16 diciembre 2007

¿Dónde viven los ministros?, ¿en Babia o en Egolandia?

¿Dónde viven los ministros y los miembros de sus gabinetes? Esta semana, con motivo de la publicación del índice de precios al consumo (IPC) interanual acumulado, el Ministerio de Economía por boca del secretario de Estado, David Vegara, ha emplazado a los trabajadores a moderar los salarios.
La recomendación de Vegara, con ser destacable, es menos inquietante que lo dicho por el ministro de Economía, Pedro Solbes Mira, que ha lanzado esa teoría (¿?) de que los españoles no han interiorizado el euro.
En Economía --la de verdad, no la oficial-- para combatir la inflación no sólo hay que moderar los salarios, sino que también hay que moderar los dividendos o beneficios, aparte de tomar otras medidas de corte financiero; por ejemplo, poner coto a la especulación bursátil.
De hecho, los datos --¡incluso los oficiales!-- demuestran que el desajuste económico más grave y el motor de inflación más poderoso son los dividendos:
La banca y las cajas de ahorros llevan años alardeando de que sus beneficios después de impuestos crecen cada ejercicio por encima del 20 %, del 25 % e incluso ¡por encima del 30 %! Indudablemente, la desvergüenza de las cajas de ahorros es mayor, decididamente inconmensurable, pues son entidades de Derecho semi-público que fueron creadas con el dinero de todos y son regidas por instituciones públicas.
La vida económica real --no la de los ministros-- es la que refleja el reportaje “…Y a trabajar a Canarias”, del periodista Jesús Flores y publicado hoy domingo en La voz de Galicia; o el que quien esto escribe publicó en el mismo periódico en los primeros días de noviembre: “Cómo viven cinco personas con 1.790 euros al mes”.
¿Dónde viven los dirigentes del PSOE y del PP, los de CiU, CC, PNV…?, ¿de qué realidad virtual se alimentan para pergeñar las ocurrencias que recitan? Urge que se quiten el casco productor de realidades virtuales, salgan a la calle y dejen de mirarse el ombligo.

1 comentario:

  1. Existe la Economía, real que viene de economus, casa, y que se puede interpretar algo así como la administración de una casa. Otra cosa es la Economía política y la macroeconomía que son un arma política como los presupuestos. Los políticos nunca descienden a la microeconomía de los microbolsillos de los microsueldos. Si las cifras que divulgan los políticos entonces falla la política de reparto de las riquezas.

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