en 2014 contra los rusófonos de Crimea
y el Donbás, a sabiendas de que con ello
Rusia se vería obligada a intervenir
La Redacción del semanario estadounidense Time ha acertado al elegir, en aplicación de criterios exclusivamente informativos, al presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, como Person of the Year 2022, insertando una foto suya a toda plana en primera con la que cada mes de diciembre informa de quien ha sido elegido personaje del año que agoniza.
Aunque la firma editora lo ha negado en numerosas ocasiones, la mayoría de los ciudadanos están convencidos de que los/as elegidos/as para figurar en la primera plana del especial decembrino de Time son homenajeados; lo que a veces es cierto, como en casos como los de Frank D. Roosvelt, elegido ¡tres veces!; con dos portadas figuran Churchill, Obama, Gorbachov y Deng Xiaoping, entre otros... También cabe colegir que Time obvia a los hispanos, pues desde que creó la figura del Person of the Year (1927) solo figuran dos y el hecho de estar vinculados con la hispanidad nada tuvo que ver con su elección: la presidenta filipina Corazón Aquino y el Papa Francisco, ciudadano argentino
También han figurado en esa icónica primera plana personajes muy controvertidos e incluso los hay que desde un estricto punto de vista estadounidense merecerían desprecio, pero acumularon tan elevada presencia como protagonistas de la actualidad, que Time reconoció que se habían ganado a pulso el homenaje; por ejemplo, Iosef Stalin, el ayatolá Jomeini, Pierre Laval o Adolf Hitler, entre otros ejemplares.
En todo caso, al ojear la lista de personajes del año salta a la vista que Time es totalmente made in USA, lo que explicaría que en 1936 fuera elegida Wallis Simpson, la esposa estadounidense de Edward VIII del Reino Unido, que abdicó para matrimoniar con ella; o Walter Percy Chrysler en 1928 y Harlow Curtice en 1955, ambos norteamericanos y merecedores de reconocimieto, sin duda, pero sin el equivoco campanilleo mediático.
Time ha elegido el Person of the Year 2022 perfecto:
Cumple los criterios informativos, la opinión pública ya está
suficientemente trabajada y además, el comediante satisface al Poder
El nombramiento del actor de TV y presidente ucraniano ya sería inevitable si solo se aplicaran criterios informativos: ¿Quién ha protagonizado más noticias de primera plana durante el año 2022? ¿Quién ha sido entrevistado más veces y por más medios? ¿Quién es el personaje más fografiado o filmado para aparecer en la prensa y los informativos de las cadenas de televisión del libremente informado Occidente?...
Lástima que la descarada lisonja mediática con la que es tratado el personaje puso hace ya meses en guardia a quienes además de seguir la actualidad, la piensan; máxime tras contemplar el espectáculo que se organizó esta semana en el Capitolio para premiar a un irresponsable que está al servicio de una operación geopolítica que exige utilizar y destruir su país...
En fin, los directivos de Time tienen motivos para sentirse muy, pero que muy satisfechos, pues su Person of the Year 2022 está informativamente justificado y porque la generalidad de la ciudadanía todavía cree la versión oficial de la lid UKR-RUS —que no se inició ayer, sino hace más de veinte años y la guerra, siete—, lo que garantiza que la mayoría de los lectores aplaudan la elección porque —esto es fundamental para fidelizar a quienes compran el producto— Time avala la opinión que los propios lectores han construido libremente de Zelensky gracias a la información y la propaganda que libremente leen, escuchan y televen en los mass media...
Time ha logrado cerrar el info-circulo virtuoso medio-noticia/personaje-clientes-medio, y para remachar tan exitosa elección: el homenajeado satisface plenamente al Poder.
Todo está justificado y el todo incluye...
...asesinar, encarcelar, agredir, arruinar, expatriar o cuanto menos aterrorizar a millones de ciudadanos ucranianos rusófonos para que renuncien a su cultura y si se resisten serán acosados e invitados a abandonar su país con una mano delante y la otra detrás;
...tomar el control de todos los medios de información;
...prohibir que se hable y escriba en ruso, pese que a antes del golpe de Estado de 2014 era la lengua de uso cotidiano y ampliamente mayoritario en el sur y en el este del país;
...destruir unos 100 millones de libros escritos en ruso o si su autor es ruso, si versan sobre Rusia o si han sido impresos --sea cual sea el dioma-- por firmas editoras rusas o ucranio-rusófonas;
...confiscar bienes, empresas y fortunas por motivos políticos... o peor, para favorecer a los buenos ucranianos;
...confiscar o nacionalizar --dicen a fin de que en la UE suene a un disculpable nacionalismo antirruso-- bienes de inversionistas y firmas rusas, o de personas físicas y jurídicas ucranianas acusadas de ser filorrusas o por ser rusófonas; medidas estas que al igual que casi todas las disposiciones, normas y leyes de carácter antirrusso son aplicadas desde antes de la invasión.
El desvarío filonazi del régimen ucraniano se hizo evidente en 2020, cuando desde la ultraderecha se lanzó la idea de desarrollar el ya de por sí polémico artículo 16 de la Constitución ucraniana de 1996, pues ordena «preservar el patrimonio genético del pueblo ucraniano».
Y la idea se hizo ley, fue aprobada en 2021 --¡antes de la invasión!--, es xenófoba, de innegable inspiración hitleriana y, relega a ciudadanos de segunda categoría a quienes posean genes no ucranianos... ¿?
Por lo que hace o deshace y sobre todo por lo que dice, el presidente de Ucrania —que es el político más charlatán de Europa y muy probablemente, del mundo entero— ha seguido ocupando espacio y tiempo muy relevantes en los medios a pesar de que el pasado 24 de julio cedió todos sus poderes ejecutivos en los asuntos militares y en todos los relacionados con la invasión.
[...¿o quizá fue obligado a cederlos? No puedo afirmar que Zelensky cedió de motu proprio, si lo hizo voluntariamente previa sugerencia o petición; o si los cedió a regañadientes porque fue obligado... Las escasas y casi todas sesgadas informaciones difundidas en Occidente a ese respecto en B, D, F, I y POL nada concretan o dan versiones que incluso se contradicen. No obstante, en base a lo publicado en los países mencionados, en mi opinión, Zelensky dio por buena la propuesta planteada por varios miembros del consejo alegando unos y aceptando con naturalidad los otros —y el propio presidente— que la guerra va para largo y con ella, la vigencia de la ley marcial]
Al grano: el Consejo Nacional de Seguridad y Defensa tiene la última palabra —decir "sí" o "no"— en todos los asuntos que estén relacionados con la guerra o que puedan afectar a decisiones adoptadas por la autoridad militar o por el propio consejo.
Paradójica a la vez que significativamente, la presidencia de ese órgano colegiado la ostenta el jefe de Estado (Zelensky).
Durante el estado de guerra, tan singular consejo puede arrebatar competencias al poder ejecutivo aunque el presidente esté cuerdo y sano como un roble. Se trata, pues, de una extraordinaria y peligrosa aportación de Ucrania a la historia y a las prácticas constitucionalistas en los Estados democráticos de inflamado Derecho...
[Tome nota, querido/a lector/a, de tan valiosa lección de constitucionalismo... ¡con todas sus letras!: diecinueve]
...pues a pesar de su inocente denominación, además de atender consultas y emitir recomendaciones, en estado de guerra ese consejo se transforma en una singularísima y poderosa junta (cívico) militar que hace y deshace sin tener que rendir cuentas a los poderes de un Estado democrático y constitucional [sin ismo] de Derecho [no inflamado].
Tan prepotentes son tipos como Danilov,
que «los ucranianos jamás lo sabrán
y si se enteran, no creerán» quienes,
como y para que empujaron a Putin
a pensar que para frenar la expansión
de la OTAN debía invadir Ucrania
El liderazgo político del consejo lo ejerce Oleksiy Danilov —con permiso de los militares, conste— como vicepresidente y secretario general del gobierno bis en estado de guerra.
Danilov, político ecléctico, se hizo famoso gracias a un programa de TV que se emitía en horario de máxima audiencia y donde Danilov —entre otros precursores de lo que se avecinaba— daba rienda suelta a su odio a todo lo ruso y a todos los rusos: «Son ellos [refiriéndose a los habitantes del Donbás y de Crimea] quienes deben hablar en el idioma común. Entre ucranianos no debemos hablar un idioma extranjero, tenemos fronteras y si alguien no está contento con las leyes y reglas que se aplican en el territorio de nuestro país, no retenemos a nadie...», declaró Danilov en el verano de 2021 tras haber sido abiertos procedimientos penales contra ex altos responsables del Estado por ser poco ucranianos, insuficientemente antirrusos y/o por hablar ruso... aunque lo haga en la intimidad.
Estos reos de poco menos que traición a la patria y de pasarse al enemigo con las armas serán juzgados y condenados —solo falta saber el tiempo de prisión o la cuantía de la sanción económica— por doctos funcionarios de Justicia escrupulosamente constitucionalistas; incluso los hay con el carné del partido constitucionalista que lidera Zelensky, formación creada una vez disimulando digiriendo en y por la comunidad internacional el golpe de Estado de 2.014... en fin, se trata de los jueces mejor preparados en constitucionalismo...
Las identidades de buena parte de la actual remesa de detenidos meses antes de la invasión, conste, porque forman parte de un contubernio contra el que las autoridades irán hasta dónde y hasta quienes estimen necesario... ¡que para esa y para otras cositas cuentan con la solidaria y generosa ceguera de laué!
De muestra, cinco casos del último grupo de ucranianos sospechosos de pensar, de tener opinión o de decir alguna de las barbaridades más castigadas por los constitucionalistas; por ejemplo, ¡aunque no todos los rusos son ni piensan igual que Putin!... lo que justificaría que hayan sido detenidos:
* el diputado Yevhen Murayev,
* el ex ministro de Asuntos Interiores, Arsen Avakov;
* el ex primer ministro, Arseni Yatseniuk,
* el ex secretario del Consejo de Seguridad y Defensa, Oleksandr Turchynov, y
* el ex presidente de Ucrania, Petro Porochenko.
Tras esas y cientos de detenciones y acaso para dejar meridianamente clara la etnopolítica impuesta por los nazis, banderistas y ultraneoliberales que lideraron el golpe de Estado de 2014, en un alarde de rusofobia Danilov dijo que «la lengua rusa tiene que desaparecer completamente de nuestro territorio porque es un elemento de propaganda hostil y de lavado de cerebro para nuestra población»...
una victoria que debería celebrar ¡ya!,
con un alto el fuego inmediato.
El futuro de los ucranianos será emigrar
o malvivir en un país destruido y empeñado.
Desde el verano de 2022, el rol del actor y presidente es más llevadero porque ahora solo debe hacer lo que mejor sabe: recitar el guion (los datos) que estima conveniente la junta militar que gobierna disfrazada de inocente consejo.
Zelensky debe ejercer su función con la "humilde solemnidad" de un jefe de Estado protocolario y representativo, como si fuera un monarca de la Europa democrática, pero simulando que sigue siendo el capitán del barco, también en la guerra.
La jugada funciona, es creíble porque actuando como único portavoz oficial del Estado parece que nada ha cambiado, tal como aconsejaron al ser consultados por Kiev —en primer lugar— los asesores norteamericanos y tal como pocas horas después rogaron encarecidamente desde Bruselas, pues divulgar tan singular cesión de poderes cuestionaría urbi et orbe la calidad del Estado democrático de Derecho ucraniano y, por extensión, los clientes de los mass media acabarían enterándose del papelón que hace la UE, del verdadero origen de la inflación y del motivo real de tanto dispendio.
Desde el golpe de Estado de 2014 que derrocó al presidente electo, el régimen ucraniano ha adoptado decisiones y perpetrado acciones no solo contrarias a un Estado de Derecho, sino tan malvadas como las de cualquier dictadura dispuesta a todo para defender sus valores y su régimen.
La UE y los gobiernos de los Estados miembros deberían explicar lo inexplicable y decir a qué obedece la irresponsabilidad de avalar y cofinanciar compras de armas que nada resolverán, salvo prolongar la guerra.
La actitud de la UE respecto de la lid UKR-RUS carece de racionalidad porque TODOS los partidos que han gobernado en los países socios de la Unión durante el derrumbe de la URSS o en los años posteriores saben que los pleitos, las desavenencias y ¡por fin! la guerra que —al margen de la rusofobia que padecen numerosos ucranianos— obedece a un plan hilvanado el año 2000 en un singularísimo encuentro celebrado en Washington, en el que participaron altos cargos de la Administración estadounidense, asesores e incluso consejeros de la Casa Blanca y la flor y nata empesarial y financiera ucraniana, en especial la residente en EE UU, que fue la impulsora de aquella reunión, a la que sigueron otras...
Y dicho todo esto que solo es parte de lo mucho que hay, la invasión de Ucrania es injustificable.
¿Y laué?... de momento, poco se puede hacer... salvo romper silencios.
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