Al igual que en cursos precedentes, alumnos del instituto de enseñanza media del barrio coruñés de Zalaeta ultiman su anual representación teatral. En esta ocasión, la pieza elegida es Bodas de sangre, de García Lorca... Pero los recaudadores de la Sociedad General de Autores (SGAE) --empuñando las armas legales que les ha otorgado el Gobierno-- han acudido raudos al centro de enseñanza a velar por los intereses del fallecido autor de la obra (y sus herederos) para reclamar a los jóvenes del instituto que abonen 100 euros por derechos.
Hay actuaciones de la SGAE que tienen la virtud de recordar las tácticas de los salteadores de caminos del siglo XVIII y XIX, cuando el Estado era incapaz de garantizar mínima seguridad.
Hay actuaciones de la SGAE que tienen la virtud de recordar las tácticas de los salteadores de caminos del siglo XVIII y XIX, cuando el Estado era incapaz de garantizar mínima seguridad.
Las desmesuradas competencias recaudadoras que el Gobierno del Estado ha regalado a entidades privadas están provocando tal deterioro en el mundo de la cultura y del ocio que ya es absurdo --aparte de inútil-- abundar en críticas a la SGAE. El atraco de Zalaeta y los cientos de asaltos similares que se repiten por toda España --¡también en convocatorias benéficas para recaudar fondos para Haití!-- son responsabilidad directa del Gobierno y de todos aquellos que justifican la actual legislación, incluido el canon digital, empezando por el PSOE.
OTRO EJEMPLO que ilustra el papanatismo, el amiguismo intelectual y la vergonzante política cultural del PSOE: "Nueva era en el diván de Freud", en El país.
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ACTUALIZACIÓN (24 horas después):
La SGAE pretende justificar el cobro de derechos diciendo que los estudiantes del instituto de A Coruña representan la obra en un local ajeno al colegio; concretamente, en el Fórum Metropolitano, instalaciones de propiedad municipal en las que se desarrollan actividades de corte social y --máxime en este caso-- sin que se busquen ni generen beneficios, ni siquiera sobrevenidos.
La SGAE pretende justificar el cobro de derechos diciendo que los estudiantes del instituto de A Coruña representan la obra en un local ajeno al colegio; concretamente, en el Fórum Metropolitano, instalaciones de propiedad municipal en las que se desarrollan actividades de corte social y --máxime en este caso-- sin que se busquen ni generen beneficios, ni siquiera sobrevenidos.
Siempre me hago la misma pregunta (llevada por mi ignorancia, sin duda) ¿cómo se enteran estos "cantantes" de todos estos actos por los que "les dejan" (como bien dices) cobrar, aunque también valdría aquí "piratear" "saquear" "robar".... ¡vivir para ver!
ResponderEliminarbiquiños,
¡estoy cantando una canción, no se lo cuentes a nadie, por favor!
ResponderEliminarbiquiños,
A ALDABRA,
ResponderEliminarNo, la mayoría de autores ni se entera de donde ni cuando se interpretan sus obras.´Los recaudadores de la SGAE actúan de oficio, siguiendo instrucciones de la organización. Recaudan y, según han testimoniado autores y trabajadores de la propia SGAE, no son pocas las veces en que los autores no ven un euro.
Es un sistema viciado. La SGAE ha acumulado un patrimonio que no se explica de forma rigurosa. Y sus directivos, también.
No dudo de que numerosos autores obtienen ahora más beneficios que antes por la reproducción de sus obras, pero el respeto a sus derechos económicos se pueden preservar mediante un método menos "liberal" y sin otorgar competencias tan amplias e imprecisas a las entidades que velan por ellos.
En realidad,la SGAE está actuando como simple recaudadora, sin atender en muchas ocasiones a circunstancias, ni tampoco a los plazos fijados para poseer derechos.
¡Hasta han pretendido cobrar por interpretar himnos oficiales o de baladas tradicionales cuyo origen es secular!
Un beso.