Escribe Desesperada, así firma la autora de la bitácora del mismo nombre:
No suelo contar nada demasiado personal en este blog. Pero hoy necesito desahogarme, porque me siento desolada. Hace un tiempo, quizá algunos lo recordéis, conté aquí que me habían despedido de uno de mis trabajos. La mayoría sabéis que soy periodista autónoma, normalmente trabajo directamente para empresas... Pero ese trabajo era el único que conservaba en un medio de comunicación. Llevaba cuatro años trabajando sin contrato.
Cuatro años cobrando por un programa semanal 260 euros al mes. No lloréis, según el tipo que maneja ese medio, periodista es cualquiera y bastante es que nos paguen. El día que me echó, después de cuatro años, me alargó una carta de despido. Sin explicaciones. Sin mirarme a los ojos. Con la poca clase que caracteriza a la gente que nació rica pero que es nueva rica, los ricos de segunda generación.
El de Desesperada no es un caso aislado. Es más, situaciones como la suya ¡son habituales! en el (para algunos) sacralizado mundo de la información.
No suelo contar nada demasiado personal en este blog. Pero hoy necesito desahogarme, porque me siento desolada. Hace un tiempo, quizá algunos lo recordéis, conté aquí que me habían despedido de uno de mis trabajos. La mayoría sabéis que soy periodista autónoma, normalmente trabajo directamente para empresas... Pero ese trabajo era el único que conservaba en un medio de comunicación. Llevaba cuatro años trabajando sin contrato.
Cuatro años cobrando por un programa semanal 260 euros al mes. No lloréis, según el tipo que maneja ese medio, periodista es cualquiera y bastante es que nos paguen. El día que me echó, después de cuatro años, me alargó una carta de despido. Sin explicaciones. Sin mirarme a los ojos. Con la poca clase que caracteriza a la gente que nació rica pero que es nueva rica, los ricos de segunda generación.
El de Desesperada no es un caso aislado. Es más, situaciones como la suya ¡son habituales! en el (para algunos) sacralizado mundo de la información.
Las guerras entre cadenas de TV por retransmitir partidos de fútbol o las minutas astrónomicas que cobran algunos conductores de programas reflejan una imagen distorsionada del oficio.
Para colmo, quienes conocemos a Desesperada sabemos (sin sombra de duda) que su caso es el paradigma del que quizá es el peor de los males, el más destructivo:
Cada vez más empresas de comunicación presciden de quienes tienen oficio y contratan a trabajadores más baratos, especialmente en emisoras de radio y TV locales. ¿A quién le extraña la escasa calidad y fiabilidad de la ciertos medios?
Cada vez más empresas de comunicación presciden de quienes tienen oficio y contratan a trabajadores más baratos, especialmente en emisoras de radio y TV locales. ¿A quién le extraña la escasa calidad y fiabilidad de la ciertos medios?
ENLACE al texto-denuncia de DESESPERADA, que también ha dejado un comentario a este post en el que aporta más detalles del caso.
Para que luego me califiquen de pesimista...
ResponderEliminar¡Si es que todavía no hemos salido de la jungla!
antes de nada, GRACIAS por hacerte eco de mi situación. mi sorpresa ha sido mayúscula al ver que la gente se aferra con uñas y dientes a un trabajo de 500 euros mensuales. se trata además de una tele local sin licencia digital, que desde el 1 de enero no puede emitir, aunque te aseguro desde ya que este señor seguirá haciéndolo con total impunidad. una de mis primeras conversaciones con él se debió a que vendió como publicidad un reportaje de mi programa. al ir a decirle que la publicidad era publicidad y la información información, me dijo textualmente: "Yo me paso por donde me da la gana tu ética de papel de fumar". Por más que inteté explicarle que no se trataba solamente de ética, sino de legalidad, no lo entendió. En esta tele, como en todas las teles y radios locales, los contratos publicitarios incluyen entrevistas pagadas, sin señalar que se trata de publicidad, por lo que el oyente o espectador desconoce que ese espacio está pagado. esto es el pan nuestro de cada día. la gente como yo es molesta. porque protestamos y porque sabemos hacer nuestro trabajo, por lo que intentamos cobrar sueldos decentes. si me voy de cañas con xornalistas todos ponen a caldo esta profesión, pero montamos un sindicato de profesionales para plantar cara a las empresas y nos cuesta dios y ayuda llegar a cien afiliados en toda galicia.
ResponderEliminarperdona el ladrillazo, es que este tema me enerva sobremanera.
bicos, Félix, y MIL GRACIAS por tu apoyo.
Te digo lo mismo que a Migramundo y a Desesperada. Hace falta ser imbéciles. Se ve enseguida que se trata de una estupenda profesional, hacer lo que han hecho denota ser cafres. Deberían dedicarse a contar hielos en la Antártida.
ResponderEliminarA lo mejor allí se despejarían un poco. O tal vez no, con semejante gente...
Los negocios son los negocios dicen los magnates de los medios informativos. La profesión periodísticas está muy pisoteada.No sé si es que el poder quiere mantener esa situación. Como ocurre en otras profesiones solo 'cuatro' ganan sueldos importantes.
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