En el cementerio de la Almudena, en Madrid, se ha celebrado un homenaje al ejército hitleriano; más concretamente, a una de sus fuerzas de choque, la llamada División Azul que organizó el gobierno del general Franco.
Sabido es que en España --al igual que en otros países-- existen partidarios del régimen que gaseaba seres humanos (judíos, gitanos, anarquistas, socialistas, socialdemócatas, cristiano-demócratas, etcétera y etcétera), pero a las autoridades de los países de nuestro entorno no se les ocurre enviar fuerza pública para proteger actos de homenaje y propaganda organizados por enemigos declarados del Estado democrático ...¡salvo en España!
Sabido es que en España --al igual que en otros países-- existen partidarios del régimen que gaseaba seres humanos (judíos, gitanos, anarquistas, socialistas, socialdemócatas, cristiano-demócratas, etcétera y etcétera), pero a las autoridades de los países de nuestro entorno no se les ocurre enviar fuerza pública para proteger actos de homenaje y propaganda organizados por enemigos declarados del Estado democrático ...¡salvo en España!
A la vista de los hechos, en lo tocante a condenar barbaridades padecidas e impedir que se repitan poco importa que en el Reino de España gobierne Aznar López o Rodríguez Zapatero, pues Franco sigue siendo un personaje cuyo recuerdo merece respeto y protección política institucional.
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ACTUALIZACIÓN (12 febrero 2010):
A raíz de este post un lector habitual de ImP y amigo bloguero --al que sólo identificaré si él lo autoriza--, me ha remitido una carta puntualizando el texto para, en esencia, marcar distancias entre el régimen nazi, el ejército alemán (la Wehrmatch) y los soldados como personas; criterio que comparto al 100 %.
A raíz de este post un lector habitual de ImP y amigo bloguero --al que sólo identificaré si él lo autoriza--, me ha remitido una carta puntualizando el texto para, en esencia, marcar distancias entre el régimen nazi, el ejército alemán (la Wehrmatch) y los soldados como personas; criterio que comparto al 100 %.
Por su interés, reproduzco la misiva textualmente.
«No voy a defender ahora a Franco, puesto que me parece el mayor enemigo que ha tenido España en toda su historia. Mucho menos defenderé al nazismo. Pero permíteme unas puntualizaciones:
«La División Azul, fue la número 250 de la Wehrmacht (ejército alemán), que no era lo mismo que el partido nazi. Muchos confunden una cosa con la otra, pero estoy seguro de que tú entenderás cual es la diferencia.
«Sus componentes fueron jóvenes falangistas españoles --sobre todo en el primer contingente-- deseosos de combatir al comunismo en sus entrañas. Esa era la retórica de aquella triste España. Sin embargo, nadie puede discutir hoy en día que en la URSS, en 1940, el poder lo detentaba un régimen de terror que cometió algunos de los mayores genocidios de la historia de la Humanidad.
«De aquellos jóvenes, alrededor de 400 fueron hechos prisioneros. La mayoría de ellos murieron en el cautiverio y los supervivientes fueron liberados en... ¡1954! Estamos hablando de soldados, no de genocidas.
«Y para terminar, te citaré algunos divisionarios:
«José María Llanos, más conocido como padre Llanos o el cura rojo, jesuíta e impulsor del movimiento de curas obreros que trabajó intensamente en el Pozo del Tío Raimundo durante los años del desarrollismo.
«José María Llanos, más conocido como padre Llanos o el cura rojo, jesuíta e impulsor del movimiento de curas obreros que trabajó intensamente en el Pozo del Tío Raimundo durante los años del desarrollismo.
«Dionisio Ridruejo, muy posiblemente la voz más crítica que se enfrentó a Franco desde el interior de España y uno de los máximos defensores de la democracia en nuestro país cuando esa defensa suponía un riesgo cierto. A pesar de ser falangista en su juventud, camisa vieja, renunció al banquete de la victoria y sufrió el oprobio del régimen: destierro y cárcel; y dedicó el resto de su vida a favorecer un cambio democrático en España.
«José Gabeiras, general que permaneció fiel a la democracia durante el 23F y cuya acción fue decisiva para desbaratar la intentona golpista.
«Luís Real, trabajador incansable que falseó su edad para poder alistarse y huir de aquella España asfixiante. Uno de los últimos divisionarios vivos y padre de uno de mis mejores amigos».
Yo soy el amigo -como me gusta la palabra- bloguero de Im-Pulso autor del email que Félix ha incluido en el post. No tengo ningún problema en identificarme.
ResponderEliminarY abusando de la hospitalidad de este blog haré una pregunta, sólo una:
¿Por qué algunos venerables ancianitos pueden sentirse legítimamente orgullosos de haber combatido el nazismo, y otros -posiblemente tan idealistas como los primeros- tienen que avergonzarse de haber combatido contra uno de los regímenes más abominables de la Historia?
Crecí pensando que los "rojos" tenían rabo y cuernos y poco menos que se comían a los niños crudos. Ese drama no se soluciona adjudicando el papel de "malos" a los otros.
A FRANCISCO,
ResponderEliminarEs un honor personal y sentido, como tantas veces, tenerte cerca. Sólo quiero añadir un detalle, somos muchos los que "sabemos" (entre comillas) de marxismo que nos repugna el estalinismo tanto o más que a quienes se alistaron voluntaria o involuntariamente e la División Azul.
Una "mierda" no hace menos apestosa a otra "mierda".
Recibe un abrazo.
Nunca deberíamos deformar la realidad. Soldados buenos y soldados malos siempre los ha habido; ahora bien, encontrar la bondad en voluntarios para invadir un país lejano con la bandera de otro, lo encuentro más que difícil.
ResponderEliminarDionisio Ridruejo cantó la hazaña de la División Azul en un, por cierto, precioso libro, siempre aceptando el sentido de aventura juvenil que conllevó.
Para disfrutar aventuras os aseguro que existen mejores cosas que invadir un país extraño y dedicarse a matar a sus lugareños, sean soldados que lo defiendan o civiles que huyen.
Durante la invasión nazi -no olvidemos: nazi- murieron 26.600.000 soviéticos, de los cuales 8.860.000 eran soldados; y quedaron 2.500.000 inválidos.
Supongo que la División Azul tuvo algo que ver en eso.
Existen cartas de los soldados alemanes a sus familias, que detallaban con horror las matanzas de civiles; pueblos enteros eran pasados por las armas, en algún caso existen fotografías que demuestran como eran enterrados vivos.
Dudo que todo eso sea producto de la lucha contra el "atroz y demoníaco" comunismo, por el bien mundial y la paz de todos.
A mi me importa poco que sea el abuelo de uno o de otro, que sea comunista o párroco. La verdad es esta y no hay otra.