Heinz, el judío alemán que con 15 años desembarcó
en Nueva York y marcó la política internacional
de los Estados Unidos durante 30 años
Tras un cuarto de siglo sin apenas saber nada, salvo su sorda y discreta actividad como asesor, Henri Kissinger ha sido noticia dos veces este año: en primavera porque cumplió 100 años de edad, nació el 27 de mayo de 1923 y la segunda vez en otoño, el pasado 29 de noviembre, el día que murió en la apacible localidad de Kent, que suma poco más de 3.000 habitantes, en Connecticut.
El escrito de su empresa de consultoría mediante el que informaba del deceso no precisaba la causa del fallecimiento. La nota que a modo de esquela se publicó en The Washington Post solo decía: «Henry Kissinger, who shaped world affairs under two presidents, dies at 100» (Henry Kissinger, quien dio forma a los asuntos mundiales bajo dos presidentes, murió a los 100 años).
Llegó a la vida en un mundo para nada apacible, en la ciudad de Fürth, ubicada a 10 kilómetros de Nuremberg (Baviera), con la que compartió el protagonismo en un hito socio-económico que data de 1835: la entrada en servicio del primer trayecto ferroviario alemán, la línea Nuremberg-Fürth.
Registrado como Heinz Alfred Kissinger Stern, nació cuando las desorbitadas indemnizaciones impuestas por los aliados en el Tratado de Versalles, una vez finalizada la Gran Guerra (1914-1918), sumían en la miseria a los alemanes al mismo tiempo que se creaban las condiciomes sociales para que la heredera del Imperio alemán, la República de Weimar, pariera otra revolución a la rusa. Pero la condición democrática del régimen y de las organizaciones políticas propició que la derecha clásica y los militares confiaran en los patriotas que lideraba Hitler para compartir gobierno, en el que los nazis se encargarían de atar corto a los sindicatos y de imponer orden en los centros de trabajo, en las calles y en la miseria...
Lo que ocurrió después es harto conocido.
el año de la Kristallnacht, 1938
Los padres de Heinz Kissinger --el apellido fue adoptado en 1817 por su tatarabuelo, Löb Meyer, como referencia a la ciudad de Bad Kissingen-- eran Louis Kissinger (1887-1982), maestro de escuela y Paula Stern (1901-1998), que junto a sus dos hijos fueron una más de las miles de familias de religión judía que abandonaron su país y sus bienes, fueran pocos o muchos, para salvar la vida.
Los Kissinger lograron salir del infierno en 1938, antes de que las SA (tropas de asalto) nazis y la Policía organizaran el primer pogromo antijudío de cáracter oficial, el 9 de noviembre de 1939: la Kristallnacht (la noche de los cristales rotos).
Heinz y su familia embarcaron rumbo a Nueva York, donde a los 15 años y ya como Henry cursó la enseñanza secundaria en la Washington Heights del alto Manhattan, integrado en la comunidad de inmigrantes judíos alemanes; no obstante, los Kissinger asimilaron sin problemas la cultura de la Norteamérica inglesa y en el caso de Henry, el proceso fue especiamente rápido, pero nunca perdió su pronunciado acento alemán debido a que la timidez le hizo reacio a hablar durante años.
Tras estudiar el primer año en la George Washington High School, en segundo se matriculó en horario vespertino para trabajar. Su primer empleo fue como peón en una fábrica de brochas de afeitado. En 1943, a los 20 años interrumpió los estudios porque EE UU estaba en guerra y fue llamado a filas.
Kissinger recibió formación militar básica en Campamento Croft, en Spartanburg (Carolina del Sur), donde fue nacionalizado estadounidense a su llegada.
El Ejército lo envió a estudiar ingeniería en el Lafayette College de Pensilvania, pero el programa se canceló y fue reasignado a la 84.ª División de Infantería, donde conoció a Fritz Kraemer, un oficial que también era nacido alemán y con quien trabó una gran amistad a pesar de la diferencia de edad.
El teniente Kraemer descubrió la elevada inteligencia de Kissiger, que además se expresaba con natural fluidez en alemán, talentos que el oficial puso en valor, contribuyendo a que el joven Henry empezara a derrumbar el muro de la timidez...
Ingresó en la sección de Inteligencia Militar de la División, donde desempeñó tareas de Inteligencia de alto riesgo durante la batalla de las Ardenas. Derribado el muro de Heinz, Henry fue de gran utilidad durante el avance de las tropas estadounidense en Alemania.
Debido a la escasez de germanoparlantes, Kissinger fue asignado temporalmente al centro de interrogatorios de la ciudad de Krefeld, donde demostró que si al buen alemán y al conocimiento de la sociedad e idiosincracia germanas, añadía la inteligencia las entrevistas con la población y los interrogatorios a sospechosos además de mejorar los resultados, se lograba algo tanto o más importante: evitar las equivocaciones.
En Krefeld, Kissinger logró descubrir a los miembros del partido nazi que seguían en las instituciones aunque hubieran trabajado políticamente sin haberse identificado como tales; lo que permitió expulsarlos para conjurar el peligro real de que organizaran una bolsa de resistencia en la retaguardia.
A mayores, la Inteligencia Militar con las operaciones de cribado consiguió que, una vez derrotado el III Reich, en las administraciones donde habían trabajado sus equipos no se empollaran huevos de la serpiente, los funcionarios trabajaran aplicando criterios profesionales y fueran más eficientes.
Henry fue transferido al Cuerpo de Inteligencia y tal era su prestigio que con solo 22 años de edad fue enviado a la ciudad de Hanover con rango de sargento para dirigir un equipo al que le encomendaron una misión muy concreta: hacer el seguimiento de tres oficiales de la Policía Secreta del III Reich, más conocida como la Gestapo, y en paralelo investigar en las instituciones de la ciudad recién liberada para identifcar a todos los miembros del grupo de saboteadores que operaba en la urbe y su hinterland.
Los éxitos en la elección de los objetivos, del lugar y de la hora de la ejecución requerían disponer de informaciones oficiales y de personas con acceso a ellas. La tarea se llevó a cabo con tanta celeridad como buenos resultados, por lo que la exitosa rapidez fue premiada condecorando al jovencísimo experto con la Estrella de Bronce.
En junio de 1945, recién finalizada la guerra en Europa, Kissinger fue nombrado comandante de Inteligencia Militar en Bergstraße, en Hesse, con la responsailidad de "desnazificar" el distrito, para lo que se le dieron plenos poderes en los ámbitos civil y militar. Además, Kissinger evitaba abusos y arrestos innecesarios.
Ya en 1946, ¡antes de cumplir los 23!, fue asignado a la Escuela de Inteligencia del Comando Europeo, para ejercer como profesor y adiestrar a los nuevos integrantes de Inteligencia Militar, tarea que siguió realizando después de ser licenciado del Ejército.
de conocimientos
Después de su exitoso paso por el Ejército, Kissinger reanudó los estudios. En el City College de Nueva York se graduó en Contabilidad, al tiempo que estudiaba Ciencias Políticas en la Universidad de Harvard, sobresaliendo académicamente como estudiante a tiempo parcial, porque seguía trabajando; no obstante, su excelencia como doctorando le reportó desempeñar la docencia y dejar el empleo en la fábrica de brochas.
La Uniersidad de Harvard le otorgó además la mención honorífica de summa cum laude al obtener la licenciatura, en 1950; posteriormente, obtuvo el máster y el doctorado, en 1952 y 1954, respectivamente.
Permaneció en Harvard como miembro de la facultad en el Departamento de Gobierno y desempeñándose como catedrático. Además, de 1956 a 1958 trabajó como director del Proyecto de Estudios Especiales, que fue creado por él mismo y avalado por la Rockefeller Brothers Fundation.
Fue director del Programa de Estudios de la Defensa de Harvard durante 22 años: de 1958 a 1971 y director del Seminario Internacional de Harvard, durante 20 años: de 1951 a 1971. Compaginar estas dos responsabilidades convirtió a Kissinger en poco menos que el padre de la política exterior de los EE UU de los últimos 30 años del siglo XX y los primeros del XXI.
Kissinger sirvió como secretario de Estado durante los mandatos de Richard Nixon y Gerald Ford, desempeñando su función con alto grado de conocimientos y siempre con proyección de futuro, por lo que sus criterios siguieron vivos durante tres largos decenios y los hay que todavía hoy está vigentes.
Su papel en la política como secretario de Estado de 1969 a 1977, a la vez que era consejero de Seguridad Nacional, no se limitó a gestionar las relaciones sino que introdujo criterios, tres de ellos eran básicos:
1.º Evitar las intervenciones militares directas de EE UU y en el caso de que sea necesario cambiar un gobierno se deberá hacer a través de la oposición política del propio país. "No debemos debilitarnos interior ni exteriormente en guerras de Vietnam y mucho menos para salvar gobiernos que carecem de futuro".
La experiencia de Kissinger en el campo de la Inteligencia Militar marcó las maneras de intervenir en otros países para defender los intereses de EE UU:
Por la vía "democrática": Creando problemas en el país donde Washington desea o debe intervenir: problemas económicos que afecten a la vida cotidiana y/o generando tensiones sociopolíticas muy graves;
Mediante un golpe de Estado, preferiblemente palaciego o bonapartista, y solo si no es posible pacíficamente, se recabará el apoyo militar o que la iniciativa y el protagonismo sean militares al 100 %;
Generando una guerra, que puede ser civil o bien creando un casus belli, bien sea para agredir o para ser agredido.
2.º Política exterior fuerte pero contemporizadora. Kissinger instauró la política de distensión con la Unión Soviética y especialmente con China, país con el que Estados Unidos restableció relaciones en 1972 con Kissinger como su principal artífice, pues fue el primer miembro del poder político de EE UU consciente de que el eje del mundo cambiaría del Atlántico al Pacífico; esa mudanza se puso en marcha en los años noventa y avanza a ritmo constante.
3.º La economía es esencial en las relaciones humanas, tanto entre individuos como entre colectivos. Esta sería la sagrada ley que guiaba a Kissiger para reclamar a la Casa Blanca máxima atención a China y que a la vez justificaba la necesidad de impedir el desarrollo de un socialismo democrático en Chile que, si más no, era la prueba de que sí es posible transformar la sociedad y lo que es peor, el Chile de Salvador Allende estaba en posición de demostrar al paso de unos años que la explotación del hombre por el hombre, el capitalismo, ha levantado el muro más inhumano e insolidario; la codicia...
Con la manipulación del mercado del cobre o la movilización del transporte que provocó graves desabastecimientos alimentarios y en la industria, Washinton no logró doblegar al Gobierno autral, de modo que la doctrina Kissinger puso en marcha el 11-S de 1973...
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